El viento y el calor complican la extinción del incendio originado en la Sierra de Mijas
La Agencia de Meteorología prevé que las condiciones se mantengan el fin de semana, aunque el levante amaine un poco
Vecinos de Mijas afectados por el incendio: "La ceniza nos estaba cayendo prácticamente encima"
Málaga/Viento, altas temperaturas, verano... Las condiciones en las que se produce el incendio originado este viernes al mediodía en la Sierra de Mijas favorece su propagación y complica su extinción. "Debido a que llevamos varios días de bastante calor, la vegetación por la noche no recupera humedad; así que la miras y arde. Eso junto con las altas temperaturas y el viento no ayudan a la extinción". Así resumían fuentes del Infoca la situación a la que se enfrentan los bomberos forestales para tratar de controlar las llamas, que afectan a los municipios de Alhaurín de la Torre y el Grande.
Añadían que estas condiciones no sólo "castigan a los bomberos que se meten en el monte", sino que hacen más difícil el trabajo de contener el incendio. "Las condiciones son malas para la extinción. El viento no es bueno. Además, la pendiente de la montaña actúa como si fuera una chimenea. Hay incendio para noche y madrugada", agregaban.
La Agencia Española de Meteorología (Aemet) no prevé que haya muchos cambios de tiempo durante el fin de semana. Las condiciones climatológicas el sábado y el domingo van a ser similares a las de este viernes. El viento que sopla del sudeste amainará un poco; pero las temperaturas y la sequedad no sufrirán prácticamente variaciones. El problema es que el viento afloja por la noche, pero arrecia en las horas centrales del día, precisamente cuando las temperaturas son más elevadas; de modo que las rachas y el calor se retroalimentan. Pero, según los especialistas de la Aemet, el levante que está soplando no es el peor. El poniente sería aún más peligroso, explican.
La Junta de Andalucía activó este viernes a las 13:25 el nivel de alerta 1 de emergencia por incendios forestales. Éste se activa en aquellos fuegos en los que, pudiendo ser controlados con los medios de extinción previstos, se estima que, por su posible evolución, sea necesaria la puesta en práctica de medidas para la protección de las personas y de los bienes de naturaleza no forestal.
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