"Nos quitan la beca y no hay trabajo, ¿cómo estudiamos?"

El cambio en los requisitos para acceder a las ayudas para estudiar genera desconcierto entre los alumnos de la UMA y colas en la oficina para reclamar

Colas en el edificio de Becas del campus de Teatinos.
Victoria R. Bayona Málaga

21 de enero 2013 - 01:00

La ilusión del primer año de universidad se vio truncada la pasada semana para Ariana Manzanares cuando recibió una carta en la que le comunicaban que le había sido denegada la beca y que tenía que abonar la cuantía de la matrícula en menos de una semana. Nerviosa por no saber por dónde abordar la situación que se le viene encima, busca el edificio de Becas para presentar su reclamación mientras reflexiona sobre como "sólo quieren que estudien los que tienen dinero" y busca la manera de ayudar a sus padres a afrontar los gastos que genera el hecho de que ella estudie a más de 100 kilómetros de su casa, en Algeciras. "He empezado a imprimir currículums para buscar un trabajo de media jornada, pero no es tan fácil eso de conseguir un empleo; por lo que si nos quitan las ayudas y tampoco podemos trabajar, no se cómo quieren que estudiemos", explica Ariana. Cuando vio la carta en la que se le denegaba la ayuda para estudiar en la Universidad de Málaga, reconoce que por un momento reflexionó: "Habrán pensado que estudiar Filología Hispánica no es tan importante como para concederme una beca". El motivo que alegan para no concederle la beca es que supera el umbral de patrimonio fijado, algo que no entiende porque durante los dos años de Bachillerato que acaba de terminar sí que le han concedido una ayuda de 400 euros y sus condiciones familiares no han variado. Para reclamar se había encargado de reunir toda la documentación sobre los gastos que le genera estar fuera de su ciudad, como los de la residencia de estudiantes, que en caso de decidir abandonar los estudios por no poder continuar sin beca, debería seguir abonando durante todo el curso. A pesar de todo, esta gaditana de nacimiento no se plantea abandonar, "pienso luchar para que me dejen estudiar; tanto quejarse de generaciones ni-ni y ahora resulta que a los queremos estudiar tampoco nos dejan".

Al igual que Ariana la pasada semana se pasaron por el edificio de becas de la Universidad de Málaga, junto a los aparcamientos de la Facultad de Telecomunicaciones, cientos y cientos de estudiantes en situaciones parecidas, todos sorprendidos y en parte cabreados porque daban como asegurado un dinero que han visto esfumarse con una carta que además llega tarde respecto a otros cursos en los que las resoluciones a los solicitudes estaban listas antes de que acabara el mes de diciembre. El endurecimiento de los requisitos para acceder a estas ayudas previstas por el Ministerio de Educación está detrás de todas estas reclamaciones con las que los funcionarios de la Universidad se ven desbordados cada día. Unos nuevos barómetros académicos y económicos que están obligados a cumplir los estudiantes y que se traducen en que aproximadamente 10.000 universitarios se quedarán sin beca este curso.

Ángela Hidalgo estudia Pedagogía y había estado todo el curso anterior muy pendiente de los requisitos académicos para no perder la beca. Sus padres están en paro y no pueden permitirse costear los estudios de la hija sin esta ayuda. Después de todos los esfuerzos Ángela no logró superar dos de las asignaturas, por lo que se aseguró de que esto no le llevara a perder la beca. "Pregunté en la secretaría de mi facultad y me dijeron que con el 80% de los créditos superados podía acceder a la ayuda". Lo que Ángela desconocía es que justo para esta convocatoria, los requisitos académicos se han endurecido aún más y para optar a las becas el Ministerio hay que tener aprobadas prácticamente el total de las asignaturas matriculadas. Una carta de su misma secretaría le obliga a abonar en apenas 48 horas la cuantía íntegra de la matrícula, que asciende a más de 1.000 euros, mientras "en internet figura que su expediente está aún en trámite". Su madre, que la acompaña para realizar la reclamación, explica la impotencia que siente ante la poca información que ofrecen y por cómo han podido variar en tan poco tiempo los créditos necesarios para optar a esta ayuda.

Los que tienen la beca denegada no son los únicos que se están acercando a las instalaciones de la UMA a diario, los estudiantes a los que requieren información adicional para culminar su resolución y alumnos que simplemente quieren comprobar el estado en el que se encuentra su solicitud, se suman a la larga cola que no cesa en toda la mañana. Entre estos últimos se encuentra Victoria Hidalgo que con una gran sonrisa le habían comunicado que en el ordenador su solicitud aparecía ya como aprobada, a pesar de que aún no ha recibido la comunicación. Su segundo año en Biología lo afronta ahora más relajada.

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