Psicólogas de Vithas Málaga recomiendan hablar con los niños sobre la muerte
"La experiencia puede resultar traumática para los más pequeños de la casa y el no tratarlo no les ayuda", aseguran
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Málaga/Las psicólogas infantiles de la Unidad de Salud Mental Infantil del Hospital Vithas Málaga, Silvia Plaza y María Cóndor, ha recomendado que se favorezca que los niños pueda preguntar y obtener respuestas sobre la muerte y han incidido en la necesidad de transmitir la noticia cuanto antes.
Así lo han asegurado desde Vithas a través de un comunicado con motivo de la celebración del Día de todos los Santos, una fecha que gira en torno a la muerte, apostando por abordar la noticia sin esperar a que terminen los rituales de despedida y, en la medida de lo posible y según su edad, haciendo a los niños partícipes de ellos.
Según han indicado, en el caso de los niños, el momento de enfrentarse a la muerte "puede resultar traumático por lo que, al tratarse de un hecho doloroso, con frecuencia tendemos a proteger a los niños y lo hacemos intentando no mencionar la palabra", sustituyéndola por expresiones como "se ha ido", "ya está descansando", "ha viajado al más allá", etcétera.
En otras ocasiones se opta por no hablar del tema "con la intención de ahorrarles sufrimiento"; sin embargo, han apuntado, "lo único que provocamos de esta manera es confusión y entorpecemos su proceso de gestión emocional, han confirmado las especialistas.
Y es que, han explicado que al igual que los adultos, "los niños necesitan gestionar sus emociones y, por tanto, realizar su proceso de duelo cuando la situación lo requiera, por lo que es importante que como adultos conocer cómo abordar tanto preguntas, como situaciones cercanas a la muerte".
Han indicado que entre los tres y los seis años, las preguntas son "concretas acerca de cómo son las cosas en el lugar donde está la persona que ha fallecido. Asimismo, muestran preocupación sobre si la muerte le puede afectar a otras personas, con preguntas como ¿tú también te vas a morir?, ¿quién me va a cuidar si os morís?.
Ya entre los seis y los nueve años las preguntas son acerca de lo que le ocurre al cuerpo cuando uno muere. También han señalado que entre los nueve y los 12 años son preguntas empáticas hacia los demás como, por ejemplo, "¿mamá estás triste? ¿cómo te puedo ayudar? o ¿cuánto tiempo vas a estar así?".
En el caso de los preadolescentes y adolescentes las preguntas que plantean son ya parecidas a la de los adultos y van en el sentido de "¿cómo hemos podido tener tan mala suerte para que nos haya pasado esto?, ¿ha sufrido? o ¿cómo los médicos no han podido hacer nada por él/ella?".
Respecto al momento y lugar, las especialistas coinciden en que es recomendable comunicar la noticia durante el día, de forma que no lo asocien a la noche, que no estén tan cansados y tengan un tiempo para procesarlo. Además, debe ser en un lugar íntimo y tranquilo que permita llevar a cabo una conversación calmada, sin interrupciones, donde el niño no se sienta observado ni presionado.
Por último, y no menos importante, han instado a tener en cuenta cómo se encuentra el adulto en ese momento, "puesto que si se encuentra desbordado es probable que el niño se asuste y el clima no sea el adecuado". "Los niños deben naturalizar la expresión de emociones pero siempre en un entorno equilibrado y calmado, que aporte seguridad y sensación de protección", ha concluido Cóndor.
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