La torre del puerto, el proyecto más contestado en Málaga
Esta semana el Ayuntamiento ha aprobado en el planeamiento del Puerto para su construcción
Las voces en contra destacan la afección al paisaje y sobre la Farola, la privatización de espacios públicos o dudan de su beneficio real para la ciudad
Icomos se pronuncia por cuarta vez en contra de la torre del puerto de Málaga
Málaga aprueba la torre del puerto tras siete años de trámite
Málaga/Es normal que, hasta cierto punto, los proyectos tengan impulsores y detractores en cualquier ámbito, más en uno tan delicado como el urbano. En gustos no hay nada escrito. Pero si hay un proyecto que desde su nacimiento ha levantado voces críticas, asperezas y contestación en Málaga es el de la torre del puerto.
Esta misma semana el equipo de Gobierno dio luz verde a la modificación del Plan Especial del Puerto que permite la construcción de una torre de hasta 170 metros en el dique de Levante. En la misma comisión de plenos en que se votó el planeamiento, quedó reflejado parte del debate que se asienta en la ciudad.
De un lado, el Partido Popular defendió el proyecto, a pesar de postularse como meros "tramitadores" del promotor, la Autoridad Portuaria. Además, Carmen Casero, concejala de Ordenación del Territorio, retó a la oposición a "tumbarlo en el Consejo de Ministros", debido a que una vez termine la tramitación municipal es este el órgano el que puede levantar la prohibición del uso hotelero sobre terreno portuario.
En una nota informativa enviada desde el estudio de arquitectura de José Seguí, los promotores del proyecto vaticinan que la edificación atraerá 300 cruceros al año –lo que, según sus cálculos, generaría un flujo de medio millón de turistas al año–, además de que generará unos 600 empleos entre directos e indirectos. Aseguran que el rascacielos busca ser un "referente arquitectónico con sus 27 plantas y 378 habitaciones de cinco estrella gran lujo".
Del otro lado, el PSOE aseguró, por medio de Mariano Ruiz Araujo que "el asunto acabará en tribunales" y defendió que este proyecto es "aún más agresivo que el Hotel Vela de Barcelona", en lo que a influencia sobre el paisaje se refiere.
Toni Morillas, portavoz de Con Málaga, aseguró que desde su grupo "vamos a poner todos los palos posibles en las ruedas, empezando por un recurso de reposición" a la vez que apuntó que no entienden el interés público del proyecto, sino únicamente "el de unos cataríes que quieren poner un hotel de cinco estrellas y un casino". Además, ha indicado que esta modificación puede ser "irreversible".
Tanto es así que Icomos, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos y uno de los principales asesores de la Unesco se ha pronunciado hasta cuatro veces en contra del proyecto. En febrero de 2018 y mayo de 2021 advirtió sobre el "impacto irreversible" sobre Málaga y la Farola. En enero de 2023, volvió a referirse a su altura y dijo que superaba la Catedral y a Gibralfaro. También sacó a relucir el caso de Liverpool, que fue expulsada de la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO por haber realizado actuaciones contemporáneas en su frente portuario, afectando gravemente sus valores patrimoniales.
La última y cuarta vez, esta misma semana, apunta directamente a que el proyecto quebrantaría la ley de Patrimonio Histórico Español y atentaría contra la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de la Farola, que tendría que apagarse y ser sustituida por otro faro, modificando sustancialmente su función. Esta es la misma línea en la que una semana antes se pronunciaba la plataforma Defendamos nuestro horizonte, que viene canalizando las negativas al proyecto.
En 2021 esta hacía público un manifiesto en el que se rechazaba la construcción del rascacielos. El mismo lo rubricaron 16.000 ciudadanos, entre los que se encontraban más de 300 personalidades del ámbito de la literatura, el pensamiento y la creación artística.
Entre quienes contribuyeron a la causa con su firma figuran el Premio Príncipe de Asturias Emilio Lledó, la Premio Nacional de Ensayo 2020 Irene Vallejo, el académico de la RAE y escritor José María Merino y otros escritores como Manuel Vicent, Lulio Llamazares Elvira Lindo.
Otros firmantes son Isaac Rosa, Luisgé Martin (Premio Herralde 2020), la fundadora de la Sociedad Geográfica de España, Cristina Morató; los periodistas Diego Carcedo, Sergio Vila Sanjuán y Antón Castro, Premios Nacionales de Periodismo Cultural, Nativel Preciado y Víctor Amela, músicos como Miguel Ríos, Carlos Álvarez, Javier Ojeda, los dibujantes gráficos José María Pérez Peridis, José María Gallego y Julio Rey (Gallego & Rey), artistas plásticos como Rogelio López Cuenca y Chema Cobo, directores de cine y documentales como Javier Rioyo, Benito Zambrano, Marcos Omedes y José Antonio Hergueta y actores como Pedro Casablanc.
También el Colegio de Arquitectos de Málaga se ha posicionado en múltiples ocasiones en contra. Incluso en la evaluación ambiental que otorgó la Junta de Andalucía al proyecto se recoge su posición, por la que sostiene que la plataforma del Morro de Levante, "no es el emplazamiento idóneo", y considera que este "privilegiado" enclave debería destinarse a una iniciativa pública de interés general".
