De las 'startups' a los servicios legales: las firmas de abogados desembarcan en Málaga
El sector se sobrepone a trabas como la huelga de Justicia y crece en número de despachos y colegiados
Andersen abre oficina en la capital para asesorar a empresas tecnológicas
Con más de 5.000 juicios suspendidos en Málaga, los funcionarios de Justicia detienen su huelga indefinida
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Málaga/El idilio entre Málaga y las grandes empresas constituye una relación ampliamente conocida a estas alturas. Basta con dar un paseo por determinadas zonas para comprobar cómo, cada vez más, el trasiego de profesionales liberales, detectables a simple vista por sus trajes de paño y sus andares precipitados, copan las calles con destino más que probable a alguna reunión. Y eso sin contar la afluencia hacia el PTA, adaptado al devenir de los tiempos bajo la marca Málaga TechPark, afianzada como polo de atracción de sociedades de toda índole.
Sólo el parque empresarial amasa cifras que impresionan: más de 24.000 trabajadores, 653 empresas, una cantidad superior a 150 startups, 2.700 millones de euros facturados… Algo inimaginable cuando abrió sus puertas allá por 1990. Pero la provincia, ejercicio tras ejercicio, sigue sumando un goteo constante de talento de todas las partes del globo. El pasado año fueron 27 las compañías transnacionales que se instalaron en la ciudad. La mayoría, pertenecientes a sectores en pleno apogeo como el software, las telecomunicaciones o la consultoría, y que en total generaron un impacto laboral cifrado en 2.767 puestos de trabajo, según datos de la Oficina del Inversor. De un tiempo a esta parte, se ha hecho necesario añadir un grupo más la lista: el de los servicios legales.
Como caso paradigmático del desembarco de juristas en Málaga se encuentra la firma norteamericana Andersen Global, nacida en 2017 de la integración de Global Abogados y Olleros Abogados en la antigua Arthur Andersen, y codirigida a nivel nacional por José Vicente Morote e Iñigo Rodríguez-Sastre. En apenas seis años, la marca ha conseguido más que consolidarse y se encuentra inmersa en una dinámica de crecimiento aguerrida. Al otro lado de nuestras fronteras, tienen presencia en 170 países de los cinco continentes y emplean a más de 13.000 profesionales, mientras que a nivel ibérico (operan en España y Portugal) cerraron el ejercicio 2022 con 40,2 millones de facturación, un 23,6% más que el anterior. Ahora, trabajan con el objetivo de llegar a los 50 millones en el presente 2023.
En territorio malagueño, la creación de una oficina de Andersen desde cero se está sustentando (en ello siguen, puesto que abrieron sus puertas en enero) en la atracción de profesionales de larga trayectoria. De momento, cuentan con 15 trabajadores, aunque sus instalaciones, ubicadas en pleno Centro Histórico, tienen capacidad para 40. Recalan ya en sus filas el antiguo director de Cremades & Calvo Sotelo en Málaga, Fernando Taboada, profesional reconocido en la plaza; algunos activos del equipo de Affasa1958, con Alfonso Casado a la cabeza; o el exdirector de KPMG Málaga, Jorge Cuello, entre otros. “Identificamos aquellos bufetes con los que podamos coincidir en dos conceptos clave: filosofía y servicios. Buscamos una simbiosis”, explican desde la organización.
No obstante, el sector de la abogacía, en general, no está exento de problemas en la provincia. La huelga indefinida de funcionarios de Justicia, que pedía mejoras laborales y salariales (y que decayó el pasado 5 de julio, tras 45 días de paro, aunque prevén retomarla cuando haya un nuevo Gobierno central), ha ralentizado la marcha de los trámites. El más acuciante, la suspensión de más de 5.000 pleitos. Aunque también se han visto afectados los bufetes, que han tenido que recudir su actividad; y los ciudadanos, que acumulan en torno a 20.000 demandas paralizadas.
El decano del Colegio de Abogados de Málaga, Salvador González, detalla que la parálisis ha afectado “sobre todo a los despachos más procesalistas”. Matiz importante, puesto que el saldo continúa siendo positivo y el número de nuevos colegiados “sigue incrementándose en contraposición a lo que ocurre en toda España” por la apertura de empresas de otros sectores, lo que se traduce en “una mayor demanda de asesoramiento y defensa jurídica”.
En este instante, según datos del citado organismo aportados a este periódico, hay 6.100 profesionales colegiados, de los cuales unos 5.200 son ejercientes. Por años, en 2022 se sumaron a la estadística 138, mientras que en lo que llevamos de 2023 ya lo han hecho 96. Insertos en este cómputo se encuentran tanto los profesionales “que siempre han desempeñado su labor en Málaga” como aquellos provenientes de otros lugares que “se han desplazado de manera permanente y ejercen su actividad principal aquí”, indica González.
ALSP, Afiens, Kinship o Vecindia son firmas nacionales que ya se han instalado en la Costa del Sol a rebufo de los acontecimientos. Roca Junyent-Gaona, Palacios y Rozados, que ya tenía oficina, se ha trasladado a una nueva ubicación, acaso más mítica que la anterior por tratarse del palacete Villa Onieva, pero también más grande, toda vez que consta de 900 metros cuadrados de superficie construida.
Andersen, en su apuesta por seguir desarrollándose al sur del Viejo Continente, ha designado como director de su nuevo bufete en Málaga a José Miguel Soriano. Cordobés de nacimiento, pero con gran vinculación laboral con el territorio malacitano, arrancó su carrera, precisamente, en Garrigues para después marchar a Cremades & Calvo Sotelo, donde fue socio hasta fichar por la multinacional norteamericana. Con un perfil experimentado dentro de la firma, de la que también es socio desde 2019 en el área de procesal (que dirigió en Madrid), es líder de la práctica de agroalimentario, especialista en litigación y desempeña su labor como docente en varias universidades y escuelas de negocios.
En adelante, Soriano se marca como acciones prioritarias, aparte de llevar la marca a buen puerto, seguir reforzando “las ramas de fiscal, mercantil y procesal” e incorporar “más abogados a la plantilla; sobre todo, directores, socios y of counsel”. Retos al que se une la explotación del resto de líneas de acción del despacho, que pasan ahora por “ensanchar” los servicios ligaltech en materia de ciberseguridad, inteligencia artificial, blockchain o Web3; así como por aumentar su focalización en las industrias, “porque los abogados atienden mejor a los clientes si conocen el área en que operan”, afirma Soriano.
Y continúa: “Entendíamos que el modelo de Andersen podía tener sentido en Málaga, que no sólo es turismo. Tiene un fuerte sector inmobiliario, urbanístico, tecnológico, cultural… y buenas conexiones con provincias cercanas”. La estrategia, como se vislumbra, es dotar de servicios a toda Andalucía, un mercado que gana cada vez más enteros en múltiples direcciones. De hecho, es la única comunidad autónoma en que poseen dos bufetes (el cupo hispano-luso lo completan Sevilla, Madrid, Barcelona, Valencia y Lisboa).
“Nosotros tenemos un proyecto a largo plazo, no venimos ni a escatimar, ni a ser cortoplacistas, ni a ser un satélite de Madrid, nos mueve dar un servicio de máxima calidad a nuestros clientes”, concluye Soriano.
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