Saúl Jiménez Fortes, torero: "Aunque fuera la última tarde de mi carrera estaría súper satisfecho"
Feria Taurina de Málaga 2024
El matador malagueño, ganador del Premio Capote de Paseo a la mejor faena de la Feria 2024, rememora su tarde mágica en el coso de La Malagueta
Fortes, en la hora de la verdad
Pregunta.Cuando sale la idea del mano a mano, ¿se imaginaba que podía terminar como terminó, triunfando de la manera que ha triunfado?
Respuesta.En una parte sí. Para que las cosas sucedan, hay que primero crearlas en tu cabeza y luego hacerlas realidad. Muchas veces la vida te sorprende y se magnifica. Quizás la suerte favoreció y lo hizo posible, pero realmente no sería honesto si no dijera que venía con la mentalidad de cortarle seis orejas a la corrida o de crear una tarde histórica. Y prueba de ello, es que lo he dicho en otras ocasiones que quería cortar un rabo en Málaga y quería que el mano a mano estuviera a la altura del mano a mano famoso que hubo en Málaga. Quizás para eso hubiera faltado esa competitividad en quites y que los toros hubieran durado un poco más, el haber triunfado los dos… para que hubiese sido tal cual lo soñé, pero ya ves que los sueños eran demasiado osados y atrevidos. Agradecido porque al final no es nada fácil que ocurra lo que ocurrió, pero sí lo soñaba.
P.¿Está satisfecho o se queda la espinita de no haber cortado el rabo?
R.Estoy súper satisfecho. Fíjate que podría tener ese resquemor de haber pinchado los dos toros, que si lo hubiese matado habría sido más rotundo el resultado. Pero al final hay que ser agradecido porque tardes así ocurren muy pocas veces en la vida de un torero, y por eso creo que ha tenido esa trascendencia. El comentario que más me llegaba el año pasado cuando triunfé era “te he visto diferente, mucho más seguro, tranquilo, sereno” y este año lo que más repiten es “nunca he vivido en una plaza de toros una emoción así” o “hace años que no he visto torear alguien así. Desde que vi a Antoñete o a José Tomás no he vuelto a sentir una emoción tan fuerte” y eso es algo que te emociona cuando te lo cuentan y es cuando empiezas a medir la dimensión de lo que has hecho sentir a otras personas, que es incluso hasta mayor de lo que yo he podido sentir.
P.Ese cambio que mencionaba de notarse más sereno, más tranquilo, ¿a qué se debe? ¿Lo ha buscado? ¿Ha surgido? ¿Cómo ocurre?
R.Creo que, al paso de los años, al tiempo. Al final llevas toda una vida dedicada a tu profesión, para ir mejorando constantemente cada detalle. Durante todos estos años que he estado toreando menos he seguido igualmente haciendo campo, incluso en épocas que he estado parado por lesiones… y bueno se va asentando tu tauromaquia y vas cogiendo ese poso. Vas encontrando esa excelencia que a lo mejor estaba en mi cabeza y no la conseguía desarrollar. El otro día se fueron juntando todas las cosas para poder desarrollar todo lo que llevaba tantos años trabajando a nivel técnico y a nivel emocional. Había una gran represión de espíritu y como que salió todo. Recuerdo que estaba en el patio de caballos súper nervioso con mucha presión, no quise salir al patio de caballos, estuve en la capilla hasta el paseíllo porque tenía muchísima emoción dentro. Creo que cuando empezó a fluir, que fue muy pronto, después de la larga cambiada, y vi que el toro tenía esa clase y calidad, ese volcán de emociones salió en caño.
P.Esos nervios que tenía antes, ¿se sobrepone a ellos yendo directo a la puerta de chiqueros?
R.Sí, fue una manera de quitar esa presión… Quizás una manera un poco rara [risas].
P.Solo a los toreros se os ocurren esas cosas…
R.No es algo que quiera incluir en mi tauromaquia mucho, pero sí es verdad que los días que se me pasa por la cabeza y después no lo hago me afecta para luego el resto de la tarde. De alguna manera es como que no he superado esa barrera. Y no se es más valiente por irse o no irse, pero bueno también creí que era un gesto reivindicativo. Cuando recogí el capote de paseo pensé que era una manera de borrar el pasado y decir hay que construir de nuevo el futuro. Por último, quise hacerle un homenaje íntimo a Paquirri. Cuando estoy de rodillas, hay un instante que dejo el capote y estoy con las dos manos en la cintura porque Paquirri cogía un lado u otro según como viniera. También el inicio por manoletinas porque era un 20 de agosto, el cumpleaños de José Tomás, bueno son cosas íntimas que uno lleva y que le hace especial ilusión homenajear a otros toreros.
P.Hábleme de ese inicio por manoletinas que tuvo muy buena pinta hasta que salió por los aires…
R.En otra ocasión he hecho algún inicio por bernadinas que no he visto hacer a nadie. Y este año también se me ocurrió hacerlo así. Tampoco nunca había visto a nadie iniciar así. Me gusta innovar en ese aspecto. Siempre me ha gustado en mi carrera rizar un poco el rizo. Por eso he tenido pues este tipo de percances, a veces innecesarios también. Pero creo más en ese ir abriendo un camino nuevo que en copiar, imitar o repetir suertes que están de moda o se hacen continuamente. Hace muchos años, en 2017, fui el primero a lo mejor en pegar el pase cambiado de rodillas y hoy día pues no me inspira hacerlo porque es algo que se está haciendo prácticamente todos los días. Me hace ilusión probar y cuando abres caminos tienes la opción de que salga o no.