Esta misma semana el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha vuelto a apoyar la construcción del rascacielos. "Creo que tiene más ventajas que inconvenientes", aseguraba, sin ahondar demasiado en detalles. A la vez, afirmaba que el barrio de La Malagueta, "sí que tiene un impacto, lo tuvo en su momento, y el de la torre del puerto será mucho menor, sinceramente, que el que la Malagueta produjo en la referencia de la ciudad".
Pedro Marín Cots, urbanista y ex director del OMAU, señala hasta cinco motivos por los que está en contra de construir el hotel rascacielos. Uno de ellos responde directamente al regidor, "La Malagueta se levantó en una dictadura en la que el planeamiento no se respetaba y en una democracia se debe respetar el PGOU y la participación de ciudadana". De ahí se enlazan el segundo y tercer motivo del urbanista. "Esa zona en el PGOU era un espacio público, ¿por qué se tienen que utilizar espacios públicos para hacer intensidades diferentes de los que tenía el Puerto en beneficio de un privado?", a lo que sigue que en opinión de Marín Cots "las cosas que son importantes para la ciudad deben votarse y el que piense que ya se ha votado en las elecciones no ha entendido nada". A lo que suma que "ha habido un trámite administrativo de aprobación inicial y exposición pública [en el que se presentaron más de 1.300 alegaciones], pero son trámites administrativos, no es participación ciudadana".
Como cuarto motivo Marín Cots afirma que Málaga "desarrolla proyectos que estaban vinculados al marco de referencia de la ciudad, el Plan Estratégico, el PGOU o la Agenda Urbana, pero la torre no aparece en ninguno de ellos. Si tenemos marcos de referencia estratégicos es para seguirlos, no para introducir ocurrencias". Por último señala la afección al paisaje, "es una evidencia que supone un perjuicio para el paisaje litoral".
El catedrático de Geografía Física de la UMA, José Damián Ruiz Sinoga, afirma en que desde "el minuto uno" está en contra del proyecto por "su impacto visual en la bahía, su coste innecesario tanto económico como en recursos, las sinergias que supone en el entorno (trafico, contaminación, perdida calidad durante construcción,…) y por los riesgos que genera la ubicación de un rascacielos en ese preciso espacio tan sensible desde el punto de vista paisajístico".
Experto en lo que se refiere al paisaje y su impacto es Matías Mérida, catedrático de Análisis Geográfico Regional de la UMA, que afirma que su "cuenca visual se extendería no sólo por la ciudad, si no por gran parte de la provincia". Sin embargo, lo que más le preocupa es su afección a los hitos monumentales de la ciudad, con especial relevancia en La Farola.
"Condiciona enormemente su función y su condición de hito paisajístico de la ciudad. La Farola aparece definida en el PGOU como el principal icono de la ciudad y quedaría ridiculizado por la superposición de esta estructura que la supera cinco veces en altura". A esto se suma que la necesidad de apagarla, para el experto, además de afectar al BIC "supondría apagarla sin que tuviese ningún fallo, sería admitir que ahora mismo la navegación está en riesgo".
El Premio Nacional de Periodismo Cultural, Guillermo Busutil, no entiende "cómo la ciudadanía no es consciente, después de ver el horror del rascacielos de Martiricos, del atentado contra el patrimonio cultural del paisaje, a la altura del Algarrobico, que puede suponer en Málaga". Para el escritor y periodista, el paisaje "es la conciencia de lo que somos y el de la bahía nos devuelve la identidad mediterránea de Málaga, con su singular Farola a proa de salida casi poética al mar que tiene la ciudad".
A esto añade que le parece "una obcecación" por parte de los defensores del rascacielos la imposición de un rascacielos enladrillando en un enclave de belleza, de disfrute del tiempo de paseo y la necesaria espiración de la ciudad y que "no va a tener beneficio económico ni social para la ciudad", apuntando que Málaga "ya tiene una oferta hotelera de calidad más que cuantiosa para seguir construyendo, y encima causar un daño irreparable en el ecosistema medio ambiental de la zona". Por eso, cree que la torre "es una innecesaria agresión contra el patrimonio cultural de Málaga" y, si se hiciera una consulta ciudadana está convencido "de que saldría que no se construyera".
Para el barítono Carlos Alvárez, "muchos son los motivos para evitar la construcción de un hotel en el puerto, entre ellos el hecho de que, si quisiéramos mantener la necesidad de dotarnos de infraestructuras de uso público, el proyecto del auditorio para la ciudad debería estar el primero en la lista de necesidades".
Además, ahonda en que no hace tanto la ciudad aspiraba a albergar una Exposición Internacional bajo el lema de la ciudad sostenible –además, el alcalde ya ha expresado su vocación de volver a presentarla–, lo que a sus ojos sería incongruente. Además, duda de que "un proyecto meramente inversor vaya a ampliar de manera cualitativa la oferta turística de Málaga" y que este no suponga un "quebranto de la Ley de Patrimonio Histórico".
El cantante de Danza Invisible, Javier Ojeda, es otra de las caras de la Cultura malagueña que se ha mostrado muy crítico con la construcción del rascacielos. "Creo que paisajísticamente es una aberración, al igual que la torre de Martiricos". A lo que suma que el debate "no debe ser otro enfrentamiento de la izquierda contra la derecha; lo que perseguimos todos es tener una ciudad más habitable, más bonita, más solitaria y que se reparta felicidad para todos sus habitantes y si hay cuatro informes de un organismo que asesora a la UNESCO en contra, es que tenemos un problema".
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