Un tónico centenario

más de años en málaga Laboratorio Fernández y Canivell (Ceregumil)

Laboratorios Fernández y Canivell, fabricantes del 'Ceregumil', tiene 21 productos en el mercado y vende en una decena de países · Entrará en África a través de una empresa de Benín

Una trabajadora envasa varias cajas de uno de los productos de la empresa malagueña.
Una trabajadora envasa varias cajas de uno de los productos de la empresa malagueña.
Ángel Recio / Málaga

17 de junio 2012 - 01:00

Extracto de trigo, de avena, de maíz, de cebada, de judías, de lentejas, miel de abejas, azúcar, agua y etanol. Es la fórmula mágica, pero no secreta, del Ceregumil, el famoso tónico reconstituyente que se vendía en medio mundo en la década de los años 20 del siglo pasado y que, más de cien años después, sigue presente en las farmacias españolas y de un numeroso grupo de países. Además, desde su sede recientemente inaugurada en el Parque Tecnológico de Andalucía, están sacando nuevos productos y ampliando mercados.

Su creador fue el farmacéutico Bernabé Fernández Sánchez, nacido en Granada en 1878 pero afincado con una farmacia en la localidad cordobesa de Montilla. En 1907 uno de sus hijos estaba enfermo y Bernabé buscaba algún remedio natural que mitigara su dolor. Combinó los ingredientes mencionados anteriormente y su hijo se recuperó de forma notable. La noticia corrió como la pólvora y Bernabé Fernández, que se había casado con Blanca Canivell, empezó a vender con éxito en su farmacia los tarros de este producto que, etiquetados manualmente, rezaban Extracto de cereales y leguminosas.

Fernández tuvo que patentar el Ceregumil en 1912 para que nadie le robara la idea y era tal la demanda que empezó a plantearse la idea de venderlo en el resto de España y en el extranjero. Necesitaba una ciudad con puerto para la exportación y en 1921 abrió una fábrica en Málaga, desde donde empezó a comercializar el tónico a Venezuela, Cuba, Estados Unidos o Filipinas.

Una de las claves de su triunfo, además de las cualidades del reconstituyente, fue que aplicaron modernas técnicas de publicidad y marketing desde el primer momento. Lograron premios en la Exposición de Palma de Mallorca, la Feria de Muestras de Málaga (1924), la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929) o la Exposición Internacional de Perú (1949), a la vez que la empresa fue elegida miembro de honor de las Cámaras de Comercio de Buenos Aires (1959) o Venezuela (1973).

Sus campañas publicitarias eran famosas en toda España gracias a la participación de los mejores artistas de la época y de emblemas como el loro Matusalén. En los años 60, la publicidad pasó a la radio y en 1972 la empresa abrió otro recinto fabril en el polígono El Viso -antes estaban en La Farola-.

Sus ventas decayeron en los años 80 y 90 y, finalmente, en 2004 dos constructores malagueños compraron el 68% de las acciones a la tercera generación de Fernández Canivell por 6 millones de euros con el objetivo de relanzar la firma. Un nieto y un biznieto del creador del tónico siguen en la compañía aunque con una participación minoritaria.

En los últimos ejercicios la empresa ha dado un salto importante. A finales de 2009 se trasladaron a una nueva fábrica de 4.000 metros cuadrados en el PTA tras invertir 8 millones de euros y cuya capacidad de producción asciende a un millón de botes, aunque en estos momentos fabrican medio millón anual. El Ceregumil es el producto estrella -acapara la mitad de la producción- aunque la empresa malagueña comercializa un total de 21 referencias y quiere sacar más productos. "Nuestro departamento de I+D tiene como objetivo mínimo sacar una referencia nueva cada año", explica Juan Carlos García, gerente de la compañía. En su laboratorio de I+D trabajan dos farmacéuticos especializados en formulación a los que les está cundiendo el tiempo ya que a finales de 2011 sacaron al mercado el Ceregumil Omega 3 DHA y el Ceregumil Fósforo Senior, mientras que aumentaron la familia de la rama Master Plant (fitoterapia líquida con plantas naturales) con un compuesto de Equinácea y Própolis en 2011 y en 2012 han lanzado el Harpagofito (para los huesos) y el Cranberry (para mejorar el sistema urinario).

En el conjunto de la empresa trabajan 19 personas y, pese a la crisis económica, las cuentas salen. Fernández y Canivell ha aumentado sus ventas un 30% en los dos últimos años hasta alcanzar una facturación de 3,5 millones de euros y, en lo que va de año, las ventas están creciendo un 7%.

García explica que este tirón de ventas se debe principalmente al auge de la exportación porque el mercado interno ha descendido un 10% por culpa de la crisis, la negativa situación financiera de las farmacias o el temor de los pensionistas a a que les rebajen sus subsidios. Y éstos últimos son un importante volumen de clientes.

En este contexto, los gestores de Ceregumil están volcados en la captación de mercados internacionales, que ya representan el 25% de las ventas. La empresa malagueña vende sus productos en Estados Unidos, República Dominicana, Panamá, Venezuela, Perú, Costa Rica, Portugal, Francia, Bélgica y China. García acaba de volver de Chile donde ha suscrito un acuerdo de colaboración para iniciar la exportación y destaca que América Latina y África son las dos zonas donde tienen más esperanzas de futuro. En el primero quieren entrar en México, Ecuador, Colombia y Brasil, mientras que en África ya tienen firmado un acuerdo con una empresa de Benín para exportar a ese país y a otra docena de la zona, entre los que se encuentran Nigeria, Senegal o Guinea. En cualquier caso, como explica García, los trámites son lentos y "desde que se empieza a negociar hasta que se lleva la primera mercancía pueden pasar dos o tres años".

El Ceregumil vuelve a estar, más de un siglo después, presente en medio mundo y tiene un futuro prometedor junto a otros productos contra la menopausia o la pérdida de memoria para seguir siendo una referencia.

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