“Este sábado es mi cumpleaños y podría haber sido el día de mi entierro”
Álvaro iba con su perro, camino de la playa, cuando un gran árbol cayó sobre la parte delantera del vehículo
Un herido leve al caer un árbol de grandes dimensiones sobre un coche que circulaba por Pedregalejo
Málaga/“He vuelto a nacer. Este sábado, en lugar de ser el día de mi cumpleaños habría sido el de mi entierro”. Así, todavía en shock, habla Álvaro Villalobos, el conductor que iba en el coche sobre el que este viernes se ha desplomado un gran árbol, en Pedregalejo, debido a las fuertes rachas de viento. Este sábado cumple 36 años y sí que va a celebrarlo.
“Estoy vivo de milagro. Si hubiera caído un segundo más tarde, no lo cuento”, dice como sin creerse aún que esté a salvo. Porque el árbol impactó sobre el capó del vehículo. “No ha sido una rama, ha sido todo el árbol. Un segundo antes escuché un crujido y cuando me di cuenta, pensé: aquí me quedo”, comenta.
El árbol golpeó sobre el costado izquierdo del coche, en la parte delantera. Quedó medio atrapado, aunque pudo abrir la puerta y dos viandantes que pasaban por la avenida Juan Sebastián Elcano –donde ocurrió el incidente– le ayudaron a salir del vehículo. “Salí medio llorando y mirando hacia arriba porque temía que me cayera algo más”, confiesa.
“Tenía una cita médica, me llamaron y me la cancelaron. Así que decidí ir un rato con mi perro a la playa”, relata. Willy, su mascota, también se llevó un buen susto. Cuando salió del vehículo, Álvaro se quedo petrificado, con su perro en brazos, observando como los operarios quitaban el tronco de encima de su Mercedes. El árbol atravesaba toda la calle.
Debido a algunas lesiones leves, decidió acudir a un centro hospitalario. Se desplazó al Clínico en el coche de su madre. “Pero conduje yo, porque ella estaba incluso más nerviosa”, asegura.
Dice que en Urgencias del hospital le atendieron “superpronto”. Explica que le pusieron “un liquidito en el ojo y con una pinza me quitaron un par de cristales que tenía dentro”. El árbol impactó más sobre el lado izquierdo del coche y rompió el cristal del techo del vehículo. Fueron un par de esas astillas las que se clavaron en el ojo izquierdo de Álvaro. “También tenía cristales en la mano izquierda y me la han limpiado bien con betadine”, aseguró. Además, le hicieron una radiografía de tórax, pero aparentemente no hay nada que temer. “Apenas salí del coche estaba nervioso y con ganas de vomitar”, recuerda. Pero, presumiblemente, todo era del susto.
Álvaro vive solo, pero este viernes se fue a casa de sus padres. “Estoy con mi perro pegado, en la cama; mientras haya viento, no tengo muchas ganas de salir de la casa”, dice medio en broma, medio en serio. Afirma que, por ahora, no se plantea ninguna reclamación o denuncia por el hecho de que un ejemplar del arbolado de la ciudad a punto estuviera de costarle la vida. El joven no para de pensar la mala y, a la vez, buena suerte que ha tenido. Willy sigue algo temeroso y todavía tiene las orejas gachas del susto...
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