¿El último baile sobre el Astoria?

El alcalde anunció que irá un centro de danza sobre el antigua cine, pero no es el primer proyecto que se anuncia desde 2004

Solar del antiguo cine Astoria.
Solar del antiguo cine Astoria. / Javier Albiñana

Francisco de la Torre anunció este martes en el debate del estado de la ciudad que los antiguos cines Astoria y Victoria acabarán siendo un centro multidisciplinar con 800 plazas centrados en la danza, pero que también sean un espacio en el que dar cabida al teatro, la música y el Festival de Cine.

Es decir, vendría a sustituir algunas de las funciones que ya cumple hoy el Teatro Cervantes, a la vez que ampliaría otras, reforzando el compromiso con los restos arqueológicos que en su suelo se hallaron, con un centro de interpretación de los mismos, de acuerdo con la pretensión que siempre ha perseguido Noelia Losada, concejal de Ciudananos y responsable del área de Cultura.

Pero la parcela adquirida en 2004 y que supuso un coste de 21 millones de euros para las arcas públicas, ha visto cómo se han diseñado multitud de propuestas sobre ese lateral de la plaza de la Merced.

En 2004, cuando fue adquirida, se hizo junto con una empresa privada, la vasca Promociones Baensa, y después de que se descartase en 2007 una ampliación de la Casa Natal Picasso que contaría con 2.000 metros cuadrados, se volvió a la idea original: levantar bloques de viviendas de lujo.

Primero, se proyectaron 60 viviendas de alto standing sobre la parcela y se firmó un acuerdo con la administración local y la Junta de Andalucía para que una de las plantas fuese ocupada por la ya citada ampliación de la Casa Natal Picasso.

Rechazada la idea por hastío a la hora de conseguir los permisos necesarios, Promociones Baensa se decidió por reducir la capacidad del edificio a planta baja más tres alturas y ático, por lo que el resultante serían 45 viviendas sobre lo que alguna vez fueron los cines Astoria y Victoria.

Una vez asumida la parte de la hipoteca con la que había colaborado la promotora vasca, entrada la segunda década de este siglo, el alcalde se desmarcó de las viviendas de lujo, sin dejar de mirar a la ampliación de la Casa Natal del pintor malagueño: la propuesta que le acompañó durante las elecciones en 2011 fue clara un Museo de los museos. Llegó a afirmar De la Torre que tenía contactos con distintos museos y creía en la potencialidad de la ciudad para acogerlos. No fue un museo de los museos, pero sí surgió de ese germen la representación del Pompidou que se erige ahora en forma de cubo de colores en la esquina de los Muelles 1 y 2 del Puerto de Málaga y el Museo Ruso que alberga el antiguo edificio de la Tabacalera.

En 2015 el alcalde volvió a señalar hacia la colaboración público privada como garante del aprovechamiento de la parcela al este de la plaza de la Merced. Juan Cassá, aún portavoz de Ciudadanos, se mostró favorable a que se proyectara sobre la pastilla de terreno un hotel de cinco estrellas, para reforzar la ciudad como un destino turístico de interés para el turista de lujo y gran lujo. Entró en ese baile Antonio Banderas, junto con el arquitecto José Seguí y la marbellí Starlite. Su proyecto, Ecos Urbanos, ganó el concurso de ideas para grandes arquitectos que puso en marcha el Ayuntamiento para que fuese un edificio con potencialidad de ser emblemático el que acabase ocupando la zona. Tras varias polémicas el artista decidió retirarse ya acabó sellando su proyecto de un teatro en la ciudad que le vio nacer en el Soho, después de adquirir junto a CaixaBank con el antiguo Teatro Alameda, ahora Teatro Soho Caixabank.

Una vez fuera Banderas de la ecuación, el siguiente proyecto que quiso danzar sobre junto al Monumento a Torrijos fue el bautizado como Zoco Cultural, respaldado por una empresa cordobesa. Pero, ya en 2020, tras el derribo del edificio preexistente y la excavación de los terrenos se encontraron restos arqueológicos que no casaban con el auditorio pensado para el Zoco Cultural.

De ahí que el último baile del Astoria sea un proyecto más acorde con la historia sobre la que se asentará, un espacio para la danza y otras artes con su respectiva zona para interpretar el pasado sobre el que se levanta la ciudad.

Un pasado que se remonta a la antigua Roma

En este milenio la pastilla de terreno sobre la que se levantaban los cines Astoria y Victoria ha sufrido multitud de cambios, proyectos y proyecciones, pero es en su suelo dónde se puede vislumbrar el paso del tiempo que ha vivido la ciudad de Málaga. Desde las tumbas que se encuentra a norte y sur de la parcela y que están fechadas en la época romana altoimperial, de los dos primeros siglos después de Cristo, hasta un ajuar típico nazarí que datar entre los siglos XIV y XV y que se correspondería con la etapa de la reconquista. En medio, varios hornos de cocción de cerámica medievales y otros restos arqueológicos para los que se reservará un espacio interpretativo.

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