Un trabajador con 22 bajas en un año

En todos los trabajos hay empleados que van a currar aunque estén enfermos y otros que se dan de baja sin estar realmente malos. Las anécdotas son muchas. Por ejemplo, un asegurado sin patología aparente se dio el año pasado de baja en 22 ocasiones. En años anteriores, los inspectores ya contaron el caso de un hombre que desde 1995 tenía un centenar de IT.

El control de la inspección médica -y mucho menos el alta- no siempre es bien recibido. Hace un par de años, un trabajador de baja encerró a una inspectora en su despacho. La situación tomó tal cariz que la facultativa tuvo que pulsar el botón de pánico para alertar a los vigilantes de seguridad. Otra anécdota repetida es la de trabajadores que se dan de baja por problemas de espalda y luego son pillados in fraganti por detectives contratados por la empresa cargando peso.

Para realizar el control de la IT -una conquista social para que el trabajador tenga una cobertura mientras dure su enfermedad-, los inspectores disponen del programa informático Sigilum XXI que permite conocer las bajas que se prolongan más de lo habitual y que se nutre de las historias clínicas registradas en otro programa, Diraya.

No existe penalización para el asegurado cuando los inspectores entienden que su baja se prolonga demasiado y le dan de alta. La única sanción es que en los seis meses siguientes a ese alta, cualquier nueva IT que solicite no puede ser emitida por su médico de cabecera, sino que debe ser dada por la inspección médica. A veces son los propios facultativos de los centros de salud los que piden a los inspectores su intervención porque algún paciente hace un uso abusivo de la IT. En otras ocasiones, son las empresas. Y otras, Sigilum les pone en la pista para actuaciones de oficio.