El taxista que evitó que un hombre tiroteara a policías en Benalmádena: "Iba a masacrarlos, estaba armado hasta los dientes"

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El detenido durante el trayecto en taxi.

Recogió a un cliente en un bar. Lo llevó a su casa. Lo esperó en la puerta pensando que había subido a por dinero para pagarle. Cuando bajó portaba dos escopetas y una mochila cargada de munición. Le exigió que lo llevase a la Jefatura de Policía Local de Benalmádena para "matar" a agentes. El motivo, que la grúa se había llevado su coche, estacionado en una zona de carga y descarga a las puertas de un supermercado. Esta es la historia del taxista que lo recogió y evitó que algún policía resultase herido.

No quiere que su nombre ni su imagen se difunda. Todavía tiene miedo. Se encuentra en estado de shock. Desde que ocurrieron los hechos, más propios de una película de ciencia ficción, hace ya un par de días, no ha vuelto a coger su taxi. Pero, no le queda más remedio que volver. "Es lo que toca. Tengo que seguir pagando el alquiler, las facturas y manteniendo a mi hijo", dice.

Era lunes, por la noche, cuando recibió una llamada para recoger a un cliente que se encontraba e un bar. "Estaba eufórico, decía que iba matar a policías porque se habían llevado su coche", recuerda. En ese momento, reconoce que no se lo tomó demasiado en serio. La experiencia te enseña a relativizar. Y él lleva ya más de 15 años dando viajes. "He visto cada cosa y si a todo le diese importancia....".

Lo llevó a su casa. Le dijo que esperase en la puerta a que cogiera dinero para pagarle. Cuenta que en ese transcurso bajó su mujer y le preguntó que dónde había recogido a su marido; le comentó llevaba toda la tarde desaparecido. Pasados más de diez minutos, asegura que bajó con dos escopetas y una mochila cargada de 50 cartuchos y se montó en el taxi. "Su esposa mientras le gritaba que entrase dentro de la casa, que iba a llamar a la Policía", explica.

En ese momento, aunque asegura que su corazón comenzó a latir a mil por hora, cogió el teléfono y logró dar aviso a radio taxi: "Tengo a un cliente armado hasta los dientes. Me dice que lo lleve a la Comisaría de Policía Local, que quiere matar a todos los policías", consiguió informar. Aún no lo sabía, pero este gesto evitaría que algún agente resultase herido. También logró grabar la escena. "Los voy a matar y voy a matar inocentes", exclamaba el individuo armado, pese al intento -sin éxito- del taxista de hacerlo recapacitar y que desistiese. "Piense bien las cosas, en la familia, que es Navidad", le dijo. "No me importa nadie. Aquí todo el mundo muere como en las guerras", le contestó.

Confiesa que, aunque intentó insistentemente que cambiase de idea, no se negó en rotundo a llevarlo. "Sabía que mi propia vida también corría riesgo", lamenta. Cuenta que, segundos antes de llegar a la Jefatura, quiso dar la vuelta en una rotonda pero lo amenazó: "Si lo haces al final vas a cobrar tú también". En ese momento recuerda que pensó: "Que sea lo que dios quiera".

A tan solo unos metros de su destino ya pudo ver un amplio dispositivo de policías armados y con chalecos antibalas que lo esperaban. Pegó un frenazo, y con el coche casi en marcha, bajó rápidamente del vehículo. "Todo pasó muy rápido. Los agentes se abalanzaron sobre él y en apenas un minuto ya lo habían reducido, desarmado y detenido", relata.

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Así fue la detención del hombre que pretendía tirotear a policías locales de Benalmádena.

Todo quedó finalmente en un susto. Si bien, el taxista y su familia tardarán en olvidarlo. Originario de Chile, llegó a España hace dos décadas tras varios años en Estados Unidos. Al poco tiempo, comenzó a trabajar en el mundo del taxi con su padre. Cuando echa la vista atrás recuerda muchas historias; ninguna tan surrealista como la del lunes. A pesar de ello, asegura que no cambiaría de profesión.

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