Victoria Abón, presidenta del Ateneo de Málaga: “Tenemos las dificultades propias de ciudades más grandes”
20 AÑOS DE 'MÁLAGA HOY' | ENTREVISTA
La también vicedirectora de la Escuela de Arte de San Telmo defiende la necesidad de proteger y promover a los creadores
"Seguimos en la periferia pero, al mismo tiempo, hemos dejado de ser una ciudad de provincias”
El humorista Manu Sánchez y el fotógrafo Rafael Díaz, Medallas del Ateneo de Málaga
La presidenta del Ateneo de Málaga y vicedirectora de la Escuela de Arte de San Telmo, donde es además profesora de Fotografía, hace un análisis directo sobre el desarrollo de la ciudad en las últimas décadas: “Málaga ha vivido un desarrollo enorme, pero habría que acotar bien qué elementos de este cambio se han dado en un sentido positivo y cuáles, por el contrario, han tenido efectos más negativos. Hace veinte años yo tardaba quince minutos en llegar a mi trabajo en coche. Ahora, viviendo y trabajando en los mismos sitios, tardo treinta minutos. Puede parecer un detalle nimio, pero entiendo que sí es demostrativo de que los cambios que los malagueños hemos tenido que asumir en nuestros modos de vida no siempre han traído más comodidad ni más calidad”. Y es que, para Victoria Abón, el crecimiento que Málaga ha experimentado en este tiempo “no se corresponde con su número de habitantes. Nos hemos convertido en una gran ciudad, sí, pero con una población todavía inferior a la que tienen las grandes metrópolis. El problema es que tenemos las dificultades propias de una ciudad de un millón de habitantes sin tener esa población, y eso se traduce en más dificultades, pero al mismo tiempo las ventajas tardan más en llegar. Málaga se ha hecho más incómoda, si vas al Centro apenas puedes andar por la calle. Eso es lo que pasa en las grandes capitales del mundo, sí, pero es que no nos han dado tiempo a asimilar que nos hemos convertido en una, cuando ni siquiera tenemos la población suficiente. En más de un sentido, el crecimiento de Málaga nos ha pasado por encima”.
A pesar de estos desajustes, Abón encuentra cambios positivos en distintos ámbitos de la vida de la ciudad: “Seguimos ubicados en la periferia pero, al mismo tiempo, hemos dejado de ser una ciudad de provincias. Eso significa que, de alguna manera, hemos demostrado que desde esa periferia se pueden hacer cosas, podemos llegar a ser competitivos en muchos sentidos, lo que hace sólo un par de décadas parecía impensable. Yo lo he vivido de manera particular en la Escuela de Arte de San Telmo, que se ha convertido en una Escuela Superior y cuya proyección a nivel nacional no es inferior a la de las escuelas de arte más reconocidas de Madrid y Barcelona. Seguramente, donde con más claridad se ha podido percibir este posicionamiento de Málaga es en el PTA, que ha logrado consolidarse como un motor económico y de creación de empleo y cuyos efectos han tirado de otros ámbitos de manera positiva, aunque, al mismo tiempo, desequilibrada. En materia cultural, por ejemplo, hemos creado un escaparate espectacular, pero el crecimiento económico va por otro lado. En Málaga disfrutamos mucho la cultura, pero no vivimos de ella. Ahí seguimos siendo periferia, al menos en un sentido geográfico. Es verdad que hay muchos profesionales del arte y de la cultura creando desde Málaga para todo el mundo, pero no termina de reconocerse la existencia de una industria cultural. Al menos, sí que percibo una unión mayor, tanto de los creadores como de las instituciones artísticas y culturales, ya sean de titularidad pública o privada”.
Preguntada por el futuro de Málaga, Abón incide en el aspecto cultural y educativo: “Parte de esa ausencia de reconocimiento a una industria cultural en Málaga tiene que ver con la vigencia de la presunción de que todo a nivel cultural y artístico es gratis. Y el mensaje que se lanza a quienes aspiran a formarse y a desarrollarse profesionalmente como creadores y artistas en Málaga es desolador. No es la mina de oro que algunos pretenden”.
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