Los que se resisten a dejarlas morir

La falta de soluciones a los conflictos en las escuelas de hostelería de Málaga y Benalmádena lleva a alumnos y profesores a continuar con las protestas.

Profesores y alumnos de La Fonda y La Cónsula, ayer, en la calle Larios.
Cristina Fernández Málaga

03 de marzo 2015 - 01:00

Es cuestión de resistencia, de seguir gritando que son proyectos redondos, que durante dos décadas han funcionado con una inserción laboral que roza el 100%. Es momento de clamar por soluciones y criticar alto y claro que la dilatación en la solución de los conflictos está dejando morir a las escuelas de hostelería de Málaga y Benalmádena. Así lo creen profesores y alumnos de estos dos centros escolares, que ayer tomaron la calle Larios con su protesta. Después de una semana de huelga de estudiantes en La Cónsula y de llevar diez nóminas impagadas en La Fonda, las respuestas no llegan por parte de la Junta de Andalucía y la desesperación se ceba con los que tan sólo quieren formar y formarse en un sector clave de la Costa del Sol.

"Es increíble que tengamos que estar aquí", decía ayer Carmen Sánchez, representante de los trabajadores de La Fonda. A su lado, compañeros de los centros de Benalmádena y Málaga llamaban la atención de la calle con pitidos, cacerolazos, gritos y pancartas desde pasadas las diez de la mañana. La formación de excelencia prometida en estos centros no cuadra con la ausencia de servicio de limpieza en La Cónsula, con un restaurante cerrado desde diciembre y una escuela sin liquidez para poder afrontar el pago a proveedores o las reparaciones de los desperfectos del material de cocina. Tampoco los trabajadores han cobrado los últimos dos meses y lo que demandan es recuperar la normalidad.

"Vamos a seguir hasta que haya una solución definitiva", comentaba Miguel Romero, estudiante de segundo de sala. Su compañero Alejandro Vargas aseguró ayer que "no tenemos muy claro lo que quieren hacer con La Cónsula, si continuar o cerrarla, no sabemos por qué se está alargando tanto esto". "Es una cuestión política que tiene una solución política, que la administración inyecte dinero, es un modelo de éxito y se lo quieren cargar", protestó Vargas. Los alumnos consideran que lo que están haciendo con su promoción es que "salgamos mal formados" lo que, a su vez, daña la imagen de la escuela.

La situación aún es más delicada en La Fonda, ya que los profesores no tienen ningún ingreso desde el verano y formación ni siquiera se ha iniciado este curso. Ya son diez las nóminas acumuladas sin cobrar. Nada más que en sueldos se les debe a la plantilla unos 180.000 euros, según calculan los trabajadores. El centro no tiene teléfono y no puede hacer frente a sus deudas con los proveedores. El restaurante, que daba unos 40 servicios diarios, permanece cerrado desde el pasado julio. "Que en plena Costa del Sol tengamos que estar aquí protestando, con los índices de desempleo que hay, cuando son modelos que funcionan, es increíble", protestaba Carmen Sánchez, representante de los trabajadores de La Fonda. Y añadía que después "se les llena la boca con las políticas de empleo, que queda muy bien pero que no se cumplen".

A este centro les siguen pidiendo documentación "por enésima vez" y la última promesa que tienen desde la Junta es que mañana podría estar la documentación en intervención para proceder al pago. Pero son compromisos que ya no se creen. "Tenemos a tres compañeros de administración trabajando de ocho a ocho para presentar los papeles que ya nos han pedido pero ahora de manera diferente y así nos tienen, hasta que nos embarguen la casa", apuntó Sánchez.

Mientras, los alumnos están deseosos de empezar una formación que tienen colgada desde el curso pasado. Y la temporada de verano, a la vuelta de la esquina.

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