Universitarios de Málaga y Erasmus: “Me está ayudando a crecer personalmente”
Seis estudiantes cuentan sus primeras visiones sobre estudiar en el extranjero
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Erasmus. Unos van, otros vienen y en el camino… Expectativas, incertidumbre y un reto que los transformará para siempre. Alrededor de 1.200 alumnos de la Universidad de Málaga han viajado al extranjero para cursar parte de su grado en lo que se conoce como “vivir la experiencia Erasmus”. Destinos europeos e internacionales como son Polonia, Alemania, Italia o Puerto Rico y Nueva York, son los más demandados por los estudiantes que buscan huir de la rutina universitaria y explorar nuevos mundos.
Alicia, Paula, Candela, Miguel, Selene y Yael son seis jóvenes de la UMA que han decidido aventurarse en lo que en apenas un mes ya se está convirtiendo en un “crecimiento personal”. De diferentes grados, han coincidido en Suecia y lo primero que hicieron al llegar fue “contactar con gente española”, explica Alicia Ortega, de 21 años, que estudia el Grado de Ingeniería en Tecnologías Industriales. “No he decidido venir para convalidar mis asignaturas, he venido a vivir la experiencia”, apunta.
La diferencia en el estilo de vida está marcando el inicio de los próximos cuatro meses en la ciudad de Skovde: “Aquí las ciudades son menos bulliciosas y con menos población, pero tienen más poder adquisitivo y aunque la comida en el supermercado no varía mucho, lo que es el ocio y salir a restaurantes se hace bastante caro”, cuenta Alicia, que empezó las clases el 12 de septiembre.
Vivir en una residencia ha sido la opción que todos han escogido, según dice Alicia: “La universidad directamente te daba la opción más fácil que era irte a una residencia, si querías vivir en un piso tenías que buscarlo tú mismo”. El coincidir con otros españoles universitarios hace que se sientan más seguros y arropados, aunque también “hay que hablar mucho en inglés en la universidad”, apunta Paula.
Paula Bolívar es de Granada y estudia Ingeniería Electrónica, Robótica y Mecatrónica, al igual que Selene Delgado, de Torre del Mar. Ellas han elegido el destino de Suecia porque “cursando nuestra carrera aquí, salimos con la titulación en doble grado con Automoción”. Su visión era ir a vivir la experiencia porque "muchas personas nos han comentado que para nuestro grado el día de mañana se tiene muy en cuenta haber estudiado fuera de España", añade Selene. Ambas van a finalizar sus estudios en Suecia debido a la organización que hay en el país: "Salimos con el Trabajo de Fin de Grado y el doble título".
El primer choque para muchos de ellos comienza mucho antes de pisar sus ciudades de destino. Comienza en el aeropuerto, con una mezcla entre emoción y nerviosismo que a veces se vuelve abrumadora, ya que para algunos es la primera vez que viajan en un avión: "Yo la verdad que estaba muy asustada, vinieron mis padres a despedirse de mí, pero cuando me quedé sola, aunque estaba con otros compañeros, tuve miedo".
La adaptación a esa nueva ciudad no es inmediata. Las costumbres y diferentes ritmos de vida difieren mucho de lo que conocen. Desde los horarios hasta la manera de relacionarse con otros: "No tenemos un horario establecido, cada semana vamos cambiando. Lo principal que hemos notado es que todo es mucho más práctico y autónomo", comenta Yael. Esto hace que sea uno de los mayores retos a la hora de adaptarse.
En lo que todos coinciden es en que uno de los aspectos más desafiantes, pero a la vez más enriquecedor es el idioma. La exigencia de un nivel de inglés elevado para irse de Erasmus es un requisito indispensable pero, "aunque vengas sabiendo el idioma, cuando realmente aprendes es hablando con los demás", comenta Selene.
Yael Campoy se dedica a la ciencia, estudia Bioquímica y buscaba salir de la rutina: "Estaba muy saturada, necesitaba un cambio de aires". En estas primeras semanas ha encontrado en Skovde una experiencia "totalmente alejada a lo que vivo en España". Cuenta que esto le ha hecho tomar el curso con ilusión y ganas y "aunque no es el tipo de Erasmus que esperaba, se hace mucha vida social y se viaja".
Candela Romero, por su parte, estudia Diseño Industrial y "se vino de Erasmus "para conocer a gente y viajar. Me hablaron muy bien de la universidad de Suecia y al igual que otras compañeras termino con la doble titulación". Ella alega que los trámites para irse al extranjero son muy tediosos, "porque aunque los tutores nos ayudaban, no tenían mucha idea. Para mí la peor parte ha sido gestionar todo el papeleo".
La recomendación de estos seis jóvenes universitarios es elegir bien sus destinos: "En Suecia la vida es muy tranquila, no es el típico Erasmus que todos tienen en mente porque no es tan común salir de fiesta". El apoyo de su familia ha sido fundamental para afrontar estos meses, que aunque serán unos de los más recordados en sus vidas, "estar lejos de nuestras familias se hace duro, pero mis padres siempre me han incitado a que venga".
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