La visita al psicólogo que destapó seis agresiones sexuales a niñas de su familia en Málaga
El sospechoso, que está cada vez más cerca de sentarse en el banquillo de los acusados, se enfrenta a una petición fiscal de seis años de cárcel solo por uno de los casos
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Tenía nueve años cuando le contó a su psicóloga que el primo de su madre, que vivía a una planta de su casa, le tocó el glúteo y sus partes íntimas. Aún no lo sabía, pero su confesión destaparía una trama de agresiones sexuales. Las víctimas, menores de edad de su entorno familiar -algunas, especialmente vulnerables-. Ahora, el presunto pederasta está cada vez más cerca de sentarse en el banquillo de los acusados.
Los hechos se remontan a principios de 2022, cuando la madre de una menor de nueve años fue citada por la psicóloga de su hija. La pequeña le había confesado que un primo hermano de su progenitora, que además era su vecino, le había practicado tocamientos por encima de la ropa. Reconoció que se había sentido incómoda y que, tras aquello, decidió irse del domicilio de su familiar.
Su madre, después de tener conocimiento, llevó a la menor a un centro de salud, donde los facultativos le practicaron el correspondiente examen, de acuerdo con el protocolo establecido, y elaboraron un parte de lesiones. También comentó la situación con una trabajadora social. Pero, en ese momento, la mujer escogió no denunciar al supuesto agresor sexual de su hija, pues prefirió "no causarle un trauma" ni "victimizarla más", ya que la niña se mostraba reacia a hablar del tema, y continuar con la terapia, manifestaría después a los agentes.
Sin embargo, los sanitarios pusieron en conocimiento al Juzgado de Instrucción número 11 de Málaga, en funciones de guardia, quien a su vez solicitó al Grupo de Menores (Grume) de la Comisaría Provincial de Policía Nacional de Málaga que abriera una investigación para esclarecer lo sucedido.
Poco tiempo después, el entorno del sospechoso tuvo conocimiento de su imputación y dos de sus sobrinas (gemelas) reconocieron a su madre que a ellas también les había realizado tocamientos. Una de ellas, en un primer momento, lo negó porque "le daba pena" su tía y su prima; la hermana de la primera, que padece una minusvalía psíquica del 75% y un retraso madurativo, al escuchar hablar sobre dicho asunto, lo confirmó con naturalidad.
La progenitora de estas menores pidió explicaciones al sospechoso, que aseguró que fue "jugando", y a su hermana (pareja del acusado), que no dio credibilidad al relato de las niñas. Desde entonces, decidió cortar la relación con la pareja y se presentó en comisaría para informar de lo acaecido. Pero, igualmente, decidió no denunciar por "no airear temas familiares" ni "generar un trauma" en sus hijas.
En octubre, la dirección del centro escolar supo del testimonio de las hermanas. Citó a su madre y dio parte tanto a servicios sociales como a inspección educativa. Entonces, el Grume -que tiene encomendado, entre otras funciones, la resolución de aquellos delitos relacionados contra la libertad e indemnidad sexuales, así como con la violencia ejercida en el ámbito familiar o escolar siempre y cuando la víctima sea menor de edad- abría una nueva línea de investigación con el mismo individuo como principal sospechoso.
'Modus operandi' del acusado: se colaba por las noches en la habitación donde dormían
Las menores detallaron que los abusos habían sucedido varias veces en los últimos años, cuando se quedaban en casa de sus tíos a dormir. El individuo, supuestamente, actuaba por las noches adentrándose en la habitación en la que dormían las hermanas, a pesar de su insistencia para que abandonara el cuarto.
Otra sobrina del acusado, ya mayor de edad, también expuso ante los agentes dos episodios de agresiones sexuales en diferentes momentos. Declaró que a los seis años fue con sus tíos a un hostal y el procesado le propuso un juego para realizarle tocamientos, aprovechando que la mujer de este había salido a una tienda de alimentación. La entonces menor reaccionó encerrándose en un armario. A los once años ocurrió algo similar en su propio inmueble, donde acudieron sus tíos para cuidar de ella y de sus hermanas. En este caso, el sospechoso también habría intentado abusar de ella en un momento en el que se quedaron a solas. La reacción de la denunciante -aseguró-, zafarse en cuanto pudo y encerrarse en una habitación con pestillo. Tras este último episodio, reconoció haber visto al procesado en distintas ocasiones, aunque manteniendo la distancia por lo sucedido.
En diciembre de ese mismo año, la madre de esta última joven se puso en contacto con los investigadores para hacer constar que sus otras dos hijas también habían sufrido agresiones sexuales por parte del marido de su hermana. El modus operandi del individuo narrado por estas últimas niñas a los investigadores fue idéntico al señalado por las cuatro anteriores.
De esta manera, el sospechoso, al que le constan antecedentes por malos tratos físicos en el ámbito familiar y falsificación de documentos -entre otros-, se enfrenta a una petición fiscal de cinco años de prisión -que la acusación particular eleva a seis- solo por el caso que destapó la trama.
Para Ministerio Público, los hechos son constitutivos de un delito de abuso sexual sobre menor de 16 años de carácter continuado, por el que solicita, en materia de responsabilidad civil, una indemnización de 5.000 euros por el daño moral causado, defiende en su escrito de acusación inicial, al que ha tenido acceso este periódico. Por su parte, el abogado de la víctima, Juan Antonio Martínez Santiago -del despacho Martínez & Gámez Abogados- exige 15.000.
Asimismo, el letrado de la víctima ha informado a Málaga Hoy de que el sospechoso tiene en vigor una orden de alejamiento con respecto a la menor, que le prohíbe acercarse a menos de 200 metros, mientras llega la celebración del juicio, que está prevista en unos meses.
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