La puerta de un nuevo trasplante
El Carlos Haya tiene en estudio a cuatro parejas donante-receptor de riñón de vivo, pero incompatibles entre sí, para que intercambien sus órganos con otros pacientes de España
El hospital Carlos Haya está a punto de abrir una nueva puerta en el campo de los trasplantes. Es pequeña, para un número muy reducido de pacientes, pero abrirá un camino más hasta ahora inexistente para un puñado de enfermos. Es el trasplante cruzado. El centro sanitario ya tiene en estudio para este tipo de intervención a cuatro parejas donante-receptor. El Ministerio de Sanidad autorizó en enero pasado al hospital malagueño a realizar esta técnica que fue ideada para evitar la pérdida de donaciones de riñones de vivo. Hasta ahora, si un padre donaba el órgano a un hijo y por caprichos de la biología eran incompatibles, no podían hacerse ni la donación ni el trasplante. Pero debido a que el mismo problema lo tenía un enfermo de Galicia o Cataluña, se puso en marcha un modelo que permite intercambiar los riñones. El padre de Málaga, en vez de dar el órgano a su hijo -con el que es incompatible- lo dona a otro paciente, con el que no está emparentado y un familiar de éste, a su vez, le dará el riñón a su hijo.
El trasplante renal cruzado es una nueva posibilidad en la donación de vivo, una opción terapéutica que se pretende potenciar por sus excelentes resultados. En Málaga, la donación de vivo representa en torno al 8% del total de los trasplantes de riñón, mientras que en la Unión Europea es el doble. La donación de vivo tiene de la ventaja de que en la mayoría de los casos evita que el enfermo entre en diálisis. "El trasplante cruzado ofrece una puerta más para que el trasplante llegue antes", apunta Miguel Ángel Frutos, coordinador de Trasplantes de Málaga.
En España ya se han hecho muchos trasplantes de donante vivo, aunque solo cuatro cruzados. En Málaga, desde 1979, se han realizado cerca de 40 de vivo, aunque todavía ninguno cruzado. Las cuatro parejas donante-receptor en estudio en el Carlos Haya aún no han sido inscritas en la base de datos de la Organización Nacional de Trasplante para (ONT) para intercambiar los riñones con otras del resto de España. Antes deben someterse a estrictos estudios para garantizar el éxito de la intervención. "Lo primero es la seguridad del donantes; asegurarnos que tras la donación, el donante no tendrá problemas 10, 20 ó 30 años después", aclara Frutos. Una vez que sean incluidos en el listado, la operación se hará en cuanto haya un donante y un receptor compatibles. "Nos hace mucha ilusión hacer nuestra primera experiencia de donante cruzado", admite el médico del Carlos Haya.
De momento, la base de datos es pequeña. Pero a medida que vaya creciendo será más fácil casar donantes y receptores compatibles. Con esta nueva técnica, los enfermos renales que necesitan un trasplante tienen tres alternativas. Una, que el órgano sea de donante cadáver. Otra, que se los done un familiar -o una persona muy querida ya que no es necesario el parentesco, aunque sí una fuerte relación afectiva-. La tercera, es el trasplante cruzado, que es cuando lo reciben de alguien a quien ni siquiera conocen, pero que tiene en su entorno más íntimo a un enfermo al que le hace falta un riñón. Ese intercambio cruzado es el que da el nombre a la técnica.
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