Las ventas de bicicletas se incrementan en Málaga tras la pandemia
Los negocios que comercializan este vehículo de dos ruedas destacan que su facturación no ha dejado de aumentar
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La pandemia supuso un subidón para las ventas de bicicletas en Málaga. Y a partir de ese momento, la demanda se mantiene. Las ventajas derivadas de moverse por la ciudad en dos ruedas -menos contaminación, más salud, más económico- han hecho que la mayoría de los negocios dedicados a la venta de bicicletas en Málaga Málagasuperen la facturación que registraron en 2021, “que ya fue un año importantísimo en ventas”, según especifica Javier García, gerente de Bikephilosophy, cadena especializada en ciclismo que cuenta con establecimientos repartidos entre Málaga, Marbella y Vélez-Málaga.
Fue tras salir del confinamiento cuando se produjo el boom en las ventas en el sector del ciclismo, una tendencia que se mantiene en la mayoría de los comercios. En el caso, por ejemplo, de Navarro Hermanos, que llevan casi 60 años especializados en el mercado de motos y bicicletas en Málaga, las ventas de ambos tipos de vehículos han aumentado de manera especial durante este verano, y su tasa de incremento se sitúa alrededor del 30% respecto a la temporada pasada, según detalla uno de sus dirigentes, Antonio Navarro.
De manera general, la demanda ha incrementado respecto a 2019, que fue un año “especialmente malo” para el sector bici que el Covid se encargó de reactivar: “Parte de 2020 y 2021 fueron una locura en ventas, justo cuando salimos de la pandemia. Pero sabíamos que en algún momento bajaría, y se ha notado, aunque la demanda se sigue manteniendo, de hecho prácticamente todas las semanas dos o tres bicis se pueden vender”, destaca Paco Parra, propietario de Biciterapia Málaga.
Según manifiesta Parra, una de las causas de que las ventas se hayan visto reforzadas tras la pandemia es que muchas de las personas que probaron la bici durante el confinamiento, “cuando únicamente se podía hacer deporte”, han decidido apostar por este pasatiempo una vez que la pandemia ya parece superada.
En el caso de Bikephilosophy, el aumento en su facturación esta temporada se debe, sobre todo, a la mayor demanda de bicicletas de gama alta. Según explica su gerente, Javier García, “en 2021 había muchísima demanda de bicis de 1.000 ó 2.000 euros para abajo y este año el interés por la bicicleta de gama alta ha subido”.
En este sentido, un tipo de bicicleta de alta gama que cuenta cada vez con más atractivo entre la población es la eléctrica, cuyo precio suele partir en 1.000 euros y puede llegar a alcanzar los 15.000, dependiendo del comercio.
Se trata de una bicicleta con motor que ha abierto un abanico de posibilidades en el mundo del ciclismo; ya no hace falta estar en forma física para desplazarse por la ciudad en dos ruedas, ya que el mecanismo de la máquina hace que aunque no se pedalee a gran intensidad, sí se pueda generar una velocidad considerable, de hasta 25 kilómetros por hora, que es la marcada por ley. Esto, en palabras de García, permite que “desde el niño con 14 años hasta su abuelo de 80 pueda usar la bici” y, por ello, los comerciantes le auguran un futuro prometedor a este tipo de vehículo.
Si el porvenir de la movilidad urbana pasa por el empleo de la bicicleta, gran parte de que esto ocurra será por la bici eléctrica, cuyas ventas también suben sin parangón tras la pandemia. Javier Ballester, uno de los encargados del establecimiento E-bike, que únicamente comercializa vehículos de este tipo, destaca que “aunque Málaga no tenga una política muy bikefriendly, porque los carriles bici y el carril de uso compartido con los coches son un poco problemáticos, incluso a pesar de eso, la gente está comprando un montón”.
En el caso de este comercio, que se dirige a un público tanto nacional como extranjero -organizan tours para visitantes que recorren la ciudad en bici eléctrica- el verano normalmente implica más venta y la bicicleta más comprada es la que se encuentra en una horquilla de precio entre 1.500 y 1.800 euros.
Algo similar ocurre en Bicicletas Campos Lorca, cuyos modelos más vendibles, no solo de bici eléctrica, se sitúan entre los 1.000 y 2.000 euros. Según puntualiza José Manuel Campos, encargado de este local, este tipo de bicicletas, que son las que tienen más demanda, son también las que están sufriendo una acusada falta de suministro: “El rango de bici entre 1.000 y 2.000 euros está costando mucho trabajo encontrarlas porque no hay y esas son las bicis que más vendemos. Bicis por debajo y por arriba de ese precio, hay las que el cliente quiera, pero realmente la demanda está enfocada en bicis de carbono primer precio, de aluminio... y esas son las que faltan, y da igual que sea MMR, Cube, Marin o Pinarello -distintas marcas- que tienen todas el mismo problema”.
A este respecto, la demora puede llegar a extenderse hasta nueve meses y hay piezas que tardan incluso un año. “Da igual que sean bicis de carretera, mountain bikes, eléctricas… La demora afecta a todas por igual. No ocurre que yo pido la bici y está aquí en dos días; al contrario, vamos pidiendo de lo que el proveedor tiene stock que normalmente no suele ser lo que más se vende. Las bicis que más se venden son las que tardan seis, siete u ocho meses”, admite el encargado de Bicicletas Campos Lorca. Además, también apunta que “la tienda puede estar llena, pero al final tienes bicis que no vendes”.
Si la inflación ha castigado a los sectores productivos, el del ciclismo no se queda atrás. Gregory Mills, que es encargado y propietario de Recyclo Bikeshop, dedicado a la reparación, a la venta y al alquiler de bicis, sostiene que el precio de estos vehículos ha aumentado de media un 25% respecto al año pasado, una situación que se ve alentada por la escasez de productos en el mercado. Según Mills, “da igual qué bici sea, todos los precios de todas las bicis han subido. Además hay falta de suministro, sobre todo de las bicicletas que vienen de China, Singapur o Taiwán. Y si algo falta, sube el precio, no solo porque falte sino también por los gastos de importación, que hacen que sean más caras que hace un año”.
No obstante, a pesar del aumento del precio, la topografía de Málaga y sus casi 45 kilómetros de vías ciclistas hacen que este sector pueda seguir afianzando sus ventas en la ciudad. Unas ventas que se verían potenciadas si las vías con las que cuentan los ciclistas para transitar, los carriles bici y los de uso compartido con otros vehículos a 30 kilómetros por hora, gozaran de mayor seguridad. En palabras de Javier Ballester, uno de los encargados de E-bike: “Sería perfecto si cambiaran un poco las políticas. Lo del carril compartido no es una gran idea; lo mejor sería tener carriles disgregados en función del tipo de vehículo. En los carriles 30 no hay tanta gente que vaya a 30, y compartir los carriles con peatones es problemático para los ciclistas”.
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