Torres de lujo en Málaga, pero aparcamientos sobre las aceras

Málaga/Las Torres AQ Urban Sky, mejor conocidas como la torres de Martiricos, están en el punto de mira una vez más, ahora por el problema de aparcamiento y saturación que, según los vecinos, han ocasionado en el barrio.

Martiricos es una barriada obrera que históricamente ha estado muy concurrida por su cercanía al centro histórico, el Hospital Civil y el Materno y, por supuesto, el estadio La Rosaleda. Todos estos factores han hecho que el aparcamiento nunca haya sido un bien abundante, sin embargo, desde que los famosos bloques comenzaron a levantarse allá por el 2020, “el barrio está totalmente colapsado”, aquejan los vecinos.

Las torres de Martiricos fueron construidas sobre un descampado que se usaba, en tanto estaba valdío, como aparcamiento era clave para aliviar la saturación de coches que sufría la vecindad; pero desde que este espacio desapareció, las aceras y vados de las calles se han convertido en el nuevo parking público.

“La gente deja el coche donde le da gana. Eso genera un montón de atascos en esta calle que está siempre bloqueada. Lo que debería haber sido una edificación de lujo que trajese algo de glamour al barrio, lo ha convertido en una fuente de ruido y problemas”, explica María José, vecina jubilada que saca a pasear a su perro por esta zona todas las mañanas.

Camiones en segunda fila, coches subidos a espacios destinados a zonas verdes y furgones bloqueando las entradas de garajes. La policía "parece hacer la vista gorda" ante esta situación porque de lo contrario “no habría tanta gente que lo hace”, dice una mujer que pasea junto a su hija enfrente de las torres.

Los obreros que trabajan poniendo a punto el lujoso hotel Hampton by Hilton, que ocupa parte de una de las torres, dicen que nos les queda remedio, que están trabajando con materiales que tienen que cargar, lo que les obliga a dejar los camiones en la vereda .

A pesar de esto, han recibido alguna que otra multa de aparcamiento. “No sé dónde está el límite, todas las mañanas hay un montón de coches subidos en la acera y la policía hace la vista gorda. Si multan a uno tendrían que multarlos a todos”, relata Luis, que lleva trabajando de operario tres meses en las torres de Martiricos.

Los vecinos están molestos, pero a su vez entienden que “la gente se busca la vida como puede”. Es una solución rápida a un problema que les sobrevino cuando desapareció el enorme llano en el que “nunca faltaba el sitio para dejar el coche”.

Este descampado, que fue borrado cuando se levantó el lujoso complejo de pisos, era el parking, no solo de Martiricos, sino de todos los barrios colindantes. El problema se agrava en días en los que el Málaga C.F. juega como local, normalmente una vez cada dos semanas durante la temporada.

“El barrio se pone imposible, hay que hacer una planificación de calendario y tener en mente los días que La Rosaleda va a estar llena para no sacar el coche de la zona. De lo contrario olvídate de aparcar ni remotamente cerca de tu casa”, comenta Juan, un señor de 76 años que dice ser de los primeros vecinos del emblemático barrio.

En el otro lado de la moneda se encuentran los propietarios y trabajadores de las oficinas de las torres, que tampoco están muy conformes con la situación. “Esto da muy mala imagen a lo que se supone que son unas viviendas de este nivel. Yo espero que sea provisional porque estar aquí cuesta un dineral y no puede ser que los coches estén aparcados en mitad de la acera”, aqueja una de las inquilinas de los cotizados pisos.

Sara trabaja en una de las oficinas que hay en las torres y dice que los problemas de aparcamiento generan mucho ruido en la calle. “Nosotros estamos súper expuestos y entre los coches pitando a otros por estar en doble fila y los atascos que se generan en esta avenida, muchas mañanas esto es una locura”, explica.

Opiniones divididas

Ya en sus inicios, cuando empezaron las obras de lo que actualmente son los bloques más altos de Málaga, las torres estuvieron envueltas en una gran polémica con respecto al impacto que estas iban a tener en el humilde barrio de Martiricos. Hoy los vecinos tienen opiniones dividas.

De un lado algunos como Juan piensan que el barrio se ha encarecido mucho solo porque se han construido estas viviendas. “Han generado una gran diferencia entre la zona rica y pobre y encima muchos vecinos de toda la vida ya no se pueden permitir alquileres aquí. Sin contar con el aparcamiento, que eso ya es tema aparte”, cuenta.

De otro lado están los residentes que opinan que esta llegada ha dado “un poco de frescura al barrio” y que “es parte del progreso”. Toñi, que sale a caminar todas las mañanas desde que está jubilada dice disfrutar mucho del gran parque que han construido junto a las torres y que solo por eso “merece la pena aguantar algunos problemas con los coches”.