Los trabajos arqueológicos en la Alameda elevan el coste del Metro otros 5,6 millones
La inversión en el tajo se dispara hasta 36 millones tras el último complementario
El tramo fue adjudicado en 26,6 millones
Málaga/El coste de la construcción del túnel del Metro en el tramo entre el cauce del río Guadalmedina y la futura estación de Atarazanas, que quedará emplazada en el lateral norte de la Alameda Principal, sigue engordando. En concreto en otros 5,6 millones de euros (incluido el IVA), elevando así el presupuesto actualizado de esta pieza del trazado a casi 36 millones de euros. Ello supone un incremento superior a los 9 millones de euros respecto al valor por el que fue adjudicada su ejecución, en 26,62 millones, frente a los 46 de la licitación.
Esta importante variación se corresponde con los tres proyectos complementarios a los que ha dado luz verde la Consejería de Fomento en los últimos 16 meses. A estos habrá que añadir en los próximos meses otros dos proyectos modificados que, nuevamente, volverán a alterar la cuenta final. El último de los complementarios, por 5,6 millones, fue formalizado el pasado 24 de octubre con la Unión Temporal de Empresas (UTE) integrada por Acciona y Sando (la misma que ejecuta el tajo al Centro) para costear "las medidas correctoras y de consolidación" del muro perimetral del Fuerte de San Lorenzo.
La aparición de esta estructura arqueológica, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) ha forzado a la Administración regional a ajustar el trazado del paso soterrado del ferrocarril urbano para no afectar a los restos. La solución finalmente autorizada por la Consejería de Cultura incluye la ejecución de una especie de túnel en mina, acción parecida a la materializada en Callejones del Perchel para salvaguardar la muralla nazarí. Si bien ya estaban previstos en la hoja de ruta inicial del proyecto que los trabajo se iban a topar con la antigua fortaleza, desde Fomento se precisó que la dimensión de los restos ha obligado a realizar más tareas de las contempladas.
La resolución de Cultura distinguía tres escenarios de intervención. El más significativo, dado su estado de conservación, es el del muro oeste. Para esta sección concreta, la propuesta diseñada analizaba las posibles soluciones constructivas de los hastiales (paredes) del túnel, proponiendo realizarlo mediante "cortina de pilotes secantes y estableciendo un procedimiento constructivo de almenas/estructuras-cajón, que albergue cada uno de los segmentos del muro". Ello, según argumentó Fomento, "posibilita poner en valor este muro del fuerte, que se encuentra en mejor estado de conservación y que es de mayor entidad que el muro este".
El muro este, por su parte, presentaba un estado "más precario de conservación". De hecho, una vez descubierto en su mayor alcance durante la campaña de investigación arqueológica "se ha podido confirmar este defectuoso estado de conservación". Por ello, la decisión de Cultura "establece que, para garantizar la correcta preservación de dicho muro, se proceda a retirarlo temporalmente para poder ejecutar el túnel y losa de cubierta del Metro y, a continuación, se restituya a su situación primitiva (originaria)".
A este último vaivén en las cuentas hay que sumar los otros dos ya conocidos. El primero de los complementarios fue aprobado en junio del año pasado, "para dar cobertura a necesidades constructivas sobrevenidas, que obedecen fundamentalmente a las dificultades en la ejecución de los muros-pantalla en Alameda Principal por las características singulares del terreno".
El valor del mismo fue de casi 1,4 millones de euros. Más cercano en el tiempo, a principios del pasado mes de septiembre, tuvo lugar el segundo acuerdo complementario, por algo más de 2,2 millones de euros para intervenir ante la afección al embovedado de la calle Carretería en punto kilométrico 0+137. Esta obra fue objeto de discrepancia entre la Junta y el Ayuntamiento de Málaga. La necesidad de desviarlo y sustituirlo supuso triplicar el presupuesto previsto, que era de 600.000 euros. A juicio de Fomento, esta actuación -que discurre bajo el edificio situado en el número 40 de la Alameda- trascendía a una mera reposición de un servicio afectado y era en realidad una conducción nueva para la ciudad.
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