‘Sombrilleros’ ilegales en La Malagueta: así es el negocio de cobrar 10 euros a los turistas que la Policía ya persigue
Los investigadores retiran en una jornada más de 20 sombrillas que vendedores ambulantes habían colocado para alquilar
Dos de ellos, que han sido sorprendidos al frente de esta práctica ilegal, se enfrentan a una sanción de 300 euros
Vendían mojitos caseros que hacían sobre una toalla en una playa de Málaga: sancionan a cinco personas
Venta ambulante de mojitos caseros, masajes sin control, agua y refrescos. Y ahora también sombrillas ilegales en las playas de La Malagueta. La fórmula de la nueva moda ilegal a pie de playa es sencilla: comprar quitasoles en un bazar asiático, como cualquier familia, a un módico precio y, después, cobrarles a los turistas un alquiler para que puedan disfrutar de los beneficios de una gratificante sombra durante unas horas. No más. Por 10 euros, la acción se repite varias veces en distintos puntos del arenal: un negocio redondo que la Policía Local de Málaga ya vigila. Esta semana, han sido más de 20 las sombrillas que los investigadores han retirado. Los agentes han sorprendido a dos personas que estaban, presuntamente, al frente de la actividad. Ambos, vecinos de la capital, uno de ellos nacido en Guinea y otro en Pakistán, respectivamente, se enfrentan a una sanción económica que podría alcanzar los 300 euros.
Con la atención ya focalizada en combatir la venta ambulante, efectivos del Grupo de Investigación y Protección (GIP), en colaboración con la Jefatura de Policía de barrio perteneciente al distrito Centro, se afanan ahora también en evitar que la situación se desmadre en esta popular playa, junto al merendero de Antonio Martín, donde la afluencia de turistas es especialmente significativa. La población se triplica en la temporada estival. Fuentes conocedoras del caso recalcan la importancia de "no levantar el pie del acelerador" porque se trata, aseveran, "de una actividad económica bastante rentable". "Cobran 10 euros por sombrilla, pero los turistas no aguantan el día entero. Llevan lo justo: crema y toalla. Se van y se las alquilan a otros", explican testigos. La vigilancia se está intensificando tras esta primera intervención.
El fenómeno venía dejando quejas ciudadanas dirigidas a estos comerciantes, a los que bañistas afectados tildan incluso de "mafia". "Tienen invadida toda la zona de sombrillas; es imposible poner una en la playa. Se la están cargando", denuncian. Critican no sólo esta competencia desleal, dicen, sino también el trasiego de todo tipo de productos y servicios en los arenales.
Un negocio redondo de 300 euros netos al día
Los vendedores ambulantes se adueñan de terreno público para hacer negocio con los turistas. Entre las 10 y media y las 11 de la maviñana, bañistas observan cómo comienzan a colocar simultáneamente sombrillas en un espacio que abarca unos 15 metros. Tras ello, arrancan los primeros contactos con extranjeros para indicarles dónde están instalados estos sistemas clandestinos de sombra. Con ellos, pueden llegar a ganar unos 300 euros netos al día.
Una vez interceptadas las sombrillas ilegales, la Policía les imponen a los responsables una multa que no pagan, en muchos casos. Y, con la misma pretensión, regresan a la playa a ofrecerlas de nuevo. Los dos sombrilleros a los que los investigadores han identificado estos días atrás están acusados de incumplir la ordenanza para la garantía de la convivencia ciudadana y la protección del espacio urbano en Málaga, mediante la realización de actividades o prestación de servicios en el espacio público sin estar autorizado para ello. En este caso, la Policía también los denunció por la presunta venta ambulante de productos perecederos sin autorización. Tenían preparados artículos para la confección de mojitos caseros.
Mojitos caseros sobre una toalla
El Ayuntamiento de la capital ya advirtió el mes pasado de que la venta ambulante sin autorización y sin controles sanitarios en las playas está en el punto de mira. Los agentes locales aspiran a prevenir la comisión de delitos en estas zonas del litoral y el desarrollo de prácticas que suponen un grave riesgo sanitario para los bañistas. En una de las últimas investigaciones, los policías detectaron a un grupo de vendedores ambulantes elaborando y comercializando mojitos caseros en la playa, sin autorización y sin ningún tipo de control sanitario. En un solo día fueron sancionados cinco infractores.
El modus operandi de esta actividad ilegal refleja la peligrosidad que implica para quienes se atreven a consumirlos: los autores colocan una sombrilla y una toalla, sobre la que, tal cual, depositan todos los utensilios e ingredientes necesarios para la fabricación de esta bebida, sin ningún tipo de refrigeración ni conservación adecuadas.
Las multas van desde los 300 a los 3.000 euros
La venta ambulante no autorizada de productos alimenticios en el litoral constituye una infracción grave a la Ordenanza de Playas del Ayuntamiento de Málaga, que conlleva una sanción que va desde los 300 hasta los 3.000 euros. La cuantía exacta se determina en función de la reincidencia e intencionalidad del autor; y la mayor o menor perturbación causada por la infracción en el medio ambiente y/o en los usuarios.
El dispositivo policial de vigilancia para perseguir la venta ambulante sin autorización se ha ampliado. Así, al número habitual de agentes de la Policía Local que recorren a diario las playas, se han sumado ocho efectivos más para los sábados y domingos. En concreto, el operativo está formado por una unidad del Grupo de Investigación y Protección, tres unidades de Jefaturas de Policía de Barrio y otra del Grupo Operativo de Apoyo (GOA).
Las actuaciones se desarrollan en el marco del dispositivo especial que desde el pasado 13 de mayo está llevando a cabo la Policía Local para combatir la venta ambulante no autorizada en el litoral y para garantizar la seguridad en las playas.
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