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El robo de electricidad detectado en Málaga en nueve meses equivale al consumo anual de 30.000 habitantes

El fraude supera los 33 millones de kilovatios y crece un 20%, según Endesa, que ha desconectado dos plantaciones de marihuana a la semana, casi un centenar entre enero y octubre

Un cultivo de marihuana en una vivienda de 50 metros cuadrados en Málaga equivale al consumo de 80 casas

Guardia Civil accediendo a una plantación de marihuana en Alhaurín de la Torre / Guardia Civil

La energía ‘robada’ mediante fraude eléctrico tras manipular sus instalaciones está creciendo este año en Málaga a un ritmo del 20%, según los datos facilitados por Endesa. La compañía, a través de su filial de Redes e-distribución, ha detectado entre enero y octubre un total de 2.392 expedientes por enganches ilegales, que han generado un fraude de 33,5 millones de kilovatios por hora. Y ello equivale al consumo energético anual de una localidad de unos 30.000 habitantes.

Si nos ceñimos a los casos vinculados a las plantaciones de marihuana, son 99 los procedimientos abiertos durante los últimos nueve meses -dos por semana-. Esos sistemas ilegales desmantelados por las fuerzas y cuerpos de seguridad han defraudado un total de 12,2 millones de kilovatios. Es decir, el 36% de la energía sustraída procede de esta actividad delictiva. La advertencia de Endesa sobre el impacto que suponen estos enganches ilegales es contundente: "Como si 80 viviendas demandaran a la vez energía sin parar”. Porque, según la compañía eléctrica, demandan energía "las 24 horas del día los 365 días al año".

En Málaga, la defraudación eléctrica tiene sus entornos campeones, sus millas de oro. La capital o Vélez-Málaga son algunos de ellos. Les siguen Mijas, Estepona, Alhaurín de la Torre y Alhaurín el Grande. “El fraude mata”, recalca tajante el director general de Redes de Endesa, José María Revuelta, quien justifica que "los cortes de suministro que se registran en los barrios donde hay una mayor concentración de plantaciones de marihuana" responden a la "manipulación de las instalaciones eléctricas para prácticas como el cultivo de marihuana y a la sobrecarga de la red de distribución por su consumo desorbitado".

Endesa resalta además la magnitud de un problema creciente que, remachan, llevan consigo una severa carga económica y social. Una práctica delictiva en aumento que, además de saturar las redes eléctricas, incrementa la factura de los consumidores y que también pone en riesgo instalaciones y atenta "contra la salud y la seguridad de las personas". Un robo cuya compensación se ha socializado entre quienes pagan su factura.

Según el responsable de la compañía, con las operaciones policiales para desmantelar estas plantaciones "la mejora en la red eléctrica es inmediata, con una reducción significativa de las incidencias en las zonas afectadas". Un claro ejemplo de este fenómeno se observó en la Operación Vulcano, llevada a cabo por la Policía Nacional en el barrio de Las Tres Mil Viviendas en Sevilla, zona conocida por su alta actividad relacionada con el cultivo ilegal de marihuana. Tras la incautación de la droga, los centros de transformación de la zona experimentaron una disminución del 40% en la carga de energía, lo que resultó en una reducción del 47% en las incidencias eléctricas.

La compañía resalta también "el aumento de violencia en zonas donde actúan mafias organizadas" como ha quedado patente tras las "imágenes con armas de guerra" que recientemente se han podido ver en zonas con alta tasa de plantaciones de marihuana.

Dos cultivos de marihuana en un zulo subterráneo, fabricado con contenedores

Uno de los últimos golpes al cultivo de marihuana se dio a conocer este mes de noviembre. La Guardia Civil destapó dos sistemas indoor en Alhaurín de la Torre que se encontraban instaladas en un zulo subterráneo, conectado ilegalmente a la red eléctrica. Los investigadores descubrieron que se trataba de una edificación subterránea, construida a modo de zulo y hecha con contenedores, que habían conectado con la superficie a través de un pasadizo y que tenía como fin la ocultación del cultivo indoor, tratando así de evitar la acción policial.

Dada la alta capacidad y el volumen del cultivo, era necesaria una gran cantidad de fluido eléctrico. A fin de que no existiera ningún registro público para acreditar el fraude, los autores habían realizado unos túneles desde el zulo hasta la acometida pública conectando la plantación ilegalmente. En los registros de las viviendas, los agentes encontraron 400 plantas de marihuana, 10 kg de cogollos, 2,5 kg de picadura de marihuana, 2 pastillas de hachís y 4350 euros en efectivo.

En agosto, otro operativo, en el que actuaron técnicos de Endesa junto a la Policía Nacional para destapar empalmes directos a la red, llevó hasta seis viviendas en Vélez-Málaga. Los investigadores solo pincharon en una de ellas. Las indagaciones llevaron hasta una decena de laboratorios instalados en inmuebles. Entonces hubo 14 detenidos, todos ellos pertenecientes a un mismo clan familiar. La Policía decomisó 1.200 plantas de cannabis sativa en distintas fases de crecimiento. Además de los diez laboratorios de marihuana también fue desarticulado un punto de venta de droga especializado en la dispensa de cocaína. La Guardia Civil sospechó de los incesantes ruidos emitidos por la logística de los laboratorios. El intenso olor de los cultivos les facilitó la labor para ubicar los inmuebles. 

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