El parqué
Jaime Sicilia
Jornada de caídas
Málaga/Hace catorce años la vida de Sergio Hijano cambió por completo. El 18 de diciembre de 2009 se reunió con sus compañeros de trabajo para celebrar la llegada de la Navidad. Tras beber varias copas, tomó la fatídica decisión de coger la motocicleta para volver a su casa. Poco después, una rueda patinó a la altura de la rotonda del centro comercial El Ingenio y acabó chocando contra una farola.
El accidente le provocó roturas de todo tipo, las dos tibias, los dos peronés, las dos rodillas, la pelvis, el brazo izquierdo, muñeca ,dedos y neumotórax, muchas de ellas fracturas abiertas. Además de un fuerte golpe en la cabeza, aunque llevaba casco integral completo y esto hizo que le salvara la vida. También, una lesión medular a la altura del pecho que le provocó una paraplejia completa que hace que no tenga sensibilidad desde el pecho para abajo.
Aunque todo esto lo sabe gracias a un amigo guardia civil, que fue el que lo mantuvo con vida durante todo el tiempo mientras llegaba el 061, ya que de ese día no recuerda nada. "Él dice que yo me iba durmiendo, me estaba apagando y él veía que se me estaba yendo la vida", cuenta al otro lado del teléfono justo en el lugar que tuvo el accidente. Tras el traslado del 061 al hospital Comarcal de la Axarquía, las primeras horas fueron críticas. Aquí pasó tres días muy duros. Tras esto lo trasladaron a la UCI del hospital Regional de Málaga, donde su familia pasó todas las Navidades en el hospital sabiendo que su corría peligro.
En aquel entonces, tenía dos niñas muy pequeñas, una de dos 2 años y otra de 6. Pasaron las Navidades y tras varias operaciones, lo trasladaron al Hospital Nacional de Parapléjicos en Toledo.
La médula, desgraciadamente, no tenía ningún tipo de solución. Tuvo que empezar desde cero. Le enseñaron a vestirse, a ducharse... A vivir en una silla de ruedas. Fueron nueves meses muy duros, sobre todo para la familia. Su mujer lo tuvo que dejar todo para poder estar con él. "Los primeros meses fueron muy duros porque además yo no me podía sentar en una silla, me encontraba con las piernas destrozadas. Era terrible, todos los días en la cama", recuerda.
La visita de sus hijas marcó un antes y un después en su rehabilitación. "Vimos que eran pequeñas y entonces había que seguir luchando y haciendo un buen trabajo para salir lo mejor preparado del hospital para que cuando saliese poder seguir disfrutando de ellas y de los demás".
Actualmente, Sergio es delegado provincial de la Asociación por la prevención de accidentes de tráfico y ONG de atención a víctimas de accidentes (Aesleme). Visita centros educativos, institutos, centros penitenciarios para acercar su testimonio y concienciar a la población.
También colabora con la Policía Local y la Guardia Civil en los controles policiales que montan en las carretetas. El último fue en la Feria de Málaga, donde el vídeo publicado en sus redes sociales ha sido visto ya por más de 250.000 personas. "Eso provoca que esa gente que está viendo el vídeo dice: 'oye, pues me lo voy a pensar".
En las imágenes se ve como tras pasar por el control de alcoholemia y arrojar diversas tasas, Sergio habla con ellos. "La gente sí es receptiva, no te encuentras a nadie que te diga mira, tal paso esto a mí no me pasa, no quiero escucharte". Además, ha llevado a cabo una campaña Wrong side of the road con Cifal Málaga, un organismo de las Naciones Unidas donde ha impartido diversas charlas siempre intentando concienciar.
Solo en Málaga cada mes 150 personas acuden a las autoescuelas a recuperar el carné. Y cada año, 50 personas fallecen en las carreteras de la provincia. "Todos tenemos un primo, un vecino, un conocido, uno del barrio, uno del pueblo que le ha pasado algo", asegura.
"El siniestro tráfico está a la orden del día. Nos puede tocar a cualquiera en cualquier momento. Si cometemos el error que yo cometí te puede pasar ya", concluye Sergio.
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