Sunil Wadhwani, un refugiado de lujo en la Costa del Sol

Pertenece a una comunidad en la que el comercio corre por sus venas

Tras la partición de la India en 1947, sus padres se vieron empujados a emigrar

¿Qué tiene Marbella?

En el taller.
En el taller. / M. H.

Sunil Wadhwani pertenece a los Sindhis, una comunidad en la que el comercio corre por sus venas. Tras la partición de la India en 1947 esta región pasó a formar parte de Pakistán. Sus padres y sus abuelos que se dedicaban al negocio de la joyería, para seguir viviendo allí se veían obligados entonces a renegar del hinduismo y abrazar el islam. Prefirieron, como tantos otros, abandonar su país.

–Antes de sentarse en el vagón del tren que lo llevaba a Bombay, mi padre tuvo que limpiar el asiento cubierto de sangre. Para huir arriesgaron sus vidas.

En el norte de África tenían familiares que residían en Tánger, aunque optaron por instalarse en Casablanca para luego trasladarse a las islas Canarias, donde se concentraba una importante colonia de comerciantes de origen sindhi.

–Aún hoy, cuando veo desplazados de países en guerra, me siento un refugiado.

De su gurú aprendió que en un negocio el primer beneficiado debe ser el cliente. De 1991 a 2009 viajó cada año de Marbella a la India para reencontrarse con su guía hasta que este falleció y le dejó una enseñanza marcada a fuego: la pasión por el cliente está antes que tú. 

Trabajaba en Las Palmas con su padre, un tendero dedicado al comercio textil, cuando un día se presentaron dos vendedores con empaque y un atractivo folleto en papel satinado para ofrecerles la oportunidad de comprar un local en el primer centro comercial de Marbella. El inmueble se levantaba entre la calle principal del pueblo y el paseo marítimo a unas decenas de metros del centro. Justo cuando los negocios en otros tiempos florecientes de Las Palmas empezaban a flaquear y los comerciantes emigraban al sur de la isla.

Su padre no dudó en poner sobre la mesa 25 millones de pesetas (150.000 euros) de 1988 para que su hijo echara a andar su propio negocio de ropa en el litoral malagueño. Si en las islas Canarias los centros comerciales funcionaban bien en Marbella no sucedía lo mismo. El negocio de Sunil no iba como se esperaba y la galería comercial no atraía público, recurrió entonces a su padre en busca de ayuda y recibió un rotundo no. 

–Conseguí que el banco me diera un crédito de cinco millones de pesetas, con el aval de la propiedad para alquilar un local en Puerto Banús. 

Su familia procedía de la zona del norte de la India donde se hallaron restos arqueológicos de la ciudad Mojenho Daro, que perteneció a la antigua cultura del valle del Indo. Un remoto lugar donde hace más de 4.500 años ya contaba con un sistema de alcantarillado porque para su cultura era importante ducharse tres veces al día, al levantarse, al mediodía y antes de acostarse.

–En la India es común que los empresarios y los ministros tengan como consejeros a astrólogos védicos. El mío era un maestro espiritual. Le consulté sobre la conveniencia o no de hacerme con un local en Puerto Banús y me dijo, para nada. He visto abrir en ese sitio hasta tres tiendas diferentes y todas cerraron.

–Mi gurú me decía que un empresario debe hacerse cargo del bienestar de su empleado. Porque el trabajador confía en que tú vas a estar a su lado cuando te necesite. Tengo 42 empleados y la mayoría lleva trabajando conmigo más de veinte años. El cliente que viene a la tienda de un año para otro encuentra que le atiende la misma persona y que recuerda su nombre. Eso le da confianza y lo agradece.

Su hijo observa los tejidos.
Su hijo observa los tejidos. / M. H.

Cuando decidió ponerse a fabricar camisas no consideró comercial estampar su nombre como marca. Le gustaba más como sonaba el de un cliente americano, Louis Fugaro. Si un hombre de mediana edad, elegante y de gestos cuidados, que visitaba su tienda de forma habitual le sirvió de inspiración para bautizar su marca, a la hora de diseñar un logotipo se fijó en su cacatúa. Estaba fascinado con el hermoso plumaje del loro que aún tiene en su casa como mascota y que abre con facilidad la puerta de la jaula. Le pareció la mejor representación de las cualidades de la ropa que crea en Marbella, en la que trata de conjugar estilos clásicos y telas lujosas con precios accesibles. En una ocasión el pájaro escapó, su dueño pasó varias noches de desvelo y ofreció una recompensa para recuperarlo.

