El sistema para responder a los pacientes de Primaria antes de 72 horas empieza a aplicarse en la provincia de Málaga

El sistema anunciado por el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, en el Parlamento a principios de diciembre para dar respuesta a los pacientes “en menos de 72 horas” en los centros de salud ha echado a andar este lunes en la provincia. Ha comenzado por las zonas menos pobladas: las áreas sanitarias de Antequera, la Axarquía y la Serranía rondeña. La Administración no concretó cuándo entrará en vigor en las más masificadas, como la capital y la Costa del Sol occidental.

La iniciativa –destinada a recortar demoras que pueden llegar a dos semanas para una cita con el médico de cabecera– es recibida con escepticismo por los facultativos que advierten que se romperá “el seguimiento” de los pacientes, que es clave en la Atención Primaria.

El sistema no sólo es para estos profesionales. También se utilizará para una consulta con los enfermeros o los trabajadores sociales. Con su implantación, cuando un usuario solicite una cita por los “canales externos” (Salud Responde, app y teléfono, ClicSalud+ o app Salud Andalucía)” y no haya cita en un plazo máximo de tres días, aparecerá una alerta. El paciente deberá aceptarla. Así entrará en un listado (backoffice) y será llamado en las siguientes 72 horas. Entre sanitarios y administrativos hay muchas dudas sobre su aplicación. No obstante, profesionales consultados aclaraban un matiz importante: “Una respuesta en 72 horas no es una cita en 72 horas”.

En una nota, la Consejería de Salud explicó que se ha diseñado un formulario de motivos de consulta que “permite asignar la cita más adecuada a las necesidades del paciente y que estará implementado en toda Andalucía en los próximos meses”. El formulario permite dar a cada usuario la cita más adecuada a sus necesidades, ya sea presencial o telemática; administrativa, de enfermería o de demanda clínica.

La consejera de Salud, Rocío Hernández, destacó que este sistema supone “un esfuerzo tremendo de todos los equipos” de los centros de salud. A su vez, la Consejería resaltó que este “plan de “mejora de la accesibilidad en la Atención Primaria es un reflejo del compromiso del SAS [Servicio Andaluz de Salud] con la sanidad pública de calidad” y asegurará que “todos los ciudadanos reciban la atención que necesitan de forma ágil y en el menor tiempo posible”.

Pero profesionales consultados, aunque valoraron toda medida que contribuya a mejorar la asistencia en los centros de salud, fueron muy críticos con el plan. “Es un experimento que no tiene pinta de que vaya a funcionar”, opinó la representante de Atención Primaria del Sindicato Médico de Málaga (SMM), María Ángeles Bernal.

En el caso de los facultativos, el plan contempla un aumento de la actividad extra de tarde (continuidad asistencial) en el propio centro de salud para sacar lista de espera, pero también que el paciente pueda ser atendido de forma telefónica por un profesional de otro distrito sanitario e incluso de otra provincia. Bernal estimó que “una atención improvisada puede ser ante una urgencia, pero no es Atención Primaria”. Porque añadió que ese sistema “rompe el seguimiento” de los enfermos que es característico y clave en este nivel asistencial. “Se quiebra el seguimiento de los pacientes crónicos”, opinó la representante del SMM, que denunció por enésima vez la falta de sustitución de bajas laborales, jubilaciones, permisos y excedencias. “Lo suyo es que las plantillas de los centros estén bien dimensionadas y cubiertas”, subrayó.

Otro de los problemas actuales es que muchas veces es imposible conseguir una cita por los canales externos puesto que una proporción de las agendas de los profesionales se reserva y esas citas sólo se dan en el mostrador del centro de salud. El plan prevé limitar al 7% los huecos reservados para dar en los ambulatorios. Para Bernal este bajo porcentaje deja poco margen de maniobra a los centros de salud.

La representante sindical se preguntó si esa llamada en menos de 72 horas será resolutiva. Porque advirtió que si en la mayoría de las veces no resuelve el problema, “se duplicarán las citas”. En su opinión, la verdadera solución para la Atención Primaria no pasa por “experimentos” sino por potenciarla, estabilizar al personal, fichar a los residentes que acaben Medicina de Familia y Pediatría, hacer atractivo este nivel asistencial y acabar con el déficit de profesionales dimensionando bien las plantillas.

Bernal reconoció que se están incorporando los médicos de familia comprometidos para los centros de salud más masificados (los llamados desdoblamientos de cupos), pero insistió en que algunos siguen “lejos de las ratios” marcadas en el pacto de Atención Primaria de 2023. Éste fija en 1.300 los pacientes asignados a cada médico de familia y en 900 los niños por pediatra.