Turismo o vivienda, esa no es la ecuación
Tribuna de opinión
Buscar en el turista el origen del problema, es seguir la estrategia de quien se niega desde el poder municipal o autonómico, a llevar a cabo una política de planificación y ordenación del crecimiento
La prensa inglesa ve turismofobia en la manifestación por la vivienda en Málaga
Málaga/Tres semanas han pasado desde que la sociedad malagueña voto en las últimas elecciones europeas, y en Málaga lo hizo mayoritariamente al PP. Pero tres semanas después se escuchaban lemas "Paquito donde estás... Paquito está vendiendo lo que queda de ciudad". Recientemente se ha llevado a cabo una gran manifestación en nuestra ciudad bajo el lema de 'Málaga para vivir, no para sobrevivir', y los malagueños y malagueñas acudimos a ella.
Muchas personas jóvenes, y otros no tan jóvenes; pero unas por hastío, cansancio o decepcionadas y otras por solidaridad, la mayoría de las asistentes viviendo aún con su progenitores, o sufriendo el incremento considerable de los precios del alquiler y el de los precios de venta de viviendas. Personas jóvenes que se ven obligadas a abandonar sus barrios de origen, aquellos barrios que le vieron nacer, en los que jugaron de pequeños, con sus fiestas, con sus recuerdos, y se ven obligadas, si quieren vivir sin la tutela efectiva de sus progenitores, a desplazarse a zonas de Málaga sin arraigo personal para ellos, alejadas de sus barrios y con problemas de movilidad que les impiden relacionarse. Quienes convocaron la manifestación acertaron con el sentimiento de frustración y de impotencia, de hastío y decepción de gran parte de la población tanto de Málaga ciudad como de su entorno metropolitano, una situación que te lleva al éxodo masivo y obligado de la población local.
Cada vez la población malagueña se siente más ajena a su ciudad, el sentimiento de pertenencia a Málaga va desapareciendo, primero por colectivos sociales con muchas dificultades para llegar a final de mes, según la pertenencia a sus barrios de origen, y por ultimo pasear por una Málaga que se nos presenta ajena, que cada vez nos sentimos mas como visitantes que como ciudadanía malagueña nacida aquí, criada aquí, que aquí hemos estudiado, y que queremos vivir y trabajar en nuestra tierra. En nuestra Málaga.
A esa manifestación, acudieron personas votantes de todos los partidos políticos. Quienes piensen ahora que el problema de la vivienda, como se ha publicado, está en la excesiva burocratización para obtener permisos de construcción, se equivocan. Como se equivocan quienes piensen que bajando el IVA de las viviendas igualmente se bajaran los precios, y se equivocan quienes piensen que las viviendas turísticas son las responsables “únicas” de los elevados precios.
Pasados unos días debemos reflexionar y sacar conclusiones. Siempre he afirmado que cuando la gente sale a la calle, hay que escuchar lo que dicen. Buscar en el turista el origen del problema, es seguir la estrategia de quien se niega desde el poder municipal o autonómico, a llevar a cabo una política de planificación y ordenación del crecimiento, también, en temas de vivienda. Para darnos a elegir entre turismo o vivienda. Y esa no es la ecuación.
Recientemente afirmaba en el programa “el día por delante”, en su tertulia de los viernes, que en Málaga no hay un problema de turismofobia, sino que estamos ante un problema de vivienda. Porque efectivamente la actual política que impulsa un turismo de masas, puede generar un problema de viviendas si nos atenemos a las viviendas turísticas, pero este tipo de turismo viene a empeorar una situación que ya es mala de por sí, como es la ausencia de una política municipal y autonómica sobre viviendas sociales o viviendas de VPO pensadas para las personas trabajadoras malagueñas.
Entristece comprobar como nuestros gobernantes municipales o no se enteran, o no quieren enterarse del problema: increpar a una mujer trabajadora con dificultades para disfrutar de una vivienda pensando que el solo hecho de trabajar ya le posibilita el acceso a la misma, pone de manifiesto un total desconocimiento de la realidad laboral de nuestra ciudad; pero por otro lado que igualmente se desprecie a los miles de manifestantes de una manera cínica, faltándoles el respeto a sus legítimas aspiraciones para poder disfrutar de una vivienda, es deprimente. Habrá quien pida dimisiones por ello, pero alguien en el PP de Málaga debe tomar nota no solo de lo que está ocurriendo, sino del comportamiento de sus representantes en las instituciones.
La manifestación del pasado 29 J, nos recuerda aquellas manifestaciones del 15-M, y aunque no estemos en el mismo escenario, sí hay un hecho común: votantes de todos los partidos políticos han compartido una misma preocupación. Algo se está empezando a cocinar lentamente.
No se trata de elegir entre turismo y viviendas, se trata de llevar a cabo una política de viviendas compatible con un turismo sostenible, que compagine éste con las formas de vivir de nuestra gente. Empezando por respetar al entorno, al medioambiente y por supuesto a quienes viven y quieren seguir viviendo en su Málaga, la de todos, haciéndoles sentir también que se puede ser turista y ser malagueño.
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