Trabajar bajo la incertidumbre
Cinco maestros interinos cuentan sus vivencias como docentes temporales en Málaga
Málaga/Una situación de incertidumbre constante: esta es la realidad a la que se enfrentan los 4.094 maestros interinos que ejercen en los colegios malagueños actualmente. Cambiar de provincia, no saber hasta cuándo durará la sustitución o estudiar mientras se trabaja son factores del día a día en la vida de estos maestros. Según los datos del Departamento de Educación de Comisiones Obreras, de los 19.310 docentes de infantil y primaria en la educación pública de Málaga, el 21% trabaja como interino. Estos trabajadores, marcados por la temporalidad, cuentan su trayectoria en la enseñanza pública señalada por los cambios, las inseguridades y la falta de estabilidad laboral.
Tamara Benavides, maestra de primaria
Doce colegios, cuatro provincias y dos oposiciones en cinco cursos escolares. Esta es la historia de Tamara Benavides, quien a sus 31 años ha trabajado en colegios de Granada, Almería, Málaga y Jaén. La maestra de primaria granadina lleva dos cursos cubriendo una vacante en un colegio de Álora, “me quiero quedar aquí, pero eso nunca se sabe”. Estos son los contratos interinos más esperados por el colectivo, ya que las vacantes son plazas que necesitan que estén cubiertas debido a la demanda de profesorado en los colegios, por lo que garantizan un curso escolar de contrato.
Tamara explica que ha podido aceptar todas las interinidades porque no tiene carga familiar, “sino me hubiera resultado imposible”, apunta. La maestra afirma que los más perjudicados con esta inestable situación son los alumnos y las familias. “La figura del tutor es uno de los pilares referentes para los más pequeños y su desarrollo personal en las edades de la educación primaria” explica Tamara, quien relata que las familias sufren cuando no pueden tener una comunicación fluida con los maestros debido al constante cambio.
El factor económico entra en juego desde los dos banquillos en el mundo de los maestros interinos. “Llegas a una ciudad, alquilas un piso, pagas la fianza y afrontas las compras básicas que se hacen al llegar a un nuevo hogar”, indica Tamara, quien añade “después se incorpora el maestro que estabas sustituyendo y a lo mejor toda la inversión que has hecho ha sido para alojarte un mes”. Por otro lado, explica que hay que calcular los gastos de estudio de oposición, ya que se debe hacer una gran inversión en temario, academia y material.
Gloria Jiménez, maestra de primaria
“Me siento muy afortunada porque aprobé las oposiciones en 2019 y he obtenido plaza como interina los dos cursos siguientes”, expresa Gloria, una maestra de 25 años. El contrato de Gloria es de vacante sobrevenida, las cuales cubren la misma demanda que las vacantes, pero son anunciadas en agosto, antes de comenzar el curso escolar. Es el caso de Gloria, quien cubre este puesto en el colegio donde estudió, el CEIP Eduardo Ocón de Málaga. En el año 2020/2021, la joven se fue a Huelva cuando había empezado el primer trimestre para cubrir otra vacante sobrevenida. “De un día para otro me fui de casa por primera vez si saber cuándo iba a volver. No se tiene en cuenta la carga emocional que esto conlleva”, explica.
La maestra afirma que no existe un conocimiento sobre la dureza que plantea el periodo de estudio de oposiciones. “Pasas años estudiando para que solo dependa de ti una pequeña parcela de la nota. Hay que tener en cuenta que parte de las valoraciones no son objetivas, que el baremo posterior influye y que no tener el día acertado puede hacer que todo el esfuerzo realizado no haya servido para nada”, expresa Gloria.
Ainara López, maestra de primaria por la mención de Educación Física
Ainara es otra joven maestra afortunada quien desde que opositó, también en el mismo año, ha trabajado con este tipo de contrato interino hasta ahora, habiendo pasado por tres colegios diferentes. “Ahora estoy a diez minutos de mi casa, pero el primer año tardaba una hora en llegar al pueblo en el que estaba el colegio y en el curso siguiente año tuve que mudarme a La Línea (Cádiz)”, indica Ainara. La maestra considera que ha tenido suerte pero que es injusto que ella tenga que seguir estudiando. “Saqué un 7,8 en la oposición, yo ya he aprobado, no es considerado que tenga que volver a estudiar, con la inversión de tiempo y dinero que conlleva. En otros puestos de trabajo de la Administración Pública una vez que apruebas la oposición ya tienes tu plaza”, explica Ainara.
