El sacerdote más joven de la Diócesis de Málaga se llama Daniel Gutiérrez y tiene 24 años

Ordenación sacerdotal de Daniel Gutiérrez Santiago.
Ordenación sacerdotal de Daniel Gutiérrez Santiago. / Diócesis De Málaga

El sábado 13 de enero, el obispo de Málaga, Jesús Catalá, ordenó como sacerdote a Daniel Gutiérrez Santiago, convirtiéndose, con 24 años, en el más joven de la Diócesis provincial. Su primera misa la ha oficiado este domingo en la parroquia de San Juan Bautista, en Vélez-Málaga, su localidad natal.

Sus propósitos para esta nueva etapa, asegura en una entrevista recogida por la Diócesis, es poner en práctica lo "aprendido" y "rezado". "Deseo servir con mucho cariño al pueblo de Dios que se me encomiende. Y, sobre todo, hacer visible el amor de Dios por medio de mis obras y de mis palabras, para que otras personas le puedan conocer, amar y seguir", manifiesta.

Daniel Gutiérrez, desde su ordenación como diácono, ha pasado por el Sáhara, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y la parroquia de nuestra Señora de los Dolores en Puerto de la Torre. Allí estuvo el año anterior de pastoral y también vivió su diaconado. "He celebrado bautizos, bodas, liturgia de la palabra, he visitado a los enfermos y mayores, he participado en la coordinación de grupos, y en un sinfín de actividades, todas ellas muy enriquecedoras", cuenta. También ha sido capellán en el colegio Santa Rosa de Lima y, desde noviembre, atendía Álora realizando funerales y bautizos.

El sacerdote Daniel Gutiérrez Santiago.
El sacerdote Daniel Gutiérrez Santiago. / DIÓCESIS DE MÁLAGA

Recuerda que cuando era pequeño su abuela fue la que le enseñó a rezar. En catequesis ya le fascinaba la figura de Jesús. Pero, fue en 2013, año en el que murió su abuela, cuando acudió de una forma más próxima a dios y comenzó a ir a su parroquia de San Juan, relata. "Allí descubro la verdadera imagen de la Iglesia, esa que acompaña al que sufre, que ayuda al que no tiene recursos, que escucha al que lo necesita…", manifiesta. En esa época también conoció al sacerdote Paco Sánchez. "Poco a poco, por medio de personas y circunstancias concretas, voy descubriendo que el Señor me llama a la vida sacerdotal", detalla.

El día de su confirmación recuerda que su párroco le dijo que nada ni nadie le separase de Cristo. "Desde entonces intento vivirlo porque he descubierto que sin el señor todo es muy distintos, la vida pierde sentido", expresa.

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