Un enclave histórico destruido
Restos musulmanes eliminados por la obra del Metro de Málaga
Los expertos destacan que la dimensión de los restos permitía comprender la estructura urbana de la ciudad de los siglos XI, XII y XIII
El traslado de lo salvado por Cultura puede alargarse hasta dos meses
Málaga/"Es una vergüenza lo que han hecho". El mensaje crítico era lanzado voz en grito por una ciudadano anónimo que pasaba en bicicleta junto al tramo del Metro en la Avenida de Andalucía. Un testimonio reflejo del sentir de una parte de vecinos disconformes con el hecho cierto de que el avance en la construcción del ferrocarril urbano conlleva la destrucción de la mayor parte de los restos arqueológicos de época musulmana encontrados en este escenario de la urbe.
Mientras algunos curiosos trataban de sortear con la mirada el obstáculo de las vallas que delimitan el recinto de la obra, una máquina pasaba y repasaba el terreno en el que yacen en buena parte destrozadas parte de las estructuras del barrio árabe de los siglos XI, XII y XIII rescatadas de manera momentánea. La dimensión del entramado urbano y su buen estado de conservación supuso toda una sorpresa para los especialistas que desde mediados de marzo se han afanado en la tarea de sacar a la luz lo que estaba oculto.
Y es justamente ahí donde radica el verdadero valor de lo encontrado. Referencias de la etapa musulmana en la capital de la Costa del Sol existen y son numerosas, pero los arqueólogos consultados vienen a confirmar que la principal virtud de lo encontrado es que permiten visualizar de manera global cómo era y se estructuraba un barrio que, se presume, podía extenderse desde la zona de la Trinidad hasta El Perchel.
"La importancia radica en el hito histórico y en la extensión del mismo; no es lo mismo encontrar una cabaña que todo el entramado urbanístico", comentaba un especialista preguntado. Las calles, las estructuras residenciales, el saneamiento... El problema irresoluble es que esta parte de la ciudad de hace hasta diez siglos se confronta con el desarrollo de una infraestructura moderna afectada de lleno desde su mismo origen por los retrasos y los sobrecostes en su ejecución.
El informe emitido semanas atrás por la Agencia de Obra Pública, que la Delegación de Cultura tuvo en cuenta para posteriormente emitir su resolución, era contundente al señalar que el mantenimiento de los restos era "incompatible" con el trazado del suburbano. Cualquier solución que hubiese conllevado el respeto y visualización del barrio árabe en su plenitud, a priori, hubiese tenido consecuencias claras sobre el desarrollo del Metro, obligando a modificar el trazado o las condiciones de ejecución.
La posición del departamento de Fomento fue clave en el informe final, que llevaba la firma de la delegada de Cultura, Carmen Casero, quien, a la vez, es responsable en la provincia de Fomento. En el dictamen, se validaba la opción de conservar aquellos elementos del yacimiento "más representativos".
A la espera de que se señale de manera detallada cuáles son estas piezas, se da por seguro el rescate de los restos de una vivienda típica de la época localizada en la parte de la obra más próxima a Armengual de la Mota, así como parte de la estructura que, tras el trabajo que la excavadora hizo ayer, siguen en pie en la Avenida de Andalucía.
Todo lo que finalmente sea salvado de la destrucción será retirado de su emplazamiento actual y recolocado en otro espacio, aún por definir, debidamente acondicionado para su musealización. Una de las opciones que toma fuerza es crear una sala especial en el espacio que queda libre en Callejones del Perchel entre la calle y el primer nivel del túnel del Metro. Un espacio que ya fue estudiado años atrás como punto de acceso para que los ciudadanos pudiesen contemplar los restos de la muralla nazarí encontrada en esa parte del trazado.
Expertos consultados por este periódico admiten que, pendientes de que se concreten los detalles, la labor de extracción y traslado de los restos podría alargarse varias semanas, incluso apuntan que podría requerir de hasta dos meses. Mientras se procede a ese desmontaje y retirada, que se ignora cuándo podría iniciarse pero en el que ya trabajan las constructoras encargadas del tramo, Acciona y Sando, los arqueólogos siguen actuando en varios puntos del tramo, dejando ver otros elementos del barrio musulmán ahora, de nuevo, desaparecido.
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