P.Le he leído en alguna entrevista años atrás, que cuando mira a sus inicios no se sentía tan reconocido con el torero que era. ¿Ahora sí se ve y sí se siente más identificado?
R.Sí, ahora sí. De las grandes satisfacciones que tengo de mi carrera, no solo por esta tarde, ya era consciente antes, es que he podido desarrollar la tauromaquia que llevo dentro. No digo que haya tocado techo, porque siempre se puede seguir evolucionando, pero sí que he podido desarrollar como a mí me gustaría ver torear si yo fuese aficionado solamente. El martes por la noche en la UCI, sin visitas ni teléfono ni nada, pensaba que evidentemente estaría mejor en el hotel celebrando, con la familia, pero por otro lado estaba tranquilo de que, aunque esto no tuviera ninguna rentabilidad, aunque no me sirviese para nada, y fuera la última tarde mi carrera estaría súper satisfecho, porque es tan difícil poder echar una tarde así, que estaba modo zen, súper tranquilo.
P.Si tuviera que elegir un momento de la tarde, ¿cuál sería?
R.Uf, difícil [tras mucho pensar]. La foto que veo que más me gusta es cuando voy saliendo a hombros, porque se ve una multitud de gente joven y concretamente las personas que me están llevando son íntimos amigos míos. Las vueltas al ruedo también las disfruté mucho porque se veía esa emoción. Había gente llorando en el tendido.
P.Si nos metemos en la parte más fea del sistema taurino, ¿teme que no te sirva? Ya ganó el capote de paseo el año pasado y ésta ha sido su única corrida…
R.Lo temo, pero lo asumo. Por eso decía que si fuese la última corrida estaría tranquilo. Creo que no va a ser así y que para algo va a servir porque ha sido más rotundo que el año pasado. Y ha tenido mayor difusión y mayor impacto y eso. Me ha servido para entender que el toreo está muy difícil y muy fácil también. Si el otro día no pasa nada, la realidad es que el año que viene me tengo que pelear con los toreros locales para entrar en los carteles, pero con lo que ha pasado te puede dar la oportunidad para entrar en Madrid bien. O lo mismo que ha pasado aquí con un toro, no te digo tres, pasa en Madrid y automáticamente te cambia la vida. Pasas de estar en el ostracismo a estar en muchas ferias. Tengo la seguridad de que sin torear estoy dando un gran nivel y sé que no es casual. No puedo asegurar 100% que el día que me pongan en Madrid va a ocurrir, pero puede ocurrir, y eso me deja más tranquilo.
P.¿Duele más no torear que las cornadas?
R.He sufrido mucho durante el año al estar parado. Sentía esa incomprensión y me sentía invisible. La temporada sigue y no cuentas para nada para nadie. Había momentos en los que decía: a lo mejor el que está equivocado es uno. Has estado x años en las ferias, crees que tienes x virtudes y que estás capacitado para estar ahí arriba, pero a lo mejor no, a lo mejor es tu vanidad. Pero esto también te sirve para decir: no, estamos en el camino correcto.
P.Da cursos sobre el tema, ¿es importante la inteligencia emocional?
R.Para mí sí. He terminado en esas formaciones porque siempre he sido muy consciente de cómo hablarme a mí mismo, también porque me han ocurrido sucesos a nivel personal muy dolorosos, más que las cornadas. Al final siempre digo que las cornadas se curan, cicatrizan. No tienes que hacer prácticamente nada para que el cuerpo se cure, el cuerpo de por sí se cura solo. Te puede quedar alguna secuela o te puede quitar la vida, que no le quito importancia, pero una cornada, pasan días, meses y al final estás bien. Hay heridas o secuelas a nivel psicológico que sí me ha costado más tiempo y que son más difíciles de curar.
P.¿Cómo surge la relación con Roca Rey y el mano a mano?
R.No tenemos una amistad como tal. El año pasado cuando toreamos juntos no cruzamos palabra porque se fue desarrollando la tarde para los dos de manera diferente y no se dio la ocasión. Sin embargo, a los pocos días me brindó un toro en Antequera y ahí pudimos hablar un poquito y ahí es cuando yo vi la posibilidad del mano a mano. Al recoger la montera le dije: “me gustaría torear en Málaga un mano a mano contigo”. No me dijo nada, pero se ve que algo sí escucharía. Por eso también quería devolverle ese brindis porque creo que es un acto de generosidad por su parte, por la situación que ocupo en el escalafón es diferente a la que ocupo en Málaga, también por asumir el compromiso porque sabe que soy un torero competitivo, con amor propio y podía ponerle las cosas caras. Textualmente esas son las palabras que le dije: “no tenías por qué estar aquí hoy y gracias por haber aceptado el mano a mano”.
P.¿Le contestó?
R.Sí, le sorprendió mucho que le dijera eso y me dijo: “claro que tenía que estar aquí”.
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