Rescatados en Cártama media docena de vecinos de Doña Ana: "Hemos cogido fobia a la lluvia"
La Guardia Civil también procedió al rescate de otro residente en la zona, cuya vivienda estaba rodeada de agua
Rescate en un refugio de galgos en Cártama: "Perdimos todo con la DANA, lo reconstruimos y lo hemos vuelto a perder"

Media docena de vecinos de Doña Ana, en Cártama, han sido rescatados este martes por la mañana ante el desbordamiento del Guadalhorce. "El domingo estaba todavía quitando barro de la DANA de octubre y ahora otra vez, vuelta a empezar", se quejaba Antonio Fernández. Su casa y las otras tres de sus hijos tenían un metro de agua. Relataba que sus electrodomésticos estaban flotando por la finca, que está en uno de los márgenes del cauce. "Llevamos dos noches sin dormir. Le hemos cogido fobia a la lluvia. Sobre las 9:00 nos han sacado los GEA de la Guardia Civil", afirmaba. Aunque a continuación aseguraba que la crecida del río no era sólo producto de las precipitaciones, sino consecuencia también del desembalse de la presa del Conde del Guadalhorce.
En la zona había otro vecino en su casa, que estaba completamente rodeada de agua. A primera hora de la tarde, también fue rescatado por la Guardia Civil. Todos han sido realojados por el Ayuntamiento en un hotel de Cártama Estación y están a salvo, según confirmó su alcalde, Jorge Gallardo.
El clamor de los habitantes de la barriada era que se limpie el Guadalhorce para que tenga capacidad de evacuar un mayor caudal ante intensas precipitaciones y desembalses. "El cauce tiene que estar limpio. Yo siempre veo islotes de mierda en medio del río", se quejaba Fernández.
La crecida estuvo a punto de entrar en la vivienda de Nuria Luque, también en esta barriada. Este martes, ella estaba desolada; sentada con su hija en el escalón de su casa. El desbordamiento comenzaba a remitir y tenía el agua a escasos cuarenta centímetros de su puerta. "Esto lleva pasando mucho tiempo. Que limpien bien el río. En los últimos 20 años nos ha pasado varias veces. Si limpiaran en cauce, en gran parte podría solucionarse este problema", repetía. Mientras, la barriada -rural y tranquila- se vería alterada con el trasiego de guardias civiles y periodistas.
Un poco más allá, Gloria (prefería no dar su apellido) invitaba a observar las huertas de limones completamente anegadas desde su terraza. La vega del Guadalhorce parecía una marisma. Su vivienda se salvó. Sólo se había anegado el corral. Pero su familia, acostumbrada a estas incidencias, ya había tomado medidas y trasladado las ovejas a otro trozo más alto de la parcela. Así que estaban a buen recaudo. "Cuando llueve, el río se sale. Pero nos hemos criado aquí, estamos acostumbrados al campo y no nos vamos a ir a un piso", comentaba.
La barriada esta a escasos 200 metros del refugio Galgos en Familia, donde este martes también tuvieron que intervenir los Bomberos y la Guardia Civil para rescatar a seis voluntarios y 16 perros.
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