El traicionero dolor de muelas de 'Lola'
Cardiólogos del hospital Xanit examinan a una chimpancé de unos 40 años que había perdido peso por falta de apetito
El chimpancé es la especie que más parecido genético guarda con el ser humano. De ahí que los veterinarios de Bioparc de Fuengirola se volcaran con Lola, un simio de más de 40 años que sufría debilidad y falta de apetito. La sintomatología no parecía grave, pero había que actuar de forma urgente. Los motivos esgrimidos resultaban convincentes a juicio de los especialistas, ya que, en cautividad, estos primates tienen una esperanza media de vida que ronda los 50 años, por lo que es frecuente la aparición de cardiopatías cuando cuentan con una edad avanzada. "Estábamos preparados para casi todo. Podría tratarse de un problema renal, una gastritis o cualquier otra dolencia", explicó a este periódico Jesús Recuero, veterinario del zoo.
Lola fue sometida a un chequeo completo que también incluía un examen cardiovascular por parte de los profesionales del área del Corazón del centro sanitario de Benalmádena. El objetivo de la prueba, en la que intervinieron el jefe del servicio área del Corazón, el doctor Gómez Doblas, el cardiólogo ecocardiografista, el doctor Cabrera Bueno, además del especialista en esta rama del Xanit, el doctor Morcillo, pasaba por detectar algún tipo "de afectación cardíaca". Nada más lejos de la realidad. La chimpancé padecía una infección en un maxilofacial. "Después de conocer el diagnóstico, se le extrajo la muela, eliminando de raíz el tejido afectado. Se prevé que en unos días de tratamiento con antibióticos, el animal esté recuperado", asegura el veterinario de Bioparc, que se refiere a Lola como "la matriarca del grupo". En la primera evaluación, los médicos apreciaron que el corazón estaba sano. Después, tras tomar datos de presión arterial y muestras de sangre, procedieron a radiografiar los pulmones y el abdomen, pero no encontraron ninguna incidencia. Al examinar la boca del animal, localizaron dos piezas dentales que se encontraban en mal estado, de forma que decidieron extraerlas. "Lola podía permanecer sedada durante una hora y media aproximadamente. Aún teníamos tiempo", afirma el veterinario.
Desde hace unos meses, los cuidadores observaron que la chimpancé rechazaba las golosinas que, de forma esporádica, les proporcionaban. Comenzó a perder peso, algo que se suma al hecho de que estos animales intentan "ocultar sus síntomas clínicos". En los últimos 20 años, señala Recuero, se ha demostrado que la mortalidad en los grandes primates por problemas de corazón "es muy elevada".
Pero el de Lola, que pertenece a la subespecie Pan Troglodytes verus y que fue declarada en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), no ha sido el único caso. El pasado día 2 de mayo, los profesionales del área del Corazón examinaron también a Ernst, que tenía la particularidad de ser el único macho reproductor del zoológico. Tras ser anestesiado, el equipo de cardiólogos le realizó varios electrocardiogramas y un ecocardiograma, con los que se pretendía llevar a cabo una valoración cardiovascular completa.
La colaboración entre el Xanit Hospital Internacional y Bioparc de Fuengirola forma parte de un proyecto que reúne información de distintos centros en el llamado Great ape heart project, grupo creado para el estudio y la prevención de enfermedades cardíacas en gorilas y otros grandes simios. "Esta iniciativa nos permite conocer el estado de salud de chimpancés en todo el mundo", manifiesta el doctor.
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