Las tortas locas de Tejeros, una historia de cine: casi 50 años al servicio de Málaga

Manolo Ruiz, dueño del obrador Tejeros.
Manolo Ruiz, dueño del obrador Tejeros. / Javier Albiñana

Dos capas de hojaldre rellenas de crema pastelera, bañadas con un glaseado de color naranja y rematada con una guinda de triturada y un glaseado de azúcar. Así son las tradicionales tortas locas del obrador Tejeros que se han convertido en una seña de Málaga. De crearse en un pequeño obrador llamado Rubio a inundar la nave de Tejeros en Fuente Olletas y como colofón final: a ser parte del cartel del Festival de Cine de Málaga. Al recordar los inicios de esta empresa familiar, su actual propietario, Manolo Ruiz, asegura que ha sido tal el recorrido que ha tenido este pastel que “se ha llegado a tal punto en el que actualmente se identifica la loca con un malagueño”.

A las cinco de la mañana los hornos del obrador Tejeros ya comienzan a funcionar. Los primeros trabajadores de la empresa, que en total son unos 40, empiezan a amasar y un par de horas más tarde comienzan a incorporarse el resto de trabajadores de manera escalonada hasta que cierran a las 22:00. Así todos los días, puesto que la fabricación de dulces no tiene descanso y de lunes a domingo las máquinas se mantienen en funcionamiento.

Los roscos de vino, borrachuelos, pestiños, tartas de manzana, de queso y frambuesa, de yema e incluso de kinder son algunos de los dulces que este obrador prepara a diario. Para conocer sus inicios hay que remontarse hasta 1975 cuando Pepe Ruiz decidió abrir un obrador en calle Tejeros con su mujer María Jesús. Ambos se conocieron en el obrador de Eduardo Rubio, antiguo futbolista del CD Málaga. Fue Rubio quien inventó las tortas locas y enseñó a este matrimonio malagueño a elaborarlas.

Años más tarde, Rubio quería dejar el negocio y Ruiz decidió comprar su empresa y ampliar el obrador Tejeros, nombre con el que bautizó su negocio por su calle. En 1987, este malagueño aumenta su empresa y continúa con la labor de Rubio estando en un primer momento en calle Tejeros, más tarde en Capuchinos y, desde el año 2000, en la calle Obispo Salvador de los Reyes, en Fuente Olletas.

En este sentido, Manolo Ruiz, también conocido como Manolo Tejeros, incide en que siempre han estado en esta zona y no tienen intención de irse. “Nunca hemos salido del barrio de la Victoria y hemos tenido muchas oportunidades de irnos a polígonos o a algún pueblo que quizás sería más barato, pero no estamos interesados”, sostiene.

Los inicios de Manolo se remontan a su infancia. Desde pequeño ya corría por los pasillos del obrador mirando como sus padres trabajaban. Ya en la universidad se adentró en el negocio y con 20 años llevaba la administración de la empresa y “desde entonces no me he movido”. Asimismo, Ruiz, que es la segunda generación de Tejeros y lleva al frente de la compañía desde 1990.

En las últimas décadas todo ha cambiado, desde la forma de entregar los pedidos hasta la manera de trabajar. “Antiguamente se vendía en tienda y ahora tenemos una programación de clientes que nos dicen si necesita servicios diarios o cada dos días a la semana”, relata el malagueño. Además, también señala que el cliente ha cambiado, ya que ahora venden a cafeterías, restaurantes, hoteles, panaderías de barrio y grandes superficies comerciales. Eso sí, “manteniendo la cadena para sostener el comercio tradicional”.

La elaboración de las tortas locas

Su producto estrella son las tortas locas y para fabricarla necesitan entre 24 y 36 horas. Ruiz cuenta que se necesita un día de elaboración porque deben dejar que tanto el hojaldre como la crema pastelera reposen. En primer lugar se coloca el primer hojaldre, se añade la crema pastelera y la segunda capa de hojaldre. Una vez esta terminado este proceso se incorpora el glaseado de color naranja y el típico punto rojo que es una crema de cereza triturada. Como toque final se le añade un glaseado de azúcar y se deja reposar hasta que sale a la venta.

Esa es la torta loca tradicional que el estudio malagueño Narita Estudio y, en concreto, Fabián Suárez han decidido incorporar en el cartel de la nueva edición del Festival de Cine de Málaga para que represente el sol de la ciudad. En este punto, Manolo sostiene que no se lo esperaban y les pilló por sorpresa, pero les gusta que se identifique a la loca como el sol de Málaga, ya que esta se ha convertido en un icono de Málaga y es un "elemento diferenciador", donde muchos malagueños se sienten identificados.

De igual forma, en Tejeros han dado un paso más y han creado locas “cuquis”. En este punto, Manolo explica que han creado locas de dulce de leche, de oreo e incluso de crema de nocilla que sacan pocas veces porque “es un guiño que se hace 100% para el público local” y se venden en cuestión de minutos. Además, han elaborado locas de Halloween y ahora se preparan para la Navidad y ya están pensando en locas de bolas de Navidad.

Con la mirada puesta en el futuro, Ruiz asegura que habrá una tercera generación en el negocio y no descarta la posibilidad de que en unos años abrir un punto de venta para sus pasteles. Eso sí, “siempre atendiendo a Málaga, sin pervertirse”.

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