Las vallas de los campos de fútbol de Málaga, en el punto de mira tras golpearse un menor y quedar inconsciente

El choque de un futbolista contra el cierre metálico que rodea el terreno de juego reabre el debate sobre la seguridad de las instalaciones deportivas, que tienen más de 14 años

La Federación Malagueña de Fútbol remitirá un escrito al Ayuntamiento en el que pedirá colocar protecciones para amortiguar los impactos

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Campo de fútbol de Estepona.
Campo de fútbol en una imagen de archivo / M. H.

"La seguridad de los jugadores en los campos de fútbol es cero". La advertencia, tras el desafortunado accidente de su hijo, la lanza Juan Antonio Heredia, padre de un futbolista del Club Deportivo Puerto de la Torre que aún se recupera de un traumatismo craneoencefálico que sufrió al golpearse contra un poste metálico de los que delimitan las lindes de los campos y que, ahora, vuelven a estar en el punto de mira. Nicolás perdió la consciencia y llegó a convulsionar . El debate, que no es nuevo, está servido.

Tanto su familia como la de otros jugadores piden soluciones para disminuir los riesgos de los cierres metálicos. También la Real Federación Malagueña de Fútbol, según su presidente, José González Carmona, tomará cartas en el asunto con un escrito que tiene previsto remitir al Ayuntamiento de Málaga para instarle a hacer una "revisión amplia de las instalaciones" y que contemple la posibilidad de instalar protecciones en las vallas que rodean el terreno del juego para que así amortiguen los impactos de los futbolistas.

"No se mató porque no era su día"

El caso de Nicolás se remonta a un partido de la categoría 4ª andaluza juvenil celebrado a finales de septiembre en las instalaciones de Cortijillo Bazán, en Ciudad Jardín. El menor, de 17 años, en una disputa por el balón, chocó contra una farola, lo que le llevó a perder el equilibrio. Cayó de espaldas. "Se golpeó con el filo de la barandilla, lo que le provocó un corte profundo en la cabeza. Pensaba que se moría. No se mató porque no era su día", espeta el progenitor.

Juan Antonio "atravesó todo el campo corriendo" para llegar hasta a su hijo. "Le gritaba y veía que no reaccionaba, hasta que abrió los ojos y me dijo: 'Papá, tranquilízate", relata en declaraciones a este periódico.

Nicolás había quedado tendido en el suelo y empezó a convulsionar, lo que generó "alarma" entre los testigos. Al percatarse de que el jugador no se levantaba, los compañeros del equipo acudieron con zozobra para socorrerle. También una enfermera -madre de uno de los jugadores- saltó al terreno de juego. La maniobra que le practicó el entrenador del club mientras llegaba la ambulancia resultó decisiva. "Consiguió sacarle la lengua de la boca y que respirara. Sin su rápida intervención, probablemente estaríamos lamentándonos", destacan los responsables del CD Puerto de la Torre en un comunicado que han trasladado a la Federación Malagueña de Fútbol para ensalzar la actuación del míster.

A los "20 o 30 segundos", Nicolás comenzó a reaccionar. Los sanitarios que se desplarazon hasta el terreno de juego consiguieron estabilizarle. Le colocaron un collarín para evitar que moviera el cuello ante la posibilidad de que tuviera más lesiones. Una vez en el Hospital Regional de Málaga, los médicos comprobaron que había sufrido un traumatismo craneoencefálico y le suturaron con ocho grapas la brecha que le abrió el golpe contra la valla. Una placa de tórax y un TAC descartaron que hubiera derrarame o coágulo. El jugador pasó la noche en Observación para asegurar una correcta evolución neurológica y recibió el alta médica al día siguiente.

La familia pide "que no vuelva a pasarle" a ningún otro jugador

Era el primer partido de Liga. Nicolás se había estrenado en el equipo tras colgar las zapatillas como jugador de baloncesto. "Acababa de comenzar la temporada. Quería cambiar y probar el fútbol. Están todos locos con él porque es una persona muy humana, muy noble. Nada mas entrar se hizo con el equipo", describe Paloma Peña, su madre. Asegura que quiere alzar la voz para que el episodio vivido por su hijo "no vuelva a pasar" y pide soluciones, porque, recalca, de haberse golpeado en la sien "hablaríamos de otra cosa". "Todo objeto que los jugadores puedan encontrar en la trayectoria del balón tiene que estar protegido o revestido", reivindica la progenitora.

Ya en frío y con su hijo fuera de peligro, la intención del padre del adolescente es clara. Dirigirá un escrito a la Federación Malagueña de Fútbol para exigir la colocación de "algo tan simple como una gomaespuma", un parapeto que permitiría amortiguar los impactos. "El golpe se lo llevan pero no es lo mismo chocar con un hierro que con una instalación forrada de espuma", advierte. Y a renglón seguido subraya que, "con cualquier tropiezo", los jugadores pueden sufrir un accidente de estas características. "Si un niño va en carrera, es imposible frenar antes de chocar contra la valla. Salen del césped, pisan y, automáticamente, se resbalan", alerta.

"El golpe de Nicolás se podía haber evitado"

El riesgo al que estos jóvenes futbolistas están sometidos en cada partido inquieta también a otras familias. Arantxa Rueda, madre de un futbolista de 17 años, que juega en el CD Puerto de la Torre, fue uno de los testigos de la caída de Nicolás. "Era una situación límite. Ese golpe se podía haber evitado; estaba en nuestras manos. No puede ser que mande a mi hijo a un campo de batalla", denuncia.

La protección de las vallas, similar a la que ya se utiliza en el fútbol profesional, no es su única reivindicación. Arantxa exige también que el equipo de fútbol cuente con un botiquín que les permita una primera atención en caso de accidentes. "Aquella tarde no había nada que nos ayudara, sólo las camisetas de los padres que utilizamos para cortar la hemorragia de Nico", resalta. Eso y la rápida actuación del entrenador del club de la que también fue testigo. "A Nico se le cerraba la mandíbula y estaba rígido, convulsionando", recuerda la mujer.

Nicolás ha regresado ya a los entrenamientos, aunque todavía como espectador. Sigue pendiente de unas pruebas que debe valorar el neurólogo para comprobar si existen secuelas del traumatismo craneal que sufrió como consecuencia del impacto. Con todo, remacha su madre, ha recuperado la ilusión.

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