Senderos de río en Málaga: rutas fluviales para avanzar en la desescalada
Naturaleza y desconfinamiento
Caminos de agua para respirar aire puro a través de una mascarilla
Con suerte, se nos caerá el móvil a alguna poza y disfrutaremos de un ratito de desconexión
Un listado de ríos malagueños para visitar por fases
Como decíamos ayer, el turismo activo es una forma de turismo con un número creciente de adeptos. Respeto medioambiental y deporte, vida sana y, ahora, desconfinamiento. Porque con el avanzar de las diversas fases de la desescalada también podemos avanzar por las rutas fluviales que la provincia de Málaga oculta en su interior.
Y justo a tiempo, porque el clima no perdona y el calor está ya aquí. Además, ahora que no paran de caerse eventos veraniegos del calendario, como la Feria de Málaga (esto ya es un sinvivir), tenemos que ir pensando en procurarnos nosotros mismos la diversión que, hasta ahora, no sabemos muy bien por qué, estaban obligadas las instituciones públicas a regalarnos. Como si el aburrimiento fuera una pandemia que los Ayuntamientos tuvieran el deber de combatir. ¡Lo de pan y circo está ya muy antiguo, oiga! ¡Diviértanse como buenamente puedan, leñe!
En fin, para que no se den ustedes de cabezazos pensando qué pueden hacer, nosotros ya le listamos para su comodidad una serie de rutas fluviales, senderos de ríos y otros caminos acuáticos en los que meter los pies, como dicen las madres, para luchar contra el aburrimiento:
Ruta del río Verde, en Istán
La ruta del Río Verde, en Istán, es en verano un lugar muy frecuentado. Conocido por ese nombre por la gran cantidad de verdín que cubre sus rocas, la ruta del río Verde es muy fácil, pero hay que tener en cuenta que es resbaladiza en todo su trazado: debemos extremar las precauciones con respecto a nuestros tobillos, que se pueden doblar con facilidad cuando menos lo esperas.
Las aguas de río Verde abastecen al pantano de la Concepción y su ruta parte desde Istán por la zona más ardua del valle que se encuentra en el Parque Natural de la Sierra de las Nieves.
Es un recorrido lleno de sorpresas ya que en la zona hay puentes colgantes, aunque en muy mal estado, y su primera poza, la que inaugura el camino, es de gran profundidad e inapropiada para aquellos que no sepan nadar bien, ya que no existen muchos agarraderos en sus orillas.
También en esta poza hay una cascada artificial que cae con bastante fuerza, por lo que puede hacer daño. Por lo que recordamos, una vez más, que debemos tener cuidado y nunca hacernos el gallito. A menos que vayamos con la chica o el chico que nos gusta.
Justo al final de este itinerario encontraremos el charco del Canalón, una zona con una bonita poza de aguas cristalinas, constreñida entre paredes calizas y que adopta su nombre de la caída de agua de una acequia que está situada unos metros por encima.
Ruta del arroyo del Quejigo, en Jubrique y Genalguacil
La ruta del arroyo del Quejigo, en Jubrique y Genalguacil, es una ruta circular y anfibia que recorre algo más de siete kilómetros y medio de Sierra Bermeja.
El arroyo del Quejigo es uno de los afluentes del río Almarchal, que a su vez es uno de los principales tributarios del río Genal.
Este enclave se encuentra en Jubrique, aunque muy próximo a paraje natural de los Reales de Sierra Bermeja y a la localidad de Genalguacil, y el mes recomendado para visitarlo es julio, por lo que vamos bien de tiempo.
El principal atractivo de esta ruta es Charco Azul. Curiosamente, aunque las aguas son de un intenso color verde, se le llama azul por aquello de lo paradisíaco del entorno: cuando se puso el nombre a esta charca el marketing era una cosa aún por explorar, pero ya se daba de manera intuitiva y funcional.
Esta poza natural de aguas cristalinas se ubica entre altos desfiladeros y está rodeada de densos pinares en los que abundan los helechos.
Debemos tener aquí también cuidado con los saltos: el agua es tan límpida y clara que el fondo parece más profundo de lo que es, y en realidad cubre en escasos puntos. Además, el verdín que recubre sus paredes resbala muchísimo.
El espacio de la orilla es pedregoso e irregular, aunque se puede estar sentado bajo la sombra de las adelfas, por muy poético que suene esto.
Es un paraje frecuentado por senderistas, por ello conviene ir temprano o entre semana; esto acaba con cualquier ensoñación poética.
El agua chorrea sobre la redondeada poza de Charco Azul por dos cascadas que, de remontarlas un kilómetro aproximadamente, nos conducen a otro bello rincón: Charco Encantado, reconocible por su salto y el enorme tronco de pino recostado que lo acompaña.
