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Redescubriendo Málaga tras el coronavirus
El fin del estado de alarma nos ha regalado una nueva clasificación (otra más) con la que etiquetar cómodamente a los demás seres humanos que nos rodean.
Por una parte, nos encontramos con la persona que ya en la fase 0 de la desescalada (o antes) salió disparada a la calle por la puerta de su casa como un miura imparable y desbocado. Como si deseara encontrar al otro lado del portón que el coronavirus le estaba esperando a puerta gayola. Un ser humano transformado en toro cual Zeus que, liberado a lo loco, corre para embestir al virus y mandarlo al infierno de las enfermedades donde Fleming las atormentará hasta el fin de los tiempos.
Y, por otro lado, está el españolito que, tras llegar el tiempo de desconfinamiento definitivo, aún se asoma desde su balcón y, como la marmota Phil, ve su propia sombra y decreta que el estado de alarma debería durar un poco más; concretamente, para siempre.
En fin, ¿a qué viene todo esto? Pues en realidad a nada, porque aquí hemos venido para recomendar sitios que visitar en Estepona, lugares que no debemos dejar pasar y que, para disfrutar -lo sentimos Phil González-, habrá que salir de casa de una vez por todas. Uno no puede permanecer asustado de su propia sombra eternamente.
En cualquier caso, siempre que respetemos las medidas y precauciones sanitarias impuestas, estaremos bien seguros de que la covid-19 se mantendrá alejada de nuestros organismos. Pero, eso sí, cada uno tiene que ser responsable y usar el sentido común en la medida que Dios se lo haya proporcionado.
Porque este periodo de apertura que coincide con el verano es un buen momento para redescubrir la provincia de Málaga y, en esta ocasión, Estepona, que atesora no pocos enclaves en los que disfrutar de un soleado día de buen tiempo en el que la mascarilla será un fiel y asfixiante aliado. Es lo que hay. Y, como dice mi madre: "virgencita, que me quede como estoy".
Una vez más, antes de comenzar con el listado, recordar que tengamos la precaución de asegurarnos de que estos lugares esteponeros que reseñamos, o cualquiera de los que no, están abiertos y son visitables. También hay que tener en cuenta si se debe reservar para poder disfrutarlos, no vaya a ser que nos presentemos en alguno para volver por donde hemos venido. Si está cerrado, pues nada, paciencia y a apuntarlo en la lista de deseos para cuando se pueda.
El edificio que acoge el orquidiario de Estepona es un espectáculo en sí mismo. Con una serie de tres grandes cúpulas que permiten que el sol entre en su interior, este moderno inmueble cuenta con una superficie de mil metros cuadrados y está dividido en dos niveles que se encuentran a cotas diferentes y separados por un precioso bosque de bambú.
Entre las más de 5.000 plantas que contiene, hay más de 1.300 especies de orquídeas de todo el mundo. Este parque botánico es la mayor colección europea de su género y una de las más grandes del mundo.
Un espacio que hermana de manera absolutamente insospechada a los amantes de la arquitectura más moderna y de las orquídeas más delicadas.
El Museo Arqueológico esteponero alberga evidencias de la multiculturalidad del litoral de Málaga, fruto del contacto entre fenicios y comunidades locales. Destacan, entre los materiales de época fenicia, los procedentes del yacimiento de El Torreón.
Los restos más antiguos expuestos se remontan al Paleolítico, y consisten en una serie de útiles tallados en piedra. También podemos contemplar en este espacio testimonios del Neolítico y la edades del Cobre y el Bronce.
Siguiendo esta senda, hablaremos de la necrópolis de Estepona. En el año 2007, en parque San Isidro Labrador, más conocido como Los Pedregales, se inauguró el Centro de Interpretación de Corominas para el estudio de la necrópolis de dólmenes que se encuentra en este paraje.
