Los ladrones no dan tregua a Jarazmín: desvalijan tres viviendas de la urbanización Atalaya en apenas una hora

Vecinos piden mayor presencia policial y que se identifique a los sospechosos

Todas las casas se encontraban vacías en el momento en que fueron asaltadas; sus moradores creen que habían estado siendo vigilados

Jarazmín, el barrio de Málaga que "vive con miedo" por los robos en viviendas: los ladrones se llevan un botín de 20.000 euros

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Un ladrón en una vivienda de la urbanización Atalaya de Jarazmín.
Un ladrón captado por una cámara de seguridad en una vivienda de la urbanización Atalaya de Jarazmín. / M. G.

Málaga/"Vimos todo desordenado por las cámaras. Igual si llegamos a verlo un poco antes podríamos haber llamado a la Policía", se lamenta un vecino de la urbanización Atalaya de Jarazmín al que desvalijaron su casa en cuestión de un cuarto de hora. Aunque, dadas las circunstancias, poco podía hacer. "Estaba con mi mujer en Italia, en casa de mis suegros, cuando los sensores saltaron detectando movimiento, pero no vimos la alerta en el móvil hasta unos cuatro o cinco minutos después de que se fueran". Lo justo y necesario para que dos encapuchados forzaran la puerta de su terraza, accedieran al interior de la vivienda y se llevaran joyas y dinero en efectivo por valor de 5.000 euros.

"Volvimos inmediatamente. Cuando llegamos, la Policía Científica estaba esperando en la puerta para tomar huellas". De la investigación, por el momento, lo único que han podido saber es la nacionalidad de los asaltantes. "Son albanokosovares, uno de ellos muy corpulento, se les oye hablar en la grabación". De lo sustraído, como es habitual en estos casos, ni rastro. "Nos han dicho que es muy difícil poder recuperar algo".

Lo más costoso, una colección de monedas de plata. Aunque lo que más lamenta es la pérdida de un reloj de su abuelo y la hucha de su hija de ocho años: "Tendría unos 700 euros que le habían dado la abuela, la bisabuela, el padrino...". A la pequeña, que se quedó en Italia tras lo ocurrido, han decidido no contarle nada.

Ahora, lo que más les cuesta digerir es si esto podría haberse evitado. "Mientras estábamos allí siempre encendíamos la luz al anochecer a través de Alexa, para que pareciera que había gente en casa, porque nunca se sabe, pero ese día estábamos muy a gusto y se nos pasó por completo", relata apesadumbrado.

Desperfectos en una vivienda provocados por la entrada de los asaltantes.
Desperfectos en una vivienda provocados por la entrada de los asaltantes. / M. G.

Una historia que se ha vuelto tristemente familiar en este barrio malagueño de la zona este de la capital, en el que los ladrones parecen haberse hecho fuertes en los últimos meses, tal y como ya adelantó Málaga Hoy en otra informaciónMálaga Hoy .

El caso más flagrante (el descrito ocurrió el 28 de diciembre) es el que sucedió el pasado Viernes de Dolores, cuando, de nuevo, volvieron a producirse robos en tres viviendas de la urbanización Atalaya de Jarazmín en apenas una hora. Además de un allanamiento en otra en la que, se cree, los ladrones se refugiaron para no ser vistos antes de emprender la huida.

En esta ocasión, aprovecharon que todos los moradores se encontraban fuera. Motivo por el que sospechan que los tienen vigilados. Sin embargo, lo que más les asombra es que no accedieron desde el exterior, sino desde dentro de la propia comunidad. "Ese día hubo mucha confusión. Había una fiesta, ruido, también entraba y salía gente. Sabían en qué momento actuar", relata una residente.

Así, uno de los robos se produjo mientras uno de los matrimonios afectados salió a cenar. "Nos fuimos sobre las 20:30 y nos robaron sobre las 21:00", afirma ella. Se colaron por la terraza, hicieron palanca en el ventanal del salón y rompieron el cierre.

Una vez dentro, los cacos se dieron cuenta de que había una cámara de seguridad e inmediatamente le dieron la vuelta. "No tenemos nada grabado y la Policía asegura que usaron guantes de látex. Tampoco hay huellas. Sólo una pisada en la terraza, donde seguramente se apoyaron para tomar impulso y meterse en la de al lado". A continuación, pusieron la casa patas arriba. "Se llevaron unos 1.300 euros en efectivo y joyas de oro. También había perlas y plata, pero esas las dejaron".

Cerradura reventada.
Cerradura reventada. / M. G.

La misma suerte corrieron los vecinos que tienen pared con pared, que se encontraban de viaje en el extranjero. En su caso saltó la alarma, la empresa de seguridad los telefoneó y les informó de que la habían desconectado "porque no se veía a nadie". "Les pedí que la volvieran a conectar, que si había saltado era por algo, pero no lo hicieron. Tampoco avisaron a la Policía", asegura ella.

Entonces, pasó al plan b. Llamó a otra vecina, que además estaba escuchando el trasiego en su piso y creía que "ya habíamos vuelto y estábamos moviendo algún mueble". "Le pedí, por favor, que pegara en el timbre y se metiera corriendo en su casa, a ver si así los espantábamos". Y funcionó. Salieron de la vivienda hasta otro piso. Gracias a esta arriesgada maniobra no les dio tiempo a llevárselo todo. Pero sí bastante. Aproximadamente 15.000 euros entre efectivo, relojes y joyas (incluido su anillo de pedida). Tras lo sucedido, no descarta emprender acciones legales contra la empresa responsable de la alarma.

El robo restante se produjo en lo que la responsable del inmueble se ausentaba de la casa para jugar al pádel. Esta vez, lo sustraído se limitó a los 60 euros en efectivo que llevaba en la cartera y que dejó en casa. "Iban buscando joyas. Ni siquiera se llevaron el Iphone".

Ante esta oleada de asaltos en viviendas de la urbanización, que se suma a los cometidos con anterioridad en el resto del barrio, el presidente de la asociación de vecinos Atalaya de Jarazmín, Ramón Rodríguez, pide más agentes en la zona, así como que se lleven a cabo patrullas de paisano.

"Hemos mandado muchos escritos al Ayuntamiento avisando de la inseguridad, sin embargo, no estamos contentos con cómo se está gestionando", explica. "Es cierto que hay algo más de presencia policial por las mañanas, pero no por las noches, cuando se producen los robos. Tampoco se está haciendo un trabajo de identificación", agrega. "Yo mismo detecté a un grupo de individuos en actitud sospechosa en una obra aquí al lado y no mandaron a nadie. Al día siguiente robaron en ella", concluye.

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