Una especialista prevé "una primavera peor que la del año pasado” para los alérgicos en Málaga
Habrá una abundante polinización que afectará a los sensibles al olivo y las gramíneas
Investigadores de Málaga identifican mecanismos por los que se produce la alergia respiratoria local

El refrán dice que nunca llueve a gusto de todos. En el caso de los alérgicos, nunca llueve para el bien de todos. Porque las últimas precipitaciones han limpiado el ambiente, de modo que las personas sensibles al polen del ciprés están aliviadas. El problema que ahora se avecina es para los que tienen alergia al olivo o las gramíneas ya que al llover mucho en el tramo final del otoño, como está ocurriendo en estos últimos días, su polinización será más abundante.
La jefa de Alergología del Hospital Quirón Salud Málaga, Leticia Herrero, vaticina “una primavera peor que la del año pasado” para estos alérgicos. “El año pasado, con la sequía, las plantas estaban secas. Ahora está lloviendo mucho antes de la primavera. Estas precipitaciones están regando las plantas”, explica. Y ello, se traducirá luego en una abundante polinización de gramíneas y olivos.
De modo que la especialista señala que mientras continúe lloviendo, los alérgicos estarán bien porque el ambiente se seguirá limpiando, pero cuando paren las precipitaciones y estalle la polinización, que será más fuerte debido a ese riego natural, quienes sean sensibles a estos últimos pólenes lo pasarán peor que el año pasado. “Será una primavera complicada para los alérgicos a gramíneas y olivo”, señala la facultativa.
Acota que hasta antes de las lluvias, debido al calor y al ambiente cargado, “el problema era para los alérgicos al ciprés”. Y en breve, tras las intensas precipitaciones que ya llevan un par de semanas, mejorarán unos y empeorarán otros.
En torno a un 30% de la población en Málaga tiene alergias respiratorias. Y éstas suelen estallar en marzo, con la polización de gramíneas y olivos, que son las más prevalentes. En la capital, también hay afectados por el plátano de sombra –que son los árboles del Paseo de los Curas–, pero en este caso, la proporción de alérgicos es menor.
La especialista confirma que los casos de alergia se incrementan. Y explica las razones: “Por el calor, porque cada vez la primavera dura más y porque los pólenes son más agresivos debido a las temperaturas más elevadas y a la contaminación”.
También es cierto que en la actualidad hay más concienciación de la importancia de acudir a un profesional para ser tratados. “Pero aún así, hay gente que no acude o que llega tarde”, advierte Herrero que insiste en que es clave “tener un plan de tratamiento individual antes de que empiece la primavera”.
Es decir, que los alérgicos están a tiempo de consultar con un especialista. Las recomendaciones generales, según los casos, son utilizar gafas los días de sol y viento para evitar que el polen entre en los ojos, usar lágrima artificial, antihistamínicos y vacunas.
Pero Herrero puntualiza que “lo ideal” es consultar con un profesional porque “cada paciente es diferente y cada primavera es diferente”. Aunque los síntomas suelen ser picor en los ojos, la nariz, estornudos o lagrimeo, sus consecuencias no deben minimizarse porque si el problema llega a los pulmones, puede derivar en asma.
Por eso, la especialista insiste en que cada persona debe prepararse para la llegada de la primavera con su plan específico. Herrero apunta que las vacunas son la grandes aliadas. Las alergias pueden ser leves, moderadas o graves. “Y en las leves también se puede vacunar para que no vaya en aumento”, indica.
El objetivo de las vacunas contra la alergia, independientemente de su gravedad, es que la persona no tenga síntomas y no necesite otros tratamientos. “Pero hay que hacer un estudio individual”, puntualiza la facultativa. Porque la vacuna varía según cada sujeto, no sólo por el tipo de polen al que sea alérgico, sino también por su gravedad y según cada año.
Herrero acota que “estamos a tiempo” para las vacunas. Aunque cada caso es diferente, suelen ser entre tres y cinco pinchazos para afrontar la primavera sin los típicos y molestos síntomas de la alergia. Y no sólo por eso, sino para atajar un agravamiento progresivo de la patología.
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