Las visitas empiezan a volver a las bodegas en Ronda
El enoturismo renueva su sello de calidad dentro de una amplia gama de oferta de experiencias
Málaga/La ruta del vino de Ronda y Málaga acaba de renovar su sello de calidad que certifica que los servicios que se ofrecen en los diferentes establecimientos adheridos cumplen los requisitos exigidos para formar parte de esa red en España. Un sector que tiene en las bodegas de la Serranía uno de sus grandes pilares ya que en esta zona de la provincia se concentran más de una veintena y existen diferentes viñedos que también ofrecen la posibilidad de vivir experiencias relacionadas con el vino en parajes de gran valor como la Hoya del Tajo.
Eso sí, la situación actual de la pandemia se está dejando sentir de forma considerable sobre este sector, al igual que sobre el resto del turismo, y en estos momentos con la movilidad muy reducida, las visitas a las bodegas son muy escasas. No obstante, muchas de ellas han decido dar el paso de abrir ya las visitas y ofrecer a sus posibles clientes diferentes opciones con combinaciones muy distintas que van desde simples catas a paquetes que incluyen hasta el alojamiento en las instalaciones de la propia bodega.
De momento, las reservas son mínimas y únicamente se están pidiendo presupuestos de cara a fechas más avanzadas del año. “Por ahora, lo que tenemos son peticiones de presupuestos, reservas hay muy pocas”, explica Antonio Martínez, responsable de la empresa Milamores que se encuentra especializada en este sector y que gestiona las visitas a cinco bodegas y dos viñedos de la zona, además del centro integral del vino que se encuentra dentro del casco urbano rondeño.
Ellos esperan que con la apertura de la movilidad, los visitantes comiencen a llegar ya que la comarca cuenta con una gran oferta en su veintena de bodegas en la que se elaboran ya más de 100 referencias de vino e incluso de espumosos, como es el caso de la bodega Chinchilla.
Las diferentes bodegas rondeñas combinan catas de vino, catas con maridaje, alojamiento o la posibilidad de comer en el restaurante que tienen algunas de ellas, como es el caso de El Juncal o la combinación de hotel y bodega que ofrece Badman Wine.
A ello se unen otras como la oferta de la bodega Chinchilla que recientemente incorporó la posibilidad de alojarse en sus instalaciones, en habitaciones de lujo que permiten disfrutar de la experiencia de alojarse en una bodega y conocer su funcionamiento. A la vez, hacer turismo por el enclave natural en el que se encuentra ubicada, con vistas al yacimiento de Acinipo y en mitad de un encinar centenario.
A ellas se suman otras que apuestan por las elaboraciones ecológicas o aquellas que ofrecen diferentes experiencias durante la visita que permiten hasta comer en mitad del viñedo bajo una encina centenaria, como es el caso de la bodega Los Aguilares. En su caso, ofrecen la opción de hacerlo mediante un picnic que se entrega al visitante en una cesta artesanal o, si los clientes lo prefieren, pueden incluso contar con un cocinero privado que se encarga de preparar una comida entre las vides, en un paraje natural de gran belleza.
Incluso es posible conocer una bodega situada junto al Tajo de Ronda y en las instalaciones de lo que fue un antiguo convento trinitario del que se conservan todavía parte de sus pinturas, el altar o sus jardines.
Y es que el pequeño tamaño de las bodegas rondeñas hace que las visitas sean en grupos reducidos y con experiencias muy cercanas, lo que permite hasta adaptarlas a las necesidades de los clientes.
Experiencias que también aproximan a los amantes del enoturismo a un concepto de elaboración muy diferente al de otras regiones, ya que se trata de vinos que prácticamente artesanales, con una recogida y selección de la uva manual y en pequeñas cajas para evitar daños en el transporte.
A ello se unen prácticas ecológicas en el manejo de los viñedos, vinos que son totalmente ecológicos y otros que optan por introducir también la biodinámica como sistema de funcionamiento, por lo que la amplia variedad existente hace que sean muchas las opciones que tiene el visitante en función de sus preferencias. Incluso para aquellos que no quieran salir de la ciudad, el Centro del Vino es una alternativa conocer el sector de una forma general, ya que en el mismo se encuentra representadas las bodegas de la zona y se pueden conocer las diferentes formas de trabajo, así como acercarte al mundo de los aromas del vino.
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