Vecinos del centro de Málaga aseguran que los candados de los pisos turísticos aumentan la inseguridad
Consideran que las llaves de las zonas comunes en esos cajetines "pueden estar al alcance de cualquiera"
La Policía hará batidas por Málaga para retirar candados y cajetines por uso indebido de vía pública
Galería: Así se ven los candados que guardan las llaves de los pisos turísticos en Málaga
No hay más que fijar la mirada en estos nuevos dispositivos para darse cuenta de que se han multiplicado más que los panes y los peces en las calles del centro de Málaga. En portales, en fachadas, en rejas aledañas a las entradas se han colocado cajetines con códigos numéricos para guardar las llaves de los pisos turísticos. Y, en algunos casos, sin previo aviso a la comunidad de propietarios. Los vecinos, que llevan años batallando contra la proliferación de los alquileres vacacionales en sus bloques, consideran que esta es "la punta del iceberg, un síntoma más de una enfermedad" y aseguran que aumenta la inseguridad en sus viviendas.
"Estos cajetines provocan una inseguridad tremenda, que las llaves de las zonas comunes, de tu portal, estén en sistemas que no son seguros del todo, tener el acceso a tu edificio en un candadito puesto en una reja o en la pared, al alcance de cualquiera que lo pueda forzar u obtener, eso no tranquiliza a nadie", considera Carlos Carrera, presidente de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo.
Además de la inseguridad, como destaca Carrera, está el perjuicio estético. "Se le exige el cumplimiento de la ordenanza a todo vecino y por lo visto se pueden poner candados por todos sitios, incluso en edificios protegidos, en los que están taladrando la pared para fijar estos sistemas", señala el presidente de la entidad.
Victoria Moreno, presidenta de la Asociación de Vecinos Centro Sur-Soho Barrio de las Artes, apunta que "los candados se han puesto en comunidades de nuestra vecindad sin aviso y sin nada, los vecinos han entrado al portal y se han encontrado con un candado, se tuvieron que hacer juntas de comunidad para obligar a quitarlos, los volvieron a poner y tuvieron que reclamar de nuevo". Y lamenta la situación de abandono a la que someten a los residentes de los barrios más céntricos. "Un vecino no puede estar luchando por el derecho a su descanso y a su seguridad, es cosa del Ayuntamiento y no de los vecinos", estima Moreno.
Para la presidenta de esta entidad hay otro problema subyacente a los candados y es que los propietarios ponen este sistema para no realizar en persona la recepción de sus huéspedes y, por tanto, no controlan quiénes entran ni cómo en sus pisos. "No saben ni quienes entran ni salen, ni los reciben, ni saben si han hecho la reserva para tres pero son seis… No les importa. Es una dejadez y una mala praxis, piensan solo en el dinero que van a recibir a final de mes, no les importa ni la comunidad ni su propiedad", añade Victoria Moreno.
"La Policía nos dijo que la primera medida para mantener la seguridad del bloque era tener cerrada la puerta del portal y eso con las viviendas vacacionales lo tenemos vendido, primero por tener los candados ahí y segundo con tanta gente extraña que no son residentes habituales, que ni se molestan en cerrar la puerta, a veces porque vienen como vienen, otras veces porque ni saben cuál es al llave", critica la presidenta de la Asociación de Vecinos Centro Sur-Soho.
Carlos Carrera sabe que "no todos los visitantes son conflictivos, pero aunque no lo fueran, pensar en que 1.000 desconocidos entren al año en tu edificio genera mucha inseguridad, que es lo contrario a lo que debe de ser un entorno familiar y predecible". Además, dice, "aunque sea mínimo el porcentaje que genere conflictos, eso en la vida del edificio se traduce en que una semana sí o una no haya problemas, es algo casi constante".
"Aquí hay hoteles de todas las categorías, albergues, hostales, pensiones, casas rurales, todo tipo de alojamiento para todo tipo de necesidades, de bolsillos, de familias, no es necesario introducir esto en una comunidad de vecinos, dónde están los derechos de los propietarios o de los residentes que alquilaron o compraron en un bloque de uso residencial", se pregunta el presidente de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo.
Y asegura que "hay una ley del embudo, lo estrecho para los de siempre y lo ancho para otros. Todos son problemas y trabas, se pasan la pelota de una administración a otra, pero para otros sectores todo encaja en la normativa, con calzador si hace falta, pero si se trata de vecinos todo es un drama para arreglar el asunto".
A El Palo también han llegado los candados, aunque en menor medida. "El problema no es tanto por los cajetines estos para las llaves, porque a penas hay unos pocos, pero sí tenemos muchos pisos turísticos y no tenemos viviendas para alquilar en la zona, además de que los precios son imposibles de pagar", comenta Mercedes Pire, presidenta de la Asociación de Vecinos El Palo.
"Nos parece muy preocupante que la gente no pueda vivir en su barriada, que se tenga que desplazar a otros sitios porque aquí mucha vivienda se esté dedicando a alquiler vacacional, la administraciones tendrían que plantearse si aporta lo suficiente para que merezca la pena todo esto", concluye Pire.
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