Formada por varias estructuras revestidas y cubiertas por losas de piedras, con restos de decenas de individuos y depósitos funerarios, y con unos 5.000 años de antigüedad -ahí es nada-, ésta es la primera agrupación en necrópolis dolménica conocida en la Costa del Sol. De hecho, este yacimiento de Corominas es el más meridional de las necrópolis megalíticas localizadas en Andalucía y una de las más importantes de nuestro patrimonio histórico cultural.
En el interior del centro se ha reconstruido la topografía del yacimiento, incluyendo los cinco dólmenes en su posición original, de los que se exhumaron vasijas de cerámica, útiles de piedra, puntas de flecha, hachas y adornos personales, sobresaliendo las cuentas de collar, realizadas algunas sobre piedras semipreciosas, entre otros objetos cuyos antiguos dueños no echarán de menos.
Estepona tiene un gran número de estas torres vigías: repartidas a lo largo de sus 21 kilómetros de costa, la localidad cuenta con siete torres almenaras. Hoy destacaremos la Torre de Baños o Torre Casasola.
Situada junto a los jardines del Hotel Atalaya, Torre de Baños-Casasola, está a muy pocos metros de la playa y su nombre le es dado por las termas romanas que existen en las cercanías.
Es una obra musulmana, pues se encuentra incluida en la relación de castillos y torres del litoral que, tras de la Reconquista, se hizo durante el reinado de los Reyes Católicos.
Esta torre es singular por su esbeltez y por su planta en forma de herradura. De hecho, lleva a gala ser la almenara más esbelta de todo el litoral andaluz, con una altura de quince metros. Sin embargo, en su interior sólo cuenta con dos plantas.
Del patrimonio saltamos a la naturaleza con esta ruta fluvial. La dificultad de la senda del río Padrón, en Estepona, depende de las opciones que se escoja porque dispone de varias vertientes.
El río Padrón nace en la vertiente sur de Sierra Bermeja, bajo las laderas del Alto Porrejón. Aunque no existe un nacimiento concreto, la ruta del río Padrón nos da la bienvenida con un pequeño desafío: cruzar a nado una inmaculada poza de agua transparente como una botella de cristal verde.
La zona mejor conservada es su cabecera, con un curso fluvial bravo a lo largo del cual el incipiente río se precipita entre pequeñas cascadas y pozas, encontrándose rodeada de extensos bosques de pinos y alcornocales.
Sin embargo, como hemos comentado al principio, debemos comprobar que esta ruta se puede hacer en la presente situación de alerta sanitaria. Si no, siempre se puede apuntar para recorrerla en el futuro.
Lo de Estepona parece una playa, pero es un pequeño paraíso. Tanto, que hasta la mujer del ex presidente Obama llegó de visita a sus arenas para tomar el sol sin necesidad alguna.
Y es que su costa posee varias zonas reconocidas con la Bandera Azul de la calidad playera por excelencia: las playas del Cristo y Arroyo Vaquero, y su puerto deportivo.
La playa del Cristo se encuentra junto al puerto deportivo y conforma una cala de pequeñas dimensiones, de cerca de 700 metros de longitud, que este año ha sido distinguida de nuevo con una bandera azul.
La playa del Cristo forma una bonita cala y está que ni pensada para niños, con zonas de juegos, una extensa arboleda y agua limpia, transparente y no demasiado fría al estar protegida de los vientos por un espigón. Vamos, una playa perfecta para no salir hecho un cristo de ella.
Por su parte, la playa de Arroyo Vaquero está muy unida a la playa de Costa Natura y playa de Guadalobón de Estepona. El arenal de Arroyo Vaquero tiene 2.500 metros de longitud por 30 de anchura, si entendemos que en su extensión se incluyen las otras dos playas mencionadas.
Normalmente el nivel de ocupación de esta cala es medio -aunque es una playa tranquila- ya que es semiurbana. Es de arena fina y dorada, con urbanizaciones diversas y accesibles entradas.
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