De la Torre: "Málaga esta viviendo el comienzo de una etapa que será espléndida"

Francisco de la Torre, en su toma de posesión
Francisco de la Torre, en su toma de posesión / Carlos Guerrero

Con el Ayuntamiento engalanado en el boato de los días grandes, guardias con uniformes de terciopelo a juego con el estilo barroco de la Casona del Parque junto a los policías locales con su uniforme moderno. Contradicciones, como empezar casi en hora este Pleno extraordinario en el que Francisco de la Torre, a sus 80 años, ha sido reelegido como alcalde con mayoría absoluta. La ciudad no conoce otro regidor en lo que va de milenio.

Sexto mandato del alcalde que suma ya 23 años con la vara de mando que este sábado ha vuelto a recibir con una mano en el pecho. Si todo ocurre con normalidad, la sustentará durante los próximos cuatro años, hasta los 84, cuando lo normal, en palabras del propio regidor, sería que diese un paso al lado, pero con De la Torre, la única certeza es que no se puede afirmar con rotundidad que no se vuelva a presentar. Menos aún, en caso de que la ciudad acabe albergando la Exposición Internacional de 2027.

Diecisiete concejales le permiten la mayoría absoluta a De la Torre, pero sólo ha obtenido 16 apoyos claros. Uno de los ediles populares han incluido, durante la votación, el nombre de su candidato junto al de Dani Pérez, candidato del PSOE, lo que ha levantado el runrún en el Salón de Plenos. No ha visto necesario la secretaria del Ayuntamiento repetir la votación –no hay tiempo que perder–, “ya que 16 votos también suponen la mayoría absoluta”. El 49% de los votos le dio la posibilidad de que uno de sus ediles se ponga malo en cualquiera de los plenos y, aún así, puedan salir sus mociones y propuestas sin necesitar a ningún otro grupo.

En el transcurso de la votación, en la que Antonio Alcázar (Vox) y Toni Morillas (Con Málaga) han obtenido los dos apoyos de sus ediles, un ex concejal del anterior mandato bromeaba tras contar varios "Dani Pérez" consecutivos: "les vamos a dar diez de ventaja", sonreía. Al final, casi se podrían contar diez y medio.

A la hora de jurar la Constitución, o prometer, todos los ediles populares han jurado, del mismo modo lo han hecho los de Vox. En el PSOE, sólo Dani Pérez y Carmen Martín han jurado, el resto prometido. Al igual que Toni Morillas, que se ha saltado el guion para “prometer trabajar por una Málaga feminista, que ponga la sostenibilidad de la vida en el centro”, por dos ocasiones, hasta haber simplemente prometido ante las llamadas de atención de la secretaria. En el lado contrario, Jacobo Florido, que al jurar su cargo elevó el tono, recordando casi a la pulsión militar a la hora de saludar a un alto cargo.

Esos han sido todos los sobresaltos en una investidura tan apacible como se esperaba después de que el Partido Popular haya recuperado la mayoría absoluta tras ocho años necesitando el apoyo de Ciudadanos, que ha caído de ser socio de gobierno a desaparecer de la Casona del Parque. A los pies del Ayuntamiento se manifestaban los funcionarios de justicia, que mantienen su reivindicación activa.

Dentro del tono que venían ofreciendo, los portavoces se han mostrado colaborativos por hacer una ciudad mejor en conjunto. Dani Pérez, líder de la oposición por el PSOE, ha recordado que el 49% de los votos no es un cheque en blanco –a pesar de que él mismo planteó las elecciones como un plebiscito entre modelos de ciudad–, Toni Morillas se ha mostrado dura y reivindicativa, "el gran desafío es atender a esas contradicciones que su modelo no solo no resuelve sino que acentúa", le ha dicho a De la Torre.

Alcázar, de Vox, ha asegurado que hará una oposición firme y leal, pero se mantendrá ojo avizor ante cualquier sospecha de corrupción. Elisa Pérez de Siles, portavoz popular y del equipo de gobierno, ha estado firme, respondiendo a las armas de la oposición durante estos últimos meses. También ha recordado que la política municipal está en el día a día y en el trato con los malagueños.

Durante su discurso, que ha durado 23 minutos, el alcalde ha sacado pecho por el resultado: “No hay otra candidatura en ninguna otra capital que haya obtenido tanto apoyo como la lista que tengo el honor de encabezar”. Pese a ello, puntualizaba, “debe ser nuestra dedicación a la tarea de gobernar para todos, votaran lo que votasen”. Pero recordaba, "Málaga está viviendo el comienzo de una etapa espléndida. Estamos en un presente de éxito. Tenemos por delante una era en la que los avances será aún más importantes para los malagueños".

De la Torre ha sintetizado lo que pretenden hacer en los próximos cuatro años, con vista a la Expo. Muchas de las propuestas ha podido tomarlas sin modificar del discurso de 2019, en el que también prometió solucionar la transformación del Guadalmedina, impulsar el Auditorio de San Andrés, o el eje litoral junto a los intercambiadores de Plaza de la Marina y Vialia.

Cuatro años después, todos esos proyectos siguen en un punto muy similar al que estaban –el más próximo es el intercambiador de Vialia–, pero no por eso ha dejado de añadir nuevos: CaixaForum, un centro dultural en Fiat Lux o avanzar en las nuevas centralidades de Malagueta y Huelin (hasta donde prevé se extienda el centro allá por 2040, cuando cumpliría 97 años–.

También ha tenido un recuerdo para la cárcel de Cruz de Humilladero, olvidando Distrito 6 y virando hacia un centro educativo. Y no ceja en su empeño, a pesar de que la Junta de Andalucía proyecta un centro cultural polivalente, de hacer un centro de investigación e interpretación de Arqueología de Málaga en el Convento de la Trinidad. Una de las espinitas pendientes del alcalde.

Importante ha sido la respuesta a la oposición, que pide decrecimiento –también es un mensaje común en las redes sociales– "la política del freno no genera recursos privados ni públicos, sino que reduce el nivel de vida de los países más prósperos e impide salir de la pobreza a los de menor renta", ha afirmado, citando a Daniel Gascón. Aprovechando el guante twittero también ha recordado que la "demonización de los empresarios" es un ataque a la generación de empleo.

En contraposición, ha subrayado la importancia de la política tangible, física y cara a cara, "si la democracia pierde la vinculación con lo físico, y reside sólo en la pantalla, habrá problemas, estaremos en manos de la fantasía", ha afirmado apoyándose en Ignatieff.

En la investidura, entre otros, han estado presentes Carolina España, Consejera de Economía, Luis Merino, exalcalde de la ciudad, Javier González de Lara, presidente de la CEA y de la CEM, Carlos Rubio, presidente de la Autoridad Portuaria o los secretarios generales de CCOO, UGT y CSIF.

Pero también las hijas de Dani Pérez, junto a su madre. Como niñas, los discursos no les atrajeron demasiado, más pendientes de un teléfono móvil que acaparase su atención, procurando que no levantasen la voz. Ni siquiera durante el discurso de su padre se separaron de teléfono móvil y que reproducía contenido infantil. En ellas, su futuro y el del resto de malagueños deberán pensar los concejales los próximos cuatro años.

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