Una técnica reduce las complicaciones tras una operación de cáncer ginecológico

El Hospital Clínico acaba de incorporarla a esta patología, aunque ya la llevaba aplicando con éxito en tumores de mama · Evita extraer los ganglios sanos, lo que reduce los problemas tras la intervención

José Manuel Jiménez Hoyuela enseña la sonda que utilizan en quirófano para encontrar el llamado ganglio centinela.
Leonor García / Málaga

24 de octubre 2009 - 01:00

Cuando un cáncer de mama se extiende, deja rastro en los ganglios. Durante muchos años, además del tumor, se quitaban todos los ganglios de la axila para atajar posibles metástasis, una extirpación radical que acarreaba complicaciones. Hace algo más de una década se descubrió que si el primer ganglio de la cadena -el llamado centinela- no estaba afectado por el cáncer no era necesario quitar los demás porque estaban sanos: por allí no había pasado el tumor. El descubrimiento revolucionó esta cirugía oncológica porque se redujeron las complicaciones, que se manifestaban sobre todo con hinchazón de los brazos.

El Hospital Clínico lleva diez años usando esa técnica para los tumores de mama y ha intervenido en ese tiempo a más de 1.000 mujeres. Con esa experiencia como aval, el centro sanitario acaba de incorporar ahora la técnica para los cánceres ginecológicos. Ya se ha operado a unas 10 pacientes.

"La técnica del ganglio centinela permite que la cirugía sea más selectiva, que la mujer se recupere antes y mejor y que se reduzcan las complicaciones", resumió el director de la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Nuclear del hospital, José Manuel Jiménez Hoyuela.

Cuatro de cada cinco intervenciones de cáncer de mama del Clínico ya utilizan esta técnica (en el resto no se emplea porque el cáncer ya los ha colonizado). Y del total de las operaciones de tumores de mama en las que se usa, en dos de cada tres el ganglio centinela indica que no es necesario extirpar todos los de la axila ya que están sanos. Estos resultados que se achacan a que cada vez el diagnóstico es más precoz y se opera antes de que haya metástasis. El dato supone que ahora dos tercios de las mujeres se ahorran una intervención que hace diez años hubiera tenido más complicaciones. En el resto no hay más remedio que quitar todos los ganglios de la axila porque se ha detectado demasiado tarde y ya están afectados.

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