Más adelante aparece también el Charco de María Teodora, cuadriculado y con una chorrera que le resbala por una laja totalmente vertical y pulimentada.
Ruta del río Guadalevín, en Ronda
En la plaza de María Auxiliadora de Ronda arranca la ruta del río Guadalevín. En uno de los extremos de esta plaza comienza el camino de los Molinos, una de las antiguas entradas a la ciudad, que es el inicio del recorrido y un inmejorable mirador para vislumbrar el paisaje que vamos a recorrer: la Hoya del Tajo rondeño.
Todo el trayecto coincide con la Gran Senda de Málaga y la Gran Senda de la Serranía, ambas solapadas.
En el primer medio kilómetro de bajada por el camino de los Molinos descubriremos un par de senderos que se desprenden hacia la base del Puente Nuevo y a las ruina de los viejos molinos harineros.
En los últimos años ha tomado gran auge la actividad barranquista en el cañón del Tajo de Ronda, pero, como siempre decimos, sólo es apta para deportistas muy experimentados. Igualmente, se ofertan dos vías ferratas: la Escalerilla de la Muerte (nivel bajo) y La Sevillana (nivel medio).
Tanto para una como para otra, si no se tienen los conocimientos necesarios y cierta experiencia, lo recomendable es contactar con alguna de las empresas de turismo activo de la zona.
La riqueza ornitológica del paraje del Tajo es una de las grandes sorpresas de esta ruta en la que desfilaremos junto a antiguos molinos, y siempre y en todo momento disfrutando de una bonita panorámica del conjunto del Tajo.
De hecho, El Tajo engloba un ecosistema de una gran relevancia ecológica para las aves. Si a ello sumamos la proximidad del río Guadalevín, con un importante soto fluvial, y la presencia de huertas y campos de cultivos, entenderemos perfectamente el interés que este enclave despierta en ornitólogos empeñados en fotografiar las diferentes especies presentes en el terreno. Que tire la primera piedra quien no sea freak de algo.
Para avistar aves cómodamente, recomendamos todas las balconadas de la Alameda del Tajo, el Paseo de los Ingleses, el Puente Nuevo, el Paseo de Blas Infante, los miradores que rodean el Parador Nacional y los jardines de Cuenca.
Esta es una ruta circular, y en el río Guadalevín podremos disfrutar de refrescantes chapuzones en diversas pozas, siendo la más conocida el Charco de Malillo y Charco Azul.
Ruta de las Angosturas del río Guadalmina, en Benahavís
Cerca de Benahavís encontramos la ruta de las Angosturas del Río Guadalmina. De dificultad media, esta ruta, que dura unos tres kilómetros, se puede completar en dos horas y media y, al contrario que en la ruta del río Padrón, nos tendremos que mojar sí o sí. De modo que lo mejor es llevar botes o bolsas estancas para no mojar nuestros queridísimos móviles de última generación de los que, al parecer, no nos podemos despegar ni un segundo.
Dos arroyos principales conforman el Guadalmina, lo que da pie a un torrente con caudal permanente y vigoroso. En su tramo medio el curso traza unos marcados meandros antes de tomar contacto en una intrusión de calizas que, como la denominación de "angosturas" indica, son estrechos y elevados.
De hecho, entre estos espacios tendremos que atravesar zonas a nado ya que no haremos pie. Nada que no se pueda superar con unos manguitos y una gran responsabilidad por nuestra parte: si no sabemos nadar, o lo hacemos con dificultad, lo mejor es acudir a alguna empresa turística especializada que organice rutas por esta zona.
Igualmente, la falta de luz en las angosturas incide en la temperatura del agua, que puede llegar a ser excesivamente fría, por lo que esta ruta es especialmente recomendada para el verano. Si superamos estos inconvenientes disfrutaremos de la inmersión en uno de los cañones más bonitos de Málaga, sino de toda Andalucía.
Al igual que en el resto de cursos fluviales del entorno, la insaciable mano del hombre ha perfilado el paisaje debido a las construcciones de los alrededores y de su necesidad de agua. Es por ello que la vegetación sufre cierta degradación y solo en periodos de lluvias podremos ver el Guadalmina entregando sus aguas al mar Mediterráneo.
Ruta del río Higuerón, en Frigiliana
La ruta del río Higuerón, en Frigiliana es una senda de dificultad moderada pero extensa que es preferible hacer en verano.
El río Higuerón es afluente del Chíllar, por lo que su cauce recuerda en muchos de sus tramos a este río, y nace en Frigiliana, en la Sierra de la Almijara, la Axarquía.
Esta es una ruta de unos ocho kilómetros de largo y debemos remontar un trecho el río para llegar hasta sus angosturas calizas o cahorros. Por ello, su primer tramo puede ser algo monótono, pero la recompensa al esfuerzo está garantiza.
