La supervivencia frente al cáncer de mama aumentó un 20% en tres décadas y roza ya el 90%

Málaga/La supervivencia frente al cáncer de mama ha aumentado un 20% en las últimas tres décadas y en la actualidad se sitúa en el 87% a los cinco años del diagnóstico. Es el dato esperanzador que aporta el jefe de Oncología Médica de los hospitales Regional y Clínico, Emilio Alba, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama que es el 19 de octubre.

Este especialista explica que el diagnóstico precoz y los nuevos tratamientos son las razones de ese avance. La primera, porque “los tumores se diagnostican cada vez más pequeños y tienen mejor pronóstico”. La segunda, porque “los tratamientos son cada vez mejores”. Pero hay una tercera razón: los avances en genómica para estudiar las características de cada tumor. “Esto permite personalizar y afinar los tratamientos”, comenta Alba. Así, los oncólogos pueden evitar la quimioterapia en aquellos casos en los que no es necesaria y dar tratamientos más agresivos a aquellas pacientes que realmente lo requieren.

Aunque la supervivencia se haya incrementado, los oncólogos se plantean nuevos retos para seguir reduciendo la mortalidad y descubrir tratamientos menos tóxicos y agresivos. Uno de los frentes de investigación es la llamada biopsia líquida. Es la búsqueda de un marcador en sangre –como la glucemia lo es de la diabetes– que permita diagnosticar la enfermedad y el riesgo de recaídas mediante una analítica de sangre. En la actualidad, el diagnóstico por imagen requiere que el tumor tenga más de 0,5 centímetro. “Queremos diagnosticarlo mucho antes. Tan pronto que no exista la enfermedad”, plantea Alba.

El oncólogo confía en que si en los últimos 30 años la supervivencia se ha aumentado a razón de un 0,66% anual, se siga avanzando también en la próxima década. “Si se pusieran los recursos necesarios en investigación, se acabaría antes”, opina. Alba plantea que en ese 13% de casos en los que la paciente fallece el reto es profundizar en la investigación para encontrar formas de identificar antes esos tumores y desarrollar fármacos para curarlos.

El facultativo cree que otro reto es mejorar que la sanidad pública mejore la rehabilitación para aquellas pacientes que sufren linfedema, que es la hinchazón del brazo como consecuencia de la extirpación de los ganglios de la axila. “Podríamos hacerlo más rápido”, sostiene.