A prisión el detenido que descuartizó a su madre y salió con un hacha a la calle en Málaga

El Juzgado de Instrucción número 14 de Málaga ha decretado el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza del detenido, de 46 años, por la muerte de su madre, que es investigado por un delito de asesinato después de que fuera arrestado portando un hacha y aparecer desmembrado el cadáver de la mujer.

Fuentes judiciales han informado a Efe este domingo de la decisión judicial tras la detención el pasado miércoles por la Policía Local en Málaga y hallarse el cadáver de la madre, de 67 años, con partes desmembradas en el domicilio que ambos compartían. La mujer fue presuntamente asesinada y desmembrada por su hijo, que al parecer tiene problemas psiquiátricos, según fuentes cercanas a la investigación.

El suceso se produjo en la calle Proa, de la barriada malagueña de los Prados, en el interior de la vivienda donde residían, y se barajó que la mujer podría llevar algún día ya fallecida. Cuando los agentes llegaron al lugar encontraron al hombre en el interior del domicilio, con el hacha, y lo arrestaron y al cadáver de la mujer desmembrado.

La detención se produjo después de que la Policía Local recibiera el aviso de unos vecinos que alertaban de que el hombre estaba en la calle con un hacha en las manos. El grupo de Homicidios de la Policía Nacional de la Comisaría de Málaga se hizo cargo de la investigación y la Policía Científica recabó pruebas de lo ocurrido en la vivienda.

Varios vecinos explicaron a EFE que esa mañana se había visto al hombre con el hacha golpeando unos barrotes cercanos a la puerta de la vivienda, por lo que se avisó a la Policía. Relataron que la mujer le había echado de la casa en varias ocasiones, pero él volvía; que le causaba problemas y que había "destrozado" la vivienda y que le gritaba habitualmente, además de pedirle dinero a ella y a los vecinos para drogas.

Nati, una madre atemorizada por su hijo

Dicen los vecinos que Nati vivía atemorizada por su hijo, Alejandro. Residían en la misma vivienda, una modesta vivienda de dos plantas en la calle Proa, en la barriada de Los Prados. "Ella estaba temiendo que volviera", relatan. Porque cuentan que pasaba temporadas sin estar en la casa. Pero volvió.

La mujer, que tenía otras tres hijas, le había echado de la casa en varias ocasiones, pero él regresaba. Según los vecinos, "le daba problemas, le gritaba y le pedía dinero para drogas". Además, aseguran, le había destrozado la vivienda.

Los problemas de convivencia eran cotidianos. De hecho, señalaban que en las últimas semanas ella telefoneó en varias ocasiones a la Policía "para que se lo llevaran" debido a su comportamiento. "Últimamente, llamó mucho a la Policía. Los agentes estaban aquí casi todos los días... Al final, la ha matado. La pobre ya ha dejado de sufrir", comentaba una vecina desde el rellano de su domicilio. Unos metros más allá, los agentes de la Científica de la Policía Nacional recogían muestras para tratar de esclarecer lo ocurrido y los periodistas intentaban también reconstruir lo sucedido a base de preguntas a los residentes.

"Lo vi después de las 11:00 pegando golpes en la barandilla de su puerta con un hacha como un demonio. Daba susto. Qué irritación", añadía otro vecino. Como es de metal, cuentan que "se escuchaban los porrazos" por casi toda la calle.

Una vecina lamentaba la tragedia y apuntaba: "Yo escuché voces, pero como eso era todos los días, no le di importancia". Otros vecinos, al ver al hombre con el hacha, llamaron a la Policía Local. Al llegar los agentes, lo redujeron. Fue al subir a la planta superior de la vivienda cuando descubrieron el cadáver que tenía partes desmembradas.

A primera hora de la tarde, muchos habitantes de la calle volvían de sus trabajos y se encontraban la calle acordonada y bloqueada por un vehículo de la Policía Nacional. Además, de dos agentes apostados frente al número 21, que vigilaban el acceso al domicilio mientras su compañeros de la Científica terminaban su trabajo. Los vecinos de Nati quedaban impactados por la noticia. El trasiego de policías y periodistas rompía este miércoles la calma de Los Prados, un barrio tranquilo y con aire de pueblo. Una vecina de su calle rehuía a las preguntas de la prensa. Sin embargo, resumía lacónica: "Era una mujer con un hijo con problemas y la pobre ha pagado las consecuencias". Y a continuación cerraba su puerta.