La ratio de neurólogos en Málaga es la mitad que la media española

Málaga/Faltan neurólogos en la sanidad pública malagueña. La consecuencia es que es una de las especialidades con más demoras. La ratio de estos profesionales por 100.000 habitantes en la provincia es la mitad que la española. Pero además, hay una distribución muy desequilibrada. El Regional cuenta con 26 profesionales y el Clínico con 21. Pero este último centro tiene asignada una población de referencia mayor que el primero.

Para colmo, los comarcales –salvo una especialista en Ronda y con jornada reducida– carecen de estos profesionales. Esta realidad satura a los únicos dos hospitales que asisten estos casos y a la vez obliga a desplazamientos desde el interior de la provincia a los pacientes que, en algunas circunstancias, sufren dependencia precisamente por su patología. La situación ni es nueva ni cambia. Lleva años enquistada para desesperación de los enfermos y sobrecarga de los facultativos.

Además, con el envejecimiento de la población y los avances médicos que permiten tratar a personas que antes no tenían opción, cada vez hay mas pacientes. Parkinson, alzhéimer, demencias vasculares, ictus, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica, cefaleas, migrañas, epilepsias y enfermedades neurodegenerativas son algunas de las patologías que atienden estos especialistas.

Según la Federación Europea de Sociedades de Neurología (EFNS en inglés) son necesarios cinco neurólogos por cada 100.000 habitantes. De acuerdo a los últimos datos que maneja el Sindicato Médico de Málaga (SMM), en España ya la ratio es deficitaria puesto que se sitúa en 4,5. La de Andalucía lo es aún más, con 2,7. Y la de Málaga es todavía peor, con 2,3. Es decir, que la provincia tiene una ratio por debajo de lo que recomienda la EFNS y que es la mitad de la española.

Según esa recomendación, a nivel provincial debería haber unos 85 neurólogos. Sin embargo, en la sanidad pública no llegan al medio centenar. Hay 26 en el Regional (seis de ellos neurofisiólogos) y en el Clínico 21 (dos dedicados a Neurofisiología). Conforme a las cifras facilitadas por el SMM, la ratio en el Regional es de 2,9 neurólogos por 100.000 habitantes mientras que en el Clínico es de 1,7. Estos números sitúan a ambos hospitales muy por debajo de la media española y bastante alejados de la recomendación de la EFNS.

La Sociedad Andaluza de Neurología (SAN) no confirma ni concreta datos a la espera de una reunión que mantendrán estos especialistas a finales de mayo precisamente para abordar el déficit y los desequilibrios territoriales en la sanidad pública. Pero número arriba o abajo, los neurólogos consultados coinciden en que los pacientes “sufren demasiadas demoras y los profesionales excesiva sobrecarga”.

El Sindicato Médico de Málaga denuncia las carencias y asimetrías existentes en esta especialidad a nivel provincial. Su delegado en el Clínico, Diego Villaespesa, sostiene sobre este centro: “Con veintiún neurólogos para una población de más de un millón de habitantes es imposible”. Recuerda que afortunadamente la Medicina ofrece en la actualidad “más soluciones” a diferentes patologías, pero advierte que eso implica “más pacientes” y requiere más recursos.

“La angustia de los pacientes por las demoras se las transmiten a quien da la cara, que es el neurólogo y eso afecta a la salud de los profesionales”, argumentó. Villaespesa añadió que la Administración tiene la intención de abrir en un futuro la especialidad en el Hospital Costa del Sol, de Marbella, que junto con la capital asiste a la zona más poblada de la provincia. “Pero de momento todas son promesas. Mientras tanto, los pacientes y los profesionales ¿qué hacemos?”, se preguntó. Otro sanitario añadió: “No hay un hospital en Andalucía que esté sobrado de neurólogos. Pero el Clínico está en colapso. Los pacientes a veces llegan malos por urgencias tras meses esperando una cita”.

La Asociación Málaga Accesible –que representa a unas 80 asociaciones de pacientes– reconoce su “preocupación por las listas de espera de Neurología en Málaga en general y del Clínico en particular”. Su presidente, Alfredo de Pablos, remite a los últimos datos publicados por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en junio de 2023.

Según esas cifras, que pueden consultarse en la página web del SAS, Málaga sumaba entonces 15.771 pacientes esperando una primera consulta con un neurólogo. Un total de 11.999 en el Clínico y 3.772 en el Regional. La cifra contrasta con Sevilla, que con una población similar totalizaba 2.378 enfermos aguardando. De estos, 1.818 correspondían al Virgen del Rocío y 560 al Virgen Macarena.

Según los números del SAS, a fecha de junio pasado, el 85,25% de los pacientes en lista de espera de Neurología del Clínico aguardaban más de 60 días para una primera cita con el especialista. Un porcentaje que en el Regional era del 58,98%, en el Virgen Macarena del 9,8% y en el Virgen del Rocío del 2,42%.

De Pablos concluyó: “Estamos muy preocupados por las demoras en Neurología en la sanidad pública en Málaga. Y esos son los datos de las primeras visitas; de las revisiones, no hay cifras”.

Una especialidad que ahora da más respuestas

La Neurología es una especialidad que ahora da más y mejores respuestas a los pacientes, tanto en diagnósticos como en tratamientos. Porque los avances de la Medicina permiten abordar casos que antes tenían peores soluciones o ninguna. Cada vez hay más técnicas y tratamientos más complejos. Se salvan más vidas y con mayor calidad de vida.

Eso se traduce en que estos especialistas tienen más trabajo porque pueden tratar a más pacientes. Pero además, la mayor longevidad de la población hace que aparezcan patologías neurológicas o neurodegenerativas asociadas a la edad que antes eran menos frecuentes. De modo que esta realidad demográfica también suma candidatos para la atención de la especialidad.

Los profesionales esgrimen que estas dos realidades –envejecimiento y mayor cantidad de tratamientos– urgen a un ajuste al alza de las plantillas. Recuerdan que con las nuevas técnicas no solo se salvan más vidas, sino que los pacientes sobreviven con menos secuelas, lo que reduce su dependencia.