La Victoria: la fe hecha procesión para los malagueños
Este 8 de septiembre la Patrona abría el año jubilar con motivo del 150 aniversario desde la institución de la Hermandad
Muere Rodrigo Martín, pregonero de la Semana Santa de Málaga 2006
El aire fresco de una Málaga que ya había dejado un día antes al Nazareno de la Nueva Esperanza en su templo por lluvia, anunciaba desde primera hora de la mañana que el Domingo no sería una continuación de esa estampa que también fue recurrente durante la Semana Santa.
El sol característico de la ciudad lucía resplandeciente en el día de La Victoria, patrona de Málaga, que este año además procesionaba con un brillo especial bajo el que anunciaba este año jubilar 2024/2025 concedido por la Penitenciaria Apostólica con motivo del 150 aniversario de la institución de la Hermandad.
Cuando el reloj de la Torre Sur marcaba las 7, los estandartes inundaban “La Manquita” con una ola de ilusión, nerviosismo y susurros que recorrían los recovecos de cada calle del Centro, desde Larios hasta el Patio de los Naranjos.
Los minutos pasaban lentos mientras el corazón de la Catedral latía agitado repleto de malagueños deseosos de disfrutar de su Patrona. Pasada media hora, entre mantillas, biznagas e incienso, las campanas replicaban como un canto del propio cielo que se abrían las puertas dejando paso a la Virgen de la Victoria.
Aplausos, vítores y pétalos fueron el comienzo de la procesión, en la que, al compás del Himno Nacional y con paso regio y firme, dejaba boquiabiertos a los devotos, que con los sentimientos a flor de piel se impregnaban de la fe desprendida por la belleza del cortejo y el propio trono.
Casi como si bailase sobre la capital, de forma pausada y regocijándose entre su ciudad, la Virgen llegaba a calle Larios. Los más pequeños, los monaguillos, agitaban con delicadeza y ternura incienso y repartían estampitas tras el largo desfile de estandartes representantes de las distintas cofradías de Málaga. La armoniosa música venía de las bandas de Cornetas y Tambores de Bomberos encabezando la procesión, la Banda Municipal de Málaga en el cortejo y la banda Maestro Eloy García de la Archicofradía de la Expiración tras el trono.
La plaza de la Constitución fue un punto y aparte en el paso de Virgen, ya que desde ella partía de vuelta a su santuario de la Victoría desde donde guarda a los malagueños. Con la bandera de España ondeando, la luna se unía a la Patrona como una devota más, cayendo sobre su corona para alumbrarla frente a una Málaga que un año más marca el 8 d
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