Contaba con tres años cuando la tienda de ropa de su padre en Casablanca disputaba espacio con los artículos electrónicos, como buen bazar indio. A los seis años Sunil ya jugaba a montar escaparates extendiendo camisas y corbatas sobre la cama. Comenzó haciendo camisas en Loja (Granada), con un tejido alemán, una viscosa de muy buena calidad que parecía auténtica seda. Encontró el providencial apoyo de Gene Cabaleiro, un diseñador clave en los años ochenta del movimiento Galicia Moda, del que también formó parte Adolfo Dominguez y su frase que hizo fortuna: la arruga es bella. 

Ahora recorre Italia o Portugal en busca de buen género. Trabaja con Thomas Mason, una casa especializada en la producción de tejidos de algodón, hilos de doble torsión con fibra más larga, apreciado por el proveedor de camiseros de la casa real inglesa.

–Me gusta trabajar con telas estampadas para hacer prendas cómodas. Eso es justo lo que los hombres esperan de una camisa que le gusta, que sea cómoda. Sabe de ello como también que los buenos clientes evitan julio y agosto

Con el presidente de la Federación española del Ajedrez, Javier Ochoa.
Con el presidente de la Federación española del Ajedrez, Javier Ochoa. / M. H.

En los mejores locales de Puerto Banús despliega los escaparates de cuatro tiendas y otras tres en el casco antiguo de Marbella. En sus escaparates las camisas de cachemir, seda o algodón mercerizado que él fabrica se hacen hueco entre otras de marcas de lujo.

–Por qué una camisa que puedo vender por cien euros la voy a poner a doscientos. No lo veo lógico. Lo primero es el cliente, ofrecer la máxima calidad a un precio razonable. El traficante de armas Monzer Al Kassar o el vicepresidente sirio Rifaat al Assad figuraban entre sus clientes. El primero llegaba siempre acompañado de dos guardaespaldas, el segundo le aseguraba que visitaba su tienda solo porque le caía bien. Ambos eran vecinos de Puerto Banús con importantes intereses inmobiliarios en la zona de Benabolá.

–El gusto por lo textil forma parte de mi. Del cliente me interesa la emoción que siente ante un producto, desde mucho antes de que se hablara de vivir una experiencia. El éxito reside en sentir pasión por lo que uno hace, en mi caso es el mundo textil.

Desde pequeño era un consumado jugador de ajedrez, a los diez años ya podía ganarle más de una partida a su abuelo.

–La empresa tiene mucho de ajedrez cuando tu adversario hace un movimiento te tienes que anticipar a la próxima jugada. En los negocios hay mucho de estrategia, ataque, defensa y por supuesto de riesgo.  

 Un proveedor jienense de cinturones que sabía bien de su afición por el ajedrez le propuso visitar Linares, la ciudad que durante años acogió la celebración de los más importantes torneos, y conocer a sus organizadores.

–Entonces fui, invité a su alcalde a Marbella y le propuse hacer algo juntos.

En los últimos años ha promovido la celebración de dos campeonatos de España, individual absoluto y el femenino de Ajedrez en 2019. Si este torneo, que contó con la presencia del ex campeón mundial Anatoli Kasparov, supuso un gran éxito deportivo y de organización, la repercusión del segundo no fue menor. Se disputó en en octubre pasado con el apoyo municipal y donde participó Sara Khadem, la jugadora de origen iraní que en 2022 decidió jugar sin velo el Mundial de Ajedrez Rápido. Lo hizo por la muerte de una joven fallecida bajo custodia policial de su país, después de ser detenida por llevar mal puesto el velo. Esta actuación, considerada como una falta grave para las autoridades iraníes, le supuso buscar un nuevo país donde refugiarse. Ya como nueva vecina de Marbella se proclamó campeona del torneo y estrenó la nacionalidad española. 

En diciembre próximo se celebrará la tercera competición, consolidando a Marbella con su designación como Capital del Ajedrez español 2025. La distinción aprobada por la junta directiva de la Federación Española de Ajedrez premia a las ciudades que organizan el campeonato individual absoluto y destaca la colaboración de Sunil Wadhwani, como un gran aficionado al ajedrez, en la organización dos campeonatos de España.

–Es una forma de devolver a Marbella parte de lo que me ha dado.

En la alameda, junto al casino del pueblo, sestean bajo los árboles las mesas con dameros que instaló para promover este juego entre los vecinos. Socio del club de ajedrez Metro de Marbella y alma máter de estos eventos, sigue el mandato que le inculcó su gurú: aportar una parte de los beneficios obtenidos a las necesidades de la sociedad como un ejercicio para desligarse de lo material, poco a poco. De ahí que también colabore con organizaciones como Cáritas y Cudeca.

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