El tornado alcanzó los 220 km/h y es el más fuerte en España en 150 años
El informe meteorológico determina que se formó en el polígono Valdicio y alcanzó su máxima virulencia en la zona de Nuevo San Andrés y el Camino de San Rafael · Ha sido catalogado como EF2
Los cuantiosos destrozos que dejó a su paso el tornado que arrasó la zona oeste de la ciudad el pasado 1 de febrero hacían pensar a los meteorólogos que podía ser el más virulento ocurrido nunca en España y no se han equivocado. El informe final de la Agencia Estatal de Meteorología determina que los vientos alcanzaron una velocidad máxima de 220 kilómetros por hora, un fenómeno "insólito" del que no se tiene constancia que se haya producido en un núcleo urbano al menos en los 150 años que existen estadísticas meteorológicas.
Según los daños que causó, los meteorólogos han concluido que la velocidad del tornado se situó entre los 185 y los 220 kilómetros por hora, lo que lleva a calificarlo como de categoría EF2 en la llamada Escala de Fujita Mejorada.
"Nunca antes en España se había registrado un fenómeno de estas características, al menos, en un núcleo urbano", explicó ayer el meteorólogo del Centro Meteorológico de Málaga José María Sánchez, aunque matizó que sí podría haberse producido en zonas rurales donde los daños son menores y no son fáciles de cuantificar.
Sólo se tiene constancia de un tornado de características similares que atravesó la ciudad de Cádiz causando también graves destrozos en el siglo XVII.
Pero desde entonces todos los fenómenos de este tipo ocurridos en algún núcleo urbano del país no han pasado de la categoría F0 y F1, que establecen en función de la velocidad que adquiere y que en este último caso se sitúa entre los 120 y los 180 kilómetros por hora.
En apenas cinco minutos, el tornado recorrió una distancia aproximada de cuatro kilómetros. Aunque en principio se pensó que podía haberse originado en la pasarela peatonal que cruzan las vías del tren en Nuevo San Andrés, ahora se ha determinado que en realidad se formó sobre las 21:25 de la noche de aquel domingo en el polígono Valdicio, a la altura del hotel Ibis en la ronda oeste de la ciudad.
Luego se dirigió al Parque María Luisa, las barriadas de La Luz, Vistafranca y Nuevo San Andrés. Fue allí donde cruzó las vías del tren para dirigirse hacia las cocheras de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). Fue precisamente en esa zona donde se cree que el tornado alcanzó su máxima virulencia antes de encaminarse a través el Camino de San Rafael, la Avenida Juan XXIII, el Paseo de los Tilos a la estación de trenes María Zambrano. Una vez allí, cambió de rumbo hacia la estación de autobuses y fue en la Plaza de la Solidaridad donde empezó a perder fuerza, aunque aún logró adentrase en la Avenida de Andalucía.
El tornado fue causando daños en un corredor de unos 300 metros de anchura en todo el recorrido. Pero lo que más impresionó a los meteorólogos fue el desplazamiento de más de 40 metros de una caja de cambios de una autobús de la EMT que pesaba alrededor de 405 kilos e incluso movió parcialmente uno de estos vehículos de 8.000 kilos de peso.
El hecho de que los edificios de esta zona sean especialmente altos evitó, según Sánchez, que hubiese daños mayores y que fue el efecto de la diferencia de presión que actuó como "chupón" lo que hizo que el tornado arrancara ventanas y empujara hacia los patios interiores numerosos enseres.
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