Un tren en el limbo
Griñán elude fijar un calendario para la sociedad con Fomento que deberá poner en marcha el corredor ferroviario de la Costa del Sol, prometido en 2000
Dice el diccionario de la Real Academia Española (RAE) que el limbo es "el lugar donde, según la Biblia, estaban detenidas las almas de los santos y patriarcas antiguos esperando la redención del género humano". Extrayendo el matiz religioso de la acepción, el término suele aplicarse cuando se habla de proyectos localizados en un espacio indeterminado, sin definición alguna. Y si hay una intervención que puede ser situada en este estadio es el tren litoral, también conocido como corredor ferroviario de la Costa del Sol. Once años después de que por vez primera el entonces presidente de la Junta de Andalucía Manuel Chaves anunciase su intención de conectar por tren los 85 kilómetros que se extienden entre Málaga capital y Estepona, la infraestructura sigue sin dar un paso adelante y las administraciones que se comprometieron a impulsarla, sin dar una respuesta clara.
El último ejemplo de la incertidumbre que pesa sobre un proyecto estratégico para la provincia lo puso ayer el actual presidente andaluz, José Antonio Griñán, cuando no supo fijar un calendario para la constitución de la sociedad que deberán conformar la Administración autonómica, el Ministerio de Fomento, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y Renfe para avanzar en un proyecto ferroviario valorado en unos 4.500 millones de euros.
Incluso, el máximo mandatario andaluz dijo desconocer el informe interno de Fomento (publicado por Málaga Hoy el pasado 25 de junio) en el que se responsabiliza al Gobierno autonómico del retraso que se acumula en la creación de este ente, paso considerado indispensable para poder empezar a visualizar el futuro horizonte del tren litoral y que el propio Griñán dijo que iba a entrar en servicio a principios de 2010, es decir, hace ya más de un año.
"Esa sociedad se está negociando con Fomento y se pondrá en marcha sin que haya ningún obstáculo por parte de nosotros", dijo el presidente andaluz, que eludió, eso sí, poner sobre la mesa un posible calendario para la constitución del ente. Más lejos aún queda el día en que sea posible ver el inicio de los trabajos de construcción de este ramal ferroviario, más aún en un contexto económico crítico en el, por ejemplo, la Junta está aplazando en el tiempo o reprogramando algunas obras clave como el eje ferroviario transversal. "Las disponibilidades presupuestarias no son las mismas en cada momento", apostilló, a lo que añadió: "Necesitamos apoyo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y hemos conseguido un préstamo, pero todo lo que hemos hecho para no tener que tocar el gasto social y mantener incólumes todos los derechos sociales ha sido retrasar obras".
De la trascendencia de esta infraestructura han dado buena muestra a lo largo de los últimos años diversos expertos en la materia, así como los agentes empresariales y económicos de la provincia, que no entienden cómo Marbella se mantiene como el único municipio de más de 100.000 habitantes sin conexión ferroviaria. A ello se suma la necesidad de que el tren de Alta Velocidad llegue hasta esta parte del litoral andaluz, referencia turística de la región.
La obra tiene un coste estimado en los 4.500 millones de euros, en buena medida porque la ausencia de espacio libre obliga a ejecutar la obra bajo tierra, lo que eleva sustancialmente los costes de la misma. Los estudios elaborados en su momento por la Junta elevan la demanda potencial de esta ramal a unos 100 millones de usuarios anuales, con un trayecto de extremo a extremo que podría realizarse en unos 55 minutos.
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