Vacunación sin cita en Málaga contra el papiloma: "Hay que vacunarse para protegerse y ahorrar disgustos"

Numerosos varones de entre 13 y 18 años se vacunaron este miércoles, en una jornada de inoculación sin cita en los centros de salud de Málaga

El virus puede ser detonante de cánceres genitales y orofaríngeos

Ginecólogos de Málaga advierten que el papiloma es un problema de todos, no sólo de la mujer

María del Mar Caracuel vacuna a un adolescente en el centro de salud Trinidad.
María del Mar Caracuel vacuna a un adolescente en el centro de salud Trinidad. / Javier Albiñana
Leonor García

19 de junio 2024 - 21:07

Por los centros de salud de toda Andalucía desfilaron este miércoles decenas de niños casi hombres u hombres todavía niños para vacunarse contra el virus del papiloma humano (VPH). La mayoría acompañados de uno de sus progenitores. El SAS organizó una jornada de vacunación sin cita para los varones que van más rezagados en la cobertura contra este patógeno que puede derivar en diferentes cánceres genitales y orofaríngeos. A tenor de los adolescentes que pasaron a lo largo de la tarde por la consulta 30 del centro de salud Trinidad, en Málaga capital, la campaña fue un éxito.  

“Las vacunas me parecen muy bien. Hay que protegerse para ahorrar disgustos”, opinaba Esperanza Reason, la madre de Ernesto, de 17 años. Como otros padres, explicaba que la llamaron del centro de salud para informarle de la jornada de vacunación sin cita. Y aceptaron. 

María del Mar Caracuel –la enfermera encargada de los pinchazos– sin prisa, pero sin pausa tras comprobar su correspondiente historial iba inmunizando a todos los que llegaban. 

“Deja el brazo relajado para que te moleste menos”, le aconsejaba a José Miguel, de 16 años. En la consulta entraron su madre, Silvia de Obregón, y su hermano Sergio, de casi 14. “Vamos, un pinchacito y después invito a merendar”, le animaba la madre. “Y los churros que te vas a comer ahora”, acotaba Silvia. De paso, le preguntaba a la sanitaria cuándo le tocaba a Sergio. Mientras la sanitaria ponía a José Miguel el apósito con el típico trocito de algodón después una vacuna, la enfermera confirmaba que el menor estaba en edad de ponerse la del VPH y la de los 14 años, que une en una misma inyección difteria y tétanos. Así que medio adormilado aún de la siesta y sin estar en sus planes, se fue con dos pinchazos y la protección frente a tres enfermedades. Eso sí, luego a comer churros.  

“Hay que ser responsables y vacunarse. Las vacunas son un beneficio”, opinaba su madre que se alegraba de haber hecho doblete e irse con ambos vacunados. Como los demás padres, comentaba que la llamaron del centro de salud

María del Mar explicaba que unos días antes, cada enfermera había hecho una “captación activa” con listados de sus pacientes adolescentes de 13 a 18 años para informarles de que podían acogerse a la campaña. Casi todos los niños-hombres que llegaban tenían todas las dosis correspondientes a su edad puestas. Un dato que confirma la buena respuesta social frente al calendario. A todos, la única que les faltaba era la del papiloma. Porque de hecho, Sergio se llevó la dosis de los 14 de difteria y tétano por adelantado, porque no los cumplirá hasta octubre. 

Eva Gutiérrez acompañaba a su hijo Pablo. “Creíamos que era una vacuna solo para las chicas. Pero nos avisó el médico de cabecera que también era para los chicos y que había vacunación sin cita, así que aquí estamos”, explicaba. 

Juan Antonio Medina ya tiene 18 años e iba solo a por el pinchazo. “Vengo a vacunarme y de aquí me voy a acompañar a una amiga que tiene que buscar su vestido para la graduación”, afirmaba.  

Antonio Torres llegaba con su hijo Lucas, de 16. “Hay gente a la que no le gustan las vacunas, pero yo prefiero que se vacunen”, decía. A la consulta entraban ambos y los dos hermanos de Lucas. Otro padre, Antonio Montero llegaba con Pablo, de 14 y todas las dosis puestas según el calendario, menos la del VPH. “Las vacunas salvan vidas. Hay que vacunarse no sólo por uno sino por los demás. Puede que tengan algunos efectos, pero son más los beneficios”, opinaba. 

La inoculación gratuita en el SAS contra el papiloma comenzó en 2008 para las niñas. Entonces se ponía a los 14 años. Luego se bajó a los 12. Durante un lustro, los pediatras y los ginecólogos abogaron porque se ampliara a los varones dado que el patógeno puede ser detonante de procesos tumorales en ambos sexos. A principios de 2023 se incorporó para los varones. Por eso estos van más rezagados en la cobertura. Pero este miércoles, seguramente se achicó un poco esa brecha con las chicas. 

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