Cinco proyectos de la UMA captan más de un millón de fondos estatales
Investigación
Aumenta un 26% la inversión en I+D+i procedente del programa del Ministerio de Economía y los proyectos subvencionados crecen de 48 a 55
Es el segundo año de subida en la ayuda a los grupos de la institución malagueña tras la crisis
Málaga/El año 2012 fue el de la brecha más profunda, el que dibujó un escenario muy complicado para los investigadores españoles. Las ayudas a los grupos bajaron sustancialmente y hubo planes, como el autonómico de la Junta de Andalucía, que prácticamente quedaron paralizados. En 2016 la financiación estatal en la resolución provisional de la Universidad de Málaga fue de 3,2 millones de euros para 40 proyectos. Se contaba entonces una nueva caída del 13%. Sin embargo, el pasado año empezó a recuperarse el pulso y en este la inversión del Programa Estatal ha crecido un 26% con respecto a la convocatoria anterior. Y no sólo han aumentado el número de trabajos financiados sino también la cantidad. Un total de cinco proyectos de la UMA han captado más de un millón de euros de financiación nacional.
“Estamos muy contentos, hemos subido algo más de un millón de euros y hemos pasado de los 48 a los 55 proyectos”, señala el vicerrector de Investigación de la Universidad de Málaga, Teodomiro López. A pesar de ser un programa “tremendamente exigente” y saber que un total de 68 solicitudes presentadas se han quedado fuera de la financiación nacional, el vicerrector valora muy positivamente esta convocatoria que va a permitir a más de medio centenar de grupos continuar su labor durante tres años más.
“Nos han financiado un poco menos de la mitad, siempre rondamos un 40% aunque este año nos quedamos un poco por encima de esta cantidad”, agrega el vicerrector. “En general hemos subido y lo que justifica principalmente este ascenso es que hay un grupo de proyectos muy bien financiados, en total tenemos cinco por encima de 200.000 euros, algunos muy cerca de 300.000 euros, lo que supone una cantidad muy destacada en el ámbito de la investigación”, comenta Teodomiro López.
En las dos modalidades del programa, tanto en Generación del Conocimiento como en Retos de la Sociedad, los grupos beneficiarios de la Universidad de Málaga recibirán un total de 5.304.035 euros por parte del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. En la convocatoria anterior se obtuvo un presupuesto final de 4.256.659 euros. Y de los 55 trabajos escogidos en este plan, dos pertenecen a la modalidad de Proyectos de Jóvenes Investigadores (JIN), en concreto los concedidos a los doctores Elena Abdo y José Alejandro Heredia. Además, 16 de estos proyectos llevan asociados un contrato predoctoral.
De este total de proyectos aceptados, 37 se corresponden con trabajos incluidos en el Programa estatal de investigación, desarrollo e innovación orientada a los retos de la sociedad, que han conseguido 4.098.875 euros. Los otros 18 grupos seleccionados han conseguido 1.205.160 euros de financiación, que subvencionarán otros tantos proyectos del Proyectos de I+D de Generación de Conocimiento.
Los grupos que más financiación han conseguido en esta resolución provisional del Ministerio son, por un lado, el dirigido por el profesor de la Escuela de Ingenierías Industriales Alfonso García Cerezo, con 291.610 euros en el apartado de Retos y, por otro, el de los profesores Antonio Vallecillo y Carlos Canal, de la Escuela de Ingeniería Informática, en la modalidad de Generación del conocimiento con 229.900 euros.
“En Retos también hay un proyecto del profesor José Rodríguez Mirasol, catedrático de Ingeniería Química, que ha obtenido 284.000 euros, una cantidad muy importante”, agrega el vicerrector de la UMA. En cuanto a los jóvenes, López apunta que “el fin último es que ellos se puedan contratar con el fondo de este proyecto”. Elena Abdo, ingeniera de telecomunicaciones, ya cuenta con un contrato del plan propio de investigación de la institución malagueña. José Alejandro Heredia está contratado con un convenio Otri (Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación) y trabaja en el departamento de Biología Molecular y Bioquímica dentro del grupo de Antonio Heredia Bayona.
“La financiación la pueden utilizar para estabilizarse durante el tiempo que dura el proyecto que son tres años”, indica Teodomiro López. Con esos fondos “pueden tener cubiertos el día a día de la investigación, que en algunas áreas es muy costoso, porque el material fungible es muy caro, igual que el equipamiento científico, también se pueden financiar la asistencia a congresos, las estancias en el extranjero y continuar con su labor”, subraya el vicerrector. Y concluye: “la investigación en España ha sufrido enormemente la crisis, ahora estamos en fase de remontar y volver poco a poco a las condiciones que teníamos antes 2012, vamos por buen camino”.
