Un 'tren' empujado con energía solar

A los paseos en barco por la bahía y los recorridos en bicicleta y segway ahora se suman los de un pequeño tren con capacidad para 40 pasajeros que atraviesa el Muelle Uno para ofrecer un medio de transporte a los cruceristas que llegan a la ciudad y una nueva manera de mirar a Málaga para sus ciudadanos. Abastecido íntegramente con energía solar es el único vehículo de estas características homologado y matriculado en España, por lo que esta novedad no pasa inadvertida por los visitantes que acuden al puerto malagueño, que no dudan en disparar sus cámaras al paso de este silencioso medio de transporte. "Hay otros dos de este tipo que están en parques privados, pero que no están matriculados, por lo que no pueden circular por vía pública", matiza José Manuel Pérez Gallego, gerente de la empresa malagueña Servicios y Comercio URCO, propietaria del tren y concesionaria del servicio.

Unas placas solares instaladas en el techo de los dos vagones que componen este tren ecológico son las encargadas de captar la energía necesaria para su funcionamiento. Son prácticamente imperceptibles para el viajero, al igual que las baterías que recargan debajo de los asientos, que garantizan su movimiento de noche y en los pocos días nublados malagueños. "Es un tren panorámico solar", explica el gerente de URCO, que comenta que a pesar de existir la posibilidad de incluir más vagones se ha optado por "no hacer algo multitudinario", sino con una capacidad menor y que permita "un paseo agradable". A través de ocho altavoces se informa a los pasajeros sobre los monumentos que se pueden observar en el recorrido, en español e inglés, con una música ambiente de fondo.

La principal función del tren panorámico es turística, ya que está destinado a dar servicio sobre todo a los cruceristas, y también a los malagueños que descubren una nueva forma de mirar su Málaga; con vistas a veces incluso desconocidas, como la estación marítima, que muchos de los que suben a esta nueva atracción desconocen, como explica José Miguel Carrasco, responsable del tren solar en el Muelle Uno. El traslado de los cruceristas incluye el viaje desde la estación marítima hacia la ciudad, acercándolos hasta el Palmeral de las Sorpresas, con la vuelta de nuevo hasta su barco también incluida en el precio (3 euros). Esto no quiere decir que en estos días su uso esté vetado a los ciudadanos, que también pueden utilizarlo para conocer en primera persona el ambiente en la estación marítima y los grandes buques que en ella esperan para zarpar de nuevo. El otro recorrido -con un precio de 2 euros- está reservado para los días que no llegan buques de crucero hasta la estación e incluye un paseo por el Muelle Uno, -al principio está instalada la estación base de inicio y final del recorrido- que continúa hacia la estación marítima. De vuelta con las vistas de Gibralfaro y la Alcazaba, acompañadas de la Farola, el tren solar rodea este faro femenino para acabar su recorrido de nuevo en el Muelle Uno. Un agradable paseo que se alarga durante 25 minutos. El horario de actividad fijado para este medio de transporte es de 10:30 a 22:00, aunque por ahora el horario está siendo algo más reducido hasta que llegue el buen tiempo. Las salidas se efectúan cada treinta minutos, excepto si se trata de un día de llegada de cruceristas, en los que la continuidad se incrementa según la demanda.

Desde mediados de diciembre llevan realizando pruebas en el recorrido y ahora empiezan el año con él definido por completo. Para el verano este viaje panorámico pretende ir más allá y además de la instalación de iluminación led, que también se abastecerá con energía solar, se podrá pasear como si de una terraza de bar itinerante se tratara, consumiendo una bebida que previamente habrán podido adquirir en los locales del Muelle Uno. Otra de las intenciones en un futuro próximo es alargar el recorrido hasta la Plaza de la Marina, pero todo depende de la concesionaria. Por ahora, la Autoridad Portuaria le ha concedido el paseo desde la estación marítima hasta el Muelle Uno a la altura del Palmeral de las Sorpresas.