Un tercio de los tumores desaparecerían si los fumadores dejaran el tabaco

La mortalidad por cáncer que más sube en España es la de pulmón en mujeres La previsión es que siga aumentando la patología entre el colectivo femenino En hombres, empieza a bajar

Una mujer apura un cigarrillo.
Leonor García Málaga

05 de marzo 2015 - 01:00

"Si la gente dejara de fumar, un tercio de todos los tumores desaparecerían". Así de claro y rotundo es el jefe de Oncología del Regional y el Clínico, Emilio Alba. Aunque el hábito se señala como causa del cáncer de pulmón, el especialista aclara que también está detrás del de boca, laringe, esófago, páncreas, riñón y vejiga. Es decir, de todas las partes del cuerpo que "toca el tabaco".

En el caso del cáncer de pulmón, las estadísticas entre el colectivo femenino refleja que los efectos del tabaquismo pasan factura. La búsqueda de la igualdad de la mujer la llevó a empezar a incorporar hace ya más de medio siglo un hábito que hasta entonces era muy masculino: fumar. Los resultados se ven ahora. La mortalidad por cáncer que más aumenta en España es la de pulmón y en mujeres.

Debido a que los efectos nocivos del tabaco son a largo plazo, la previsión de los expertos es que estos tumores sigan aumentando en mujeres dado que están pagando ahora las consecuencias de haber fumado en los años 80. Por el contrario, entre los hombres el cáncer de pulmón empieza a bajar.

Hace 30 años, los enfermos de esta patología eran en torno a un 95% hombres debido a que el hábito era mayoritariamente masculino. Aunque todavía la mayoría de los pacientes siguen siendo varones, cada vez hay más mujeres que padecen la enfermedad como consecuencia de la incorporación de las féminas al tabaquismo. Además, Alba explica que hay un cáncer de pulmón no vinculado al tabaco que también es más frecuente entre las mujeres que entre los hombres.

Los efectos del tabaco, además, pasan antes factura en las mujeres que en los hombres. De ahí que la patología aparezca a edades más tempranas en fumadoras que en fumadores. Así, mientras en las féminas se registra entre los 55 y los 65 años, en los varones se da entre los 60 y los 70.

"El tabaco es la única droga que mata a la mitad de sus consumidores", resume Alba. El oncólogo recuerda que no solamente por cáncer de pulmón sino también por enfermedades cardiovasculares o respiratorias. Así, uno de cada dos fumadores muere por patologías provocadas por el tabaco.

Alba recuerda que hay hábitos nocivos que están detrás de ciertos tumores. Como ejemplo pone el cáncer gástrico que baja cuando se introducen los frigoríficos en la vida cotidiana. La razón es que hasta entonces, la conservación de los alimentos se hacía mediante ahumado o salazón, dos técnicas que liberan nitritos tóxicos para el organismo humano.

Pero volviendo al cáncer de pulmón, aunque entre las mujeres el de mama es mucho más frecuente, la mortalidad en ambos procesos oncológicos prácticamente se igualan. Incluso, en Estados Unidos la mortalidad por cáncer de pulmón ya ha superado a la del de mama. Ante la proximidad del Día de la Mujer, el oncólogo malagueño lanza el mensaje de que las mujeres deben desterrar la falsa imagen de que fumar es un hábito de libertad e igualdad. Por el contrario, insiste en que es un hábito nocivo que copió al hombre y que ahora le está pasando factura.

De ahí que defienda la idea de que se focalicen las campañas de sensibilización antitabáquica en los centros educativos, sobre todo en mujeres adolescentes (La Administración autonómica ya desarrolla diferentes programas en la Secundaria y el Bachillerato para tratar de que los jóvenes no se incorporen al hábito). Alba también está a favor de hacer más restrictivo el acceso del tabaco dificultando su compra. "No tengo tan claro que haya que subirle el precio porque eso lo que propicia es que haya más contrabando", opina.

Hay otros cambios sociales que también han influido en la incidencia del cáncer. Por ejemplo, el de mama ahora está estabilizado, pero en las últimas décadas, los nuevos casos se multiplicaron "dos o tres veces". La razón no es otra que el retraso de la maternidad por la incorporación de la mujer al mundo laboral.

Alba explica que la primera célula cancerosa aparece entre la primera regla y el primer embarazo. En los años 50, el periodo comprendido entre ambos momentos era más corto porque como mucho pasaban 10 años entre la primera mestruación y la maternidad. Pero como ahora los primeros hijos se tienen en torno a los 30, el tiempo entre ambos momentos es más amplio y las posibilidades de desarrollar la enfermedad es mayor.

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