En el recorrido pasamos por zonas de cascadas, pequeños rápidos y aluviones donde hay que tener cuidado por lo resbaladizo de las rocas.
Para finalizar esta senda fluvial es necesario salvar dos saltos de agua, por lo que tendremos que hacer acopio de destreza para no darnos un costalazo. Para ello, una vez más, recomendamos precaución y un calzado adecuado.
Nada de chanclas de goma, por favor.
Y si vamos con alguien más experimentando y ágil, mejor que mejor.
Sendero del río de las Zúas, en Júzcar
El inicio de ruta del río de las Zúas -llamado también de la Súa o de las Súas- lo hallamos en el ya conocido (al parecer para siempre) pueblo Pitufo: Júzcar. Esto, dependiendo de a quien se le pregunte, es una suerte o una desgracia.
La senda comienza en el camino de las Alcoberías, el cual comienza en el punto más bajo de la calle San José, calle a la que se llega desde la plaza donde se eleva la iglesia de Santa Catalina.
La ruta de río de las Zúas -que es el principal aporte del Genal- posee el nombre de ruta de la Fábrica de Hojalata y tiene dos variantes de interés: la primera es recorrer la orilla del Genal por el exterior del vallado del camping Moclón, para posteriormente realizar una marcha acuática por el propio cauce y su afluente, el de las Zúas, hasta llegar a las cascadas finales de la Sima del Diablo.
Éste angosto cañón de tolkiano nombre está labrado de modo natural sobre rocas, y permanece en continuo proceso erosivo debido al arrastre de cuatro hermosas cascadas.
La segunda variante consiste en alargar la opción anterior hasta el pueblo de Júzcar, siguiendo para ello la vereda de las Alcoberías.
Ambas opciones están condicionadas al caudal del Genal -practicable para senderismo acuático sólo en el periodo veraniego.
De la suma de la excursión propuesta y sus variantes, resulta una senda circular de algo menos de siete kilómetros.
El camping Moclón está cerrado de modo permanente en la actualidad, por lo que entrar en su parcela para visitar algunos de los edificios de la antigua fábrica que había en la zona es hoy en día complicado.
A lo largo del curso de este río nos veremos amparados por una importante maraña vegetal de sauces, chopos e higueras tapizadas de enredaderas. En sus laderas son frecuentes también los quejigos, alcornoques y castaños.
Poco después de salvar la Sima del Diablo, el río de las Zúas entrega su caudal al Genal, muy cerca de las ruinas de la fábrica de hojalata, en la Junta de los Ríos, de ahí que esta ruta reciba dicho nombre.
Por último, reseñar que tanto el tramo bajo del arroyo Majales, como la Sima del Diablo, han sido equipados para su descenso deportivo. De hecho, la Sima del Diablo siempre acarrea un volumen de agua abundante, sorprendente para un curso mediterráneo, por lo que es muy frecuentado durante el periodo estival.
Ruta del río Padrón, en Estepona
La dificultad de la ruta del río Padrón, en Estepona, depende de las opciones que escojas porque dispone de varias vertientes. Hay un par de ellas con dificultad media, por lo que es apta para excursionistas que ya tienen algo de experiencia en este tipo de actividades, con una duración de unas dos horas y media hasta cuatro horas (dependiendo del grado de abstracción que alcancemos en nuestro avance puede ser más).
Pero también encontramos una tercera ruta más dura que se tarda en recorrer siete horas aproximadamente. Tres versiones que, perfectamente, se pueden combinar en función de las ganas de andar con las que nos hayamos levantado ese día.
El río Padrón nace en la vertiente sur de Sierra Bermeja, bajo las laderas del Alto Porrejón, y a escasos trece kilómetros de la costa mediterránea. Aunque no existe un nacimiento concreto, la ruta del río Padrón nos da la bienvenida con un pequeño desafío: cruzar a nado una inmaculada poza de agua transparente como una botella de cristal verde.
La zona mejor conservada es su cabecera, con un curso fluvial bravo a lo largo del cual el incipiente río se precipita entre pequeñas cascadas y pozas, encontrándose rodeada de extensos bosques de pinos y alcornocales.
Sin embargo, conforme avanzamos, a lo largo del tramo medio y bajo del curso, la vegetación de ribera es escasa en parte debido a la acción del hombre.
En cuanto a la fauna, si tenemos suerte, podremos ver un curioso pez llamado boga del Guadiana que es endémico de la Península Ibérica, así como el bordallo del Genal, exclusivo de los ríos malagueños, el barbo gitano y la muy escasa anguila.
Los anfibios, las diversas especies de reptiles y las aves rapaces complementan un ecosistema equilibrado a la perfección que, en demasiadas ocasiones, también acusa la presencia del ser humano.