La joven alude a que el tener que cambiarse de ciudad constantemente provoca que tampoco se pueda tener una gran estabilidad económica. “El salario base son 1.500€ al mes y un año tuve que alquilarme el piso y al otro año gastaba gran parte del sueldo en gasolina, por lo que tampoco me daba para ahorrar y más teniendo en cuenta que no sé hasta qué momento voy a seguir contratada”, explica Ainara. Por otro lado, menciona que durante los años de Universidad no se aludía apenas la dureza que plantea el sistema de acceso a la enseñanza pública. “Acabé la carrera sin un gran hábito de estudio para enfrentarme a unas oposiciones de las que no conocía el temario”, explica Ainara quien hubiera agradecido que durante el Grado le hubieran dado algunas herramientas para afrontar este proceso. “La mayoría optamos por la enseñanza pública porque acceder a la concertada es más difícil aun. Yo he estado muchos años trabajando como monitora de actividades extra escolares, comedor y ludoteca en centros educativos concertados, pero no he obtenido ofertas de trabajo por esta parte”, afirma la docente.
Anabel Castaño, maestra de primaria
Dar clases por tiempo limitado, en ocasiones sin saber hasta cuándo, repercute en una falta de planificación escolar que provoca que los más afectados sean los menos culpables: los niños. Esta realidad la cuenta Anabel Castaño: “Llegué como interina a un colegio de Estepona en abril a una clase de primero de primaria y me encontré con que los niños no sabían ni leer ni escribir. Habían tenido cuatro tutores en lo que iba de curso, era imposible mantener una continuidad en la enseñanza”. Este es el testimonio de una maestra y madre de 41 años, la cual explica que cuando llegó a este colegio sintió una gran frustración. “No hay consciencia sobre las carencias del sistema y la manera en la que repercute en la formación”.
Esta maestra se ha presentado a siete convocatorias de oposiciones y ha aprobado todas ellas sin obtener plaza en ningún momento. “Saqué sobresaliente en varias ocasiones, pero aun así no conseguí la continuidad”, afirma Anabel y comenta que si no fuera tan vocacional su interés por la enseñanza, habría desistido hace años. “He podido ser madre porque tengo una situación económica y familiar muy óptima, pero considero que seguir estudiando oposiciones es un lujo”, asegura Anabel quien comparte la idea de que poder opositar es algo que no todo el mundo se puede permitir :“Debes tener tiempo, dinero, estabilidad y capacidad para estudiar”, concluye.
Pablo Madrid, maestro de primaria
Pablo Madrid da la razón a las declaraciones de Anabel. Este maestro de 31 años ha ejercido en cinco colegios diferentes de Málaga y Cádiz desde que se presentó a la oposición por primera vez. Ya han sido tres las convocatorias para un docente que, a pesar de no considerar un problema el tener que cambiarse de ciudad porque no tiene carga familiar, afirma que la interinidad afecta en la calidad del trabajo y que cuando los mayores perjudicados son los niños y su educación, hay que plantearse el sistema. También indica que ha estado años trabajando en la educación concertada, pero que va a seguir por este camino.
“Es difícil comunicarte con la familia para tener reuniones y planificar el temario, pero también cuesta adaptarse al colegio y a los compañeros cuando no sabes cuánto tiempo vas a estar”, explica Pablo.
La Junta de Andalucía anunció que pretende ofertar 3.700 plazas para maestros a través de unas oposiciones que se prevé que se celebren en junio de 2022. Los interinos concluyen que la situación planteada es injusta, tanto para los maestros que se presentan a la oposición por primera vez y deben competir con interinos que llevan años ejerciendo, como para ellos, quienes tienen que continuar presentándose a las convocatorias a pesar de haber ya haber aprobado.
Asimismo, debido a las exigencias del Unión Europea en lo referente a la regularización de empleo público, la tasa de trabajadores temporales deberá verse rebajada a un 8%, cuando actualmente se sitúa en un 23% en el país. El Gobierno Central ha puesto en marcha un proyecto de ley para reducir esta cifra y la Consejería de Educación anunció el pasado mes que se está trabajando en un proyecto de decreto con el que se estabilizarán 14.357 plazas de la cifra total de interinos, de los que la mayoría de ellos son profesores de secundaria y maestros. La estabilización se realizará a través de oposiciones extraordinarias que no afectan a los procesos convencionales y se reducirán plazas de carácter estructural las cuales hayan sido ocupadas temporalmente y de forma ininterrumpida al menos en los tres años anteriores al 31 de diciembre de 2020 y que no se hayan visto incluidas en los procesos de estabilización de 2017 y 2018. Sin embargo, la Junta de Andalucía advirtió que los procesos regulares de adjudicación permiten estabilizar la tasa interina de maestros en un 3%, lo que supondrá problemas en el futuro debido a la reducción de natalidad.
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