El plan propio de la UMA, los fondos europeos y autonómicos, otras vías de financiación
De las 123 solicitudes de proyecto, han sido 55 las que han conseguido financiación estatal según la resolución provisional. Para el resto –y para completar las subvenciones otorgadas por el Ministerio– existen otras vías. Una de ellas es el plan propio de investigación de la UMA que el pasado año creció hasta los 3,1 millones de euros. Una cantidad que suponía multiplicar por cinco los 600.000 euros de 2015.
El nuevo plan, aprobado en 2016, trajo consigo la universalización de las ayudas a todo el personal que hiciese investigación en el seno de la Universidad. Ya no se distingue entre catedráticos, profesores contratados o asociados. Esto supone que han sido más de 1.500 personas los nuevos beneficiarios del plan.
También están los fondos autonómicos. “De aquí a poco se va a resolver la convocatoria de proyectos Feder de la Junta de Andalucía y a lo largo del año los proyectos de Excelencia de la Junta de Andalucía, que se esperan a finales de este 2019”, apunta el vicerrector de Investigación, Teodomiro López.
“La Junta desde 2011 hasta el año pasado ha tenido un parón esencialmente completo en investigación”, agrega el vicerrector e indica que el año pasado se evaluaron los grupos de investigación y a mediados de año llegó la financiación de esa evaluación, los grupos del Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación (Paidi).
Otra de las vías públicas es poder conseguir fondos europeos, aunque también hay grupos investigadores dentro de la Universidad de Málaga, principalmente los que trabajan en un conocimiento con mayor capacidad de transferencia a la sociedad, que cierran contratos con empresas privadas. En algunos casos se desarrollan patentes. Según las cifras publicadas el pasado año, desde la UMA se solicitaron en 2018 un total de 17 patentes, 11 nacionales y seis internacionales. En total la cartera de patentes de la institución malagueña supera las 250.
Un robot de rescate resiliente
Cuando la tierra tiembla, cuando el desastre natural o humano pone en jaque a la población, los rescatadores se juegan la vida para intentar salvar la de los demás. Para minimizar este impacto, el Grupo de Ingeniería de Sistemas y Automática, Robótica y Mecatrónica de la UMA trabaja desde hace años en equipos mecanizados de búsqueda y rescate. El profesor e investigador Alfonso García Cerezo capitanea este grupo y para continuar con su trabajo ha recibido 291.610 euros del Programa Estatal I+D+i. El suyo ha sido el proyecto mejor financiado de las dos modalidades del plan.
“Supone una continuación de la convocatoria anterior y en este proyecto vamos a trabajar con un problema muy propio de estos equipos, conseguir equipos que tenga gran tolerancia a los fallos”, explica García Cerezo. Subraya el investigador que trabajando con ellos en zonas de desastre se deterioran mucho así que lo que pretenden es “conseguir equipos que sigan sobreviviendo a estas situaciones, que sigan siendo útiles, que el equipo sea resiliente”.
Esto, apunta, supone avanzar en la tecnología de estos robots para que “tengan capacidad de ofrecer ayuda ante los problemas, que den respuesta y sean capaces de recuperarse tras los daños que sufren en las duras condiciones en las que trabajan”. TRUST-ROB es el título de este proyecto. En él “el análisis de las vulnerabilidades eléctricas, electrónicas, mecánicas, de control y de comunicación en los escenarios de primera intervención servirá para definir nuevas técnicas tolerantes a fallos y criterios de diseño tanto para vehículos UGV y UAV como para la estación de control de la misión”, indica el investigador.
En la modalidad de Generación del Conocimiento, el profesor Antonio Vallecillo, de la Escuela de Ingeniería Informática, ha obtenido la mayor financiación, un total de 229.900 euros, para su proyecto sobre computación social colaborativa. “Los sistemas actuales de computación social se basan principalmente en aplicaciones cliente-servidor, en las que los contenidos creados por los usuarios se transfieren a servidores en la nube”, comenta Vallecillo.
“Este proyecto explora modelos alternativos a los sistemas cliente-servidor y se propone, en particular, la adopción de modelos de colaboración de igual a igual basados en dispositivos móviles, lo que provoca el empoderamiento de los usuarios, permitiéndoles tomar el control de la información y los contenidos que estos generan, y sobre cómo se accede y explota esa información de forma segura”, agrega el investigador.
Este proyecto introduce también el concepto de un Avatar Digital (DA), una entidad que reside en el teléfono inteligente o tableta de una persona, registra información sobre el propietario, e interactúa con el entorno y con los avatares de otros usuarios asegurando los niveles de privacidad y seguridad dictados por su propietario. “Normalmente tus datos se los cedes a grandes servidores y así pierdes el control, la computación social lo que hace es que los dispositivos pequeños, personales, son los que mantienen esa información, que puede ser usada entre iguales”, señala.
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