La dificultades de la rutas también difieren según la época del año por un motivo que no tiene nada que ver con la climatología o el terreno en sí mismo: en los meses de verano conviene empezar temprano porque muchos visitantes suelen tener la misma idea que nosotros y acuden a refrescarse a las charcas del río Padrón.
Por otra parte, en los meses invernales y, sobre todo, tras fuertes lluvias, no se deben realizar los tramos fluviales por razones obvias: el Padrón puede llevar una corriente importante y el frío se hace notar.
Rutas del río Genal
Las rutas del río Genal atraviesan varios pueblos malagueños, por lo que ofrecen muchas opciones en cuanto a posibles sendas fluviales que realizar.
Y es que el Valle del Genal, además de las mejores masas boscosas de la provincia de Málaga, atesora un ramillete de 15 municipios que han sabido preservar el encanto y la belleza de los pueblos blancos andaluces.
El río Genal es el principal afluente del río Guadiaro, que conforma una subcomarca de fuerte personalidad en el seno de la Serranía de Ronda.
Entre las rutas que ofrece podemos realizar sendas fluviales como la que se da río abajo, en el entorno del Llano de la Escribana, entre Benarrabá y Genalguacil.
Otra ruta es la que se da en el entorno del Puente de San Juan, donde nos aguardan los charcos Redondo y Esteban, dos bellas pozas situadas entre Algatocín, Genalguacil y Jubrique.
El Genal nace en el paraje del Nacimiento a través de una cueva que expulsa las aguas del potente acuífero de la Sierra de las Nieves. Un lugar fácil de visitar y que supone una gran visión que podemos contemplar todo el año.
De su amplia cabecera, estructurada en forma de abanico por las altivas sierras del Oreganal, de las Nieves y Trincheruelas, recibe varios aportes, entre ellos los de ríos Seco, de las Zúas, Nacimiento y Gorgote.
El tramo medio es el más accidentado ya que penetra en terrenos alpujárrides con numerosos meandros y encajonamientos. En este sector acoge como principales afluentes a los ríos Monardilla y Almárchar, originados en Sierra Bermeja.
Finalmente, el río Genal escapa del escabroso territorio serrano y en tierras de Gaucín se ensancha entre amplios depósitos aluviales.
Sendero del río Turón, en El Burgo
Comenzamos el recorrido del río Turón en El Burgo. Este camino fluvial es el resultado de la unión de varias cañadas y barrancos ubicados en el Parque Natural Sierra de las Nieves, siendo su principal valedor desde el sur el arroyo de la Higuera, alimentado por diferentes manantiales y las precipitaciones.
Teniendo como eje la Gran Senda de Málaga hay dos rutas en el río Turón que se pueden complementar en la medida de las ganas que tengamos de andar.
Ganas que seguramente irán disminuyendo conforme marchemos, así que debemos seguir este consejo: vamos a elegir los itinerarios con la misma prudencia con la que nos llenaríamos un plato en un bufé: que lo que nos entre por el ojo no sea más de lo que podamos tragar.
¡Seamos consecuentes con nuestro estado físico y nuestro nivel de flojera! Temet nosce.
En cualquier caso, en sendas rutas senderistas siempre iremos pegados al río, por lo que podremos darnos algún que otro chapuzón.
De hecho, existen dos zonas de baños permitidas, una en el Dique y otra en el Largo del Dique, ambas contiguas.
Aunque la poza del Dique es bien profunda y la tentación de saltar desde el muro nos llame como el vacío nos llama desde el fondo de los ojos de nuestro vecino de arriba, no lo recomendamos en absoluto.
Para evitar la tentación sólo tenemos que acordaros del malogrado Ramón Sampedro. No es una advertencia baladí: ya se han producido algunos accidentes con lesiones graves.
Para los que van en familia y con menos ganas de hacerse el Macho Man, el charco del Largo es ideal para reponer fuerzas, pues tiene una zona que no cubre, muy apropiada para los más pequeños.
El Turón es uno de los ríos con mayor riqueza ictícola del territorio malagueño, siendo la más significativa, de entre todas las especies que arropa, la trucha común, en peligro de extinción.
Además, el Turón presta su líquido elemento al embalse Conde de Guadalhorce que, junto a otros como el de Guadalteba y Guadalhorce, conforma el principal entramado hidrológico de la provincia.
Para finalizar, hay que recordar que se ha de conservar el estado natural de las rutas fluviales, respetando su entorno: hay algo rematadamente mal en esas personas que hacen una senda de agua para, en apariencia, disfrutar de la naturaleza, y que aprovechan el viaje para dejar el camino sembrado de basura.
No seamos ese tipo de desalmados y disfrutemos de nuestra geografía con civismo